capítulo ocho.

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008: mente.

– ¿Estás seguro que no es peligroso?– preguntó Grace un poco nerviosa.

Cuando ella le había contado a Parrish lo que había visto en aquel sueño, el sabueso al preocuparse decidió llamar a Scott, quien ahora se encontraba en su departamento junto con Stiles y Lydia. Y cómo una decisión unánime — exceptuando a Grace— Scott intentaría entrar en su mente para ver lo que ella había visto.

– Completamente seguro– contestó Stiles mintiendo– ¿cierto Scott?

Stiles miró a su amigo haciéndole una seña con su cara para que siguiera la mentira y el alfa sólo asintió confundido.

– Claro que lo es.

Scott se acercó a la chica por detrás del sillón y ella se movió incómodamente en este, le dio una mirada rápida a Lydia quien me sonrió y después miró a Parrish.

– Estaré aquí– le dijo este en susurro. Grace asintió no muy segura y puso su vista en la puerta.

Sintió el ligero tacto de Scott en su cuello y se movió rápido.

– Tal vez no deberíamos hacer esto– dijo ella– no quiero involucrarlos en esto.

Lydia se acercó a ella y puso su mano en su barbilla para que la mirara.

– Sí todo eso que has visto es real, si todo eso va a pasar– pausó– no te dejaremos pelear sola.

– ¿Ustedes están seguros de esto?– les preguntó a Scott, Stiles y a Parrish.

Los tres asintieron.

– Grace, un demonio me poseyó, Lydia estuvo en un manicomio, Parrish se ha incendiado más veces de las que puedo contar con mis dedos, Scott murió tres veces y las tres veces volvió a la vida, hace unos meses yo desaparecí, más bien la mayor parte de Beacon Hills lo hizo– le contó Stiles poniendo sus manos sobre su cadera, en forma de tetera– si la cosa de tu mente quiere una pelea, nosotros la ganaremos.

Grace lo miró sorprendida por las cosas que le había dicho. ¿De verdad habían pasado por todo eso? ¿Por qué no se lo habían contado antes? Ese pequeño relato le abrió una pizca de confianza en su corazón. Sea quien sea la cosa que apareció en su mente, no sería rival, no para ellos.

– Hagámoslo– dijo ella segura.

Stiles aplaudió rápidamente y Scott sacó sus garras aún estando tras de ella. Grace respiró profundamente antes de sentir un dolor contra su cuello, abrió la boca del dolor y sus ojos se cerraron de golpe. Scott sólo soltó un gruñido y sus ojos se pusieron en blanco por una milésima de segundo. Para después dejar su mirada perdida entre Lydia y Stiles.

– Estarán bien, ¿cierto?– preguntó Parrish preocupado.

– Sí, lo estarán– contestó el chico de lunares– creo– dijo esto último solo para él.

Por su lado, Scott apareció en una habitación blanca, al parecer la mente de Grace. El alfa parecía muy confundido, no sabía que hacer. Decidió caminar y cuando lo hizo un sonido estruendoso hizo que su mirada fuera hacia la izquierda, ahí a lo lejos pudo ver oscuridad, a lo lejos de toda esa habitación blanca. Frunció el ceño y comenzó a caminar hacia ahí.

angelus ; jordan parrish I.Where stories live. Discover now