Capítulo 2. «Tae»

786 84 1
                                    

Suspiré. Como todas las mañanas al inicio del receso o entre clase y clase, Park Ji Min, el niño bonito de la facultad, venía a molestarme.

— Agh... deja la caña de pescar en tu casa por un día, que no soy un salmón. —Todos los días debía hacerle saber que no me dejaría caer en sus redes.

— Estás de malhumor. —Genio.— ¿Qué, tu amiguito te ha vuelto a dejar tirada para el almuerzo?

Tragué saliva y apreté mis dos manos cerradas en puños con fuerza para no soltarle un golpe en la cara. Aunque sí, como otra mañana más, Park Ji Min tenía razón.

Jimin, por fuera un estudiante modelo, delegado de su clase, bueno y atento, tanto con estudiantes como con profesores. Era guapísimo. Todo el mundo lo conocía, no sabía el número exacto de personas que querían besar aquellos labios carnosos. Ni por supuesto, con cuántas personas se había acostado gracias a eso. Porque por dentro, era un cachondo, lujurioso e interesado que, por desgracia, fijó su objetivo en mí. ¿Que por qué en mí y no en las otras doscientas alumnas que babeaban a sus espaldas? Ah... ni yo misma lo sabía, pero desde que comencé a estudiar en esta pequeña facultad el pasado septiembre no me ha quitado el ojo de encima.

— ¿Y a ti qué te importa? Además... deja de llamarle de esa manera. —Intenté abrirme camino dándole un pequeño empujón de hombro a hombro, pero en el momento en el que le di la espalda, el chico agarró mi brazo, deteniéndome en mitad del pasillo. Me volteó haciéndome girar como si estuviéramos bailando en una clase de tango y me colocó frente a él.

— Vamos... deja de ir sola a comer por un día y ven conmigo. —Habló en un susurro acercándose indiscretamente a mi oído, intentando mostrarse seductor. ¿Lo conseguía? Probablemente, pero no podía dejarme caer.

— Te equivocas. Hoy ni si quiera voy a comer. —Contesté acordándome de que había tirado mi almuerzo. Con una sarcástica sonrisa en mi rostro di un pequeño tirón para zafarme de su agarre.

Jimin rodó los ojos tan solo dejándome ir.

— ¡No te saldrás con la tuya! Algún día comeremos juntos.

— ¡Ni soñarlo! —Grité sin darme la vuelta, perdiéndome entre la gente que abarrotaba aquel pasillo.

(...)

Cinco minutos quedaban para que el profesor anunciara el final de las clases. Las horas anteriores las pasé como siempre, apoyada en mi escritorio, luchando conmigo misma para no quedarme dormida en mitad de la clase o mirando hacia atrás para poder establecer contacto visual con Jungkook. Nuevamente, iba a aprovechar esos últimos minutos para mirar al chico, solo que fueron otros ojos los que se cruzaron en mi camino. Los ojos en cuestión fueron los del nuevo alumno.

¿Cómo se llamaba? No lo recordaba, algo no muy raro en mí. Él no parecía de esta ciudad, vestía raro y parecía respirar otro oxígeno.

En el momento en el que nuestras miradas se cruzaron, yo agaché mi cabeza. Con la esperanza de que él hubiera hecho lo mismo para poder así mirar al castaño. Levanté cuidadosa mi vista y me encontré que eso no fue así, él seguía observando cada detalle de mi rostro.

Era molesto, y también bastante maleducado. ¿Pretendía intimidarme? Si era así, entonces... ¿por qué volvió a regalarme aquella sonrisa? No entendía nada y la verdad es que me estaba poniendo la mar de nerviosa, así que cedí y no volví a levantar la mirada de mi escritorio.

Por suerte, aquellos cinco minutos pasaron rápidos. Veloz como el rayo, guardé mis posesiones dentro de mi mochila para poder así volver a casa con Jungkook pero una voz grave y aterciopelada me lo impidió.

