capítulo veinte.

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020: damnationem.

B e a c o n H i l l s ,
q u i n c e d í a s a n t e s.

– Parrish– Scott lo llamó apenado.

Pero el oficial no respondió, aún se quedó de cuclillas mirando hacia el suelo. Sintiendo la tierra húmeda debajo de sus manos. Otra lágrima recorrió su mejilla. ¿Por qué se había ido? ¿Por qué lo hizo si se juraron que estarían juntos? Las respuestas no cabían en su mente. Sintió la mano del alfa sobre su hombro, en un intento de reconfortarlo, pero nada lo haría.

– Parrish, se acabó. Todo está bien– soltó McCall mientras le daba unas palmaditas sobre el hombro– el Asag se ha ido, no volverá a hacerle daño a alguien.

No, nada está bien. Pensó el sabueso.

Cerró sus ojos y abrió su boca mientras seguía sintiendo como lágrimas silenciosas bajaban desde sus ojos hasta su barbilla.

– Ella no está, Scott– murmuró Jordan con la voz entrecortada– ¡Ella no está y todo fue por salvarnos!

– Era su misión, Jordan– ahora Stiles se unió a la conversación– me duele tanto como a ti que se haya ido, quería a Grace como mi hermana, créeme– se sinceró– pero sabíamos que esto pasaría cuando todo se terminara.

– Como lo dicen parece ser que ella no les importará– Parrish se levantó de su lugar y se dio media vuelta para enfrentar a la manada mientras quitaba duramente las marcas de lágrimas sobre su cara.

– Claro que nos importa– habló Lydia– era mi mejor amiga, ¡la quiero!– exclamó al borde del llanto– ¿crees que yo quería esto?– le preguntó mientras se acercaba a él– ¿qué en él intentó de hacer que el Asag se fuera, mi mejor amiga también? ¡Claro que no! ¡Me duele tanto como a ti!– la pelirroja puso su dedo índice en el pecho del oficial– no eres el único que perdió a a Grace– murmuró con lágrimas dejándose notar.

El sabueso quitó la mano de la chica y miró de nuevo al suelo. Intentando no volver a llorar. Al menos no frente a ellos. Tomó un profundo respiro. Cerró sus ojos por una milésima de segundo y los abrió rápido viendo a sus amigos, que se notaban igual de tristes como él.

Pero ellos sólo habían perdido una amiga. Él había perdido algo más. A su novia. A su amor. A su otra mitad. A la chica que lo cautivó desde aquel momento en el bosque. La chica que amo los sándwiches tan pronto los probó. La que podía estar horas escuchándolo hablar sobre su día y la que lo abrazaba por las noches.

Había perdido a su todo.

Pero la encontraría. La encontraría hasta que estuvieran juntos de nuevo. De eso estaba seguro, no se rendiría hasta ver a la castaña a su lado.

E l   C i e l o,
a c t u a l i d a d.

Una bocanada de aire fue el único ruido que se escuchó en aquella blanca habitación. La vista de Grace aún se estaba acostumbrando a la densa luz que llegaba a sus ojos, con confusión llevó su mano hasta su cara para tallar despacio sus ojos y cuando lo hizo, los abrió para ver qué estaba sola en el suelo de alguna habitación.

El último recuerdo que tenía era el de la tierra. El de ella venciendo al Asag y el del rostro de Jordan antes de que ella desapareciera.

Oh Parrish, si tan solo supieras que ella quisiera estar contigo ahora.

Se levantó del frío suelo y sintió un gran peso sobre sus espalda. Extrañada removió su cuerpo hasta que pudo sentirlas. Abrió su boca sorprendida y una sonrisa se le escapó, intentó mirar un poco hacia atrás y las vio. Sus alas habían vuelto.

angelus ; jordan parrish I.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora