Capítulo 1

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Las últimas semanas habían sido bastante intensas para la Unidad de víctimas especiales de Manhattan. Estaban trabajando en un caso de pornografía infantil y eso tenía a todo el mundo muy nervioso. Olivia Benson trataba de mantener centrado a su compañero Elliot Stabler, él ya tenía un llamado de atención de su capitán Cragen: un exabrupto más y estaba fuera del caso. Para Olivia no era más fácil mantener la entereza ni mucho menos, pero ella no tenía hijos así que estos casos no tocaban su fibra más íntima. En cambio, cada caso que involucraba niños le recordaba a Elliot la inocencia de sus cuatro hijos, le recordaba la crueldad del mundo en el que se encontraba y que no podría protegerlos por siempre.

El caso se estancaba cada vez más, hacía días que nadie dormía bien. Olivia y Elliot ponían todo su esfuerzo en las últimas fotos que habían