— Hola. Mi nombre es Taehyung, soy el nuevo. —Dijo esto pasándose la mano por su pelo teñido.

— Ah... encantada de conocerte. -Contesté incómoda terminando de empaquetar mis cosas para acto seguido ponerme de pie con intención de abandonar la sala.

— Oye... tu cara me resulta familiar. ¿Nos conocemos?

Oh no... ¿sería esa una técnica milenaria para ligar?

— Hm... creo que no. Tu cara no me suena para nada. —Hablé cortante para darle a entender que tenía prisa.

El chico pareció mostrarse apenado por un breve momento, aunque en seguida volvió a regalarme esa sonrisa de oreja a oreja de antes.

—Aigoo, ¡creía que te conocía de algo! —Rio levemente. Esta conversación estaba siendo de lo más incómoda y yo estaba deseando que acabara.

— En fin, este... Tae. Tengo que irme a mi casa, alguien me está esperando. ¡Pero encantada de conocerte!

Intenté sonar lo más simpática posible. Antes de dar tregua a que él se despidiera, yo ya había abandonado la sala. Corrí a perseguir a Jungkook, el cuál había salido ya.

(...)

— Ya te digo, es un chico muy raro. ¡No dejaba de sonreírme!

Conversábamos ambos sobre la escena de nuestro nuevo compañero.

— Quizás le hayas gustado.

— ¿Gustado? Por favor, pero si ni siquiera nos conocemos.

— Bueno, pero eres una chica muy guapa. Quizás haya sido amor a primera vista.

Mi corazón se detuvo al igual que mis pies, los cuales andaban dirección a la casa de Jungkook. Tomé una bocanada de aire cuando sentí que mi estado de shock me había dejado sin oxígeno.

— V-Vamos Kookie... E-El amor a primera vista no existe...

Intenté cambiar de tema. ¿Acababa de decir que era guapa? Recordarlo sólo causaba que mis mejillas se volvieran más rojas que un tomate.

— ¿Quién sabe? ¿Qué otra explicación podrías darle entonces a la de que un chico que no conoces te coma con los ojos? —Se giró al notar que ya no caminaba a su lado. Cuando descubrió que estaba más rígida que una piedra pude ver preocupación en su rostro.— M-Marmota... ¿te encuentras bien?

— S-Sí... Es solo que... ¡T-Tengo mucha hambre! —Improvisé pues no quería que me descubriera, dando un pequeño acelerón en el camino para de este modo darle la espalda.

— Ah... ¡me has asustado idiota! —Dijo entre carcajadas, dándome un leve codazo cuando en dos grandes zancadas se posicionó a mi vera.

(...)

Llegué a mi casa tras acompañar a Jungkook a la suya. Al abrir la puerta me recosté en el marco de esta con una sonrisa en los labios, recordando el momento anterior.

— ¿Que soy muy guapa? —Murmuré felizmente.

— ¿¡Eh!?

— M-Mierda, ¡Namjoon! Me has asustado. —Exclamé sobresaltada, gritándole a mi hermano con el corazón en un puño.— Creí que estaba sola. ¿Qué haces que no estás trabajando? —Pregunté dejando mis pertenencias en la cocina, lista para preparar algo de comer.

Namjoon y yo nos llevamos un año y pocos meses. Mientras yo estudio primero, cursando cursos inferiores a mi nivel, él no acabó la carrera, no sé porqué razón. Ahora trabaja a tiempo parcial en un restaurante de comida rápida —del cual no sé cómo no le han echado aún— para pagarse un piso en Seúl. O eso dice él.

— Día libre. —Levantó sus brazos en el aire y los agitó, en señal de victoria.— Por cierto, papá y mamá han llamado. Dicen que tienes cita con el médico en una hora.

[ EDITADO ]

FIRST LOVE ; bts TERMINADADär berättelser lever. Upptäck nu