capítulo diescisiete.

3.9K 278 20
                                    

017: initium.

Un pequeño silencio albergaba la sala del chico McCall. El reloj daban las doce del mediodía, en toda la ciudad no se escuchaba ni un solo ruido, todo estaba calmado y ¿cómo no? Si después de que todos vieran las noticias nadie quiso salir de su casa hasta que el virus que había llegado a Beacon Hills se dispersara.

Los chicos habían decidido pasar en casa de Scott los días en los que no podían salir libremente y aunque sabían que todo estaba siendo problema del Asag, preferían no separarse en caso de ocurriera al mayor a lo que estaba pasando. Lo cual sabían que podía pasar en cualquier momento.

Grace parada frente a la ventana viendo el pequeño chispeó que caía del cielo pensaba en podía haber pasado ayer que no pudo traer de vuelta a la vida a aquel hombre. Se cuestionó por milésima vez si había sido porque la muerte de él tenía que ser algo definitivo o si había sido culpa de su energía, que pudo no haberla tenido completa. No quería seguir pensando en eso pero no podía evitarlo, le entraba un pequeño remordimiento al saber que no pudo salvarlo. Soltando un bufido sintió un suave toque en su cadera, se dio la vuelta y se encontró frente a ella a su novio. A Jordan.

El Sheriff le había dado el día libre al oficial para que se cuidara de la castaña y ayudara a la manada en caso de que lo necesitaran.

– ¿Sigues pensando en lo de ayer?– le preguntó Parrish pasando uno de los rebeldes mechones de cabello hacia a atrás de su oreja. Ella cerró sus ojos y asintió apenada– hey, bonita– la llamó haciendo que Grace lo mirara– ya te hemos dicho que no tienes que culparte por eso, tal vez era algo que no estaba en tus manos, tal vez era algo que tenía que suceder.

El Ángel hizo una mueca y negó despacio mientras que Jordan tomaba una de sus manos para depositarle un beso sobre los nudillos.

– Era mi deber, Parrish– soltó suspirando– yo tenía que traerlo de vuelta.

– ¡Has revivido a tres personas ya!– intervino en la plática Stiles, quien había estado poniendo atención a su plática.

– ¡Y pude revivir a una más! Si no pude lograrlo ayer ¿quién dice que podré vencer al Asag?

De repente, de alguna manera, los demás de la manada estaban alrededor de Grace para saber de que estaban hablando.

– Eres muy poderosa– habló Lydia– más de lo que crees y no puedes tener ese pensamiento porque fallaste una sola vez.

– Fallar a veces es bueno– siguió Scott– sólo fallando sabrás en qué tienes que mejorar. No sabemos porque no pudiste lograrlo, no lo sabemos con exactitud, pero la próxima vez que necesites usar tus poderes. Sé que lo lograrás, lo sabemos. Nos ha quedado muy claro varias veces lo poderosa que eres.

La castaña solo sonrió de lado viendo a sus amigos que estaban sentados frente a ella. Tal vez tenían razón. Tal vez equivocarse a veces era bueno. No era algo de lo que ella supiera, pudo sentirse muy decepcionada cuando falló pero la siguiente vez que necesitara usar sus poderes, lo haría con tantas ganas que tendrá que lograr lo que sea.

– Creo que tienen razón. Gracias, chicos– agradeció los ánimos que ellos le intentaban dar.

– Claro que tenemos razón– le dijo Parrish sonriéndole– confió en ti y sé que la próxima vez harás lo mejor– le dio un pequeño beso y recibió una sonrisa por parte de ella.

Ella dejó de mirar a su chico, para mirar a los demás. Para mirar a Stiles, Scott, a Lydia, Liam, Malia y a Mason y por un momento pensó en lo afortunada que había sido en caer en manos de ellos. De lo afortunada que había sido por coincidir con la manada. El Señor la había enviado así, sin decirle nada. Sin darle instrucciones, esperando que ella sola se guiara en el aquel entonces territorio desconocido para ella. Pero por ellos, por los chicos pudo lograrlo, pudo saber que hacer, cómo vivir en la Tierra, supo cómo querer a alguien de verdad, de una forma diferente a la que hacía con Demian.

angelus ; jordan parrish I.Where stories live. Discover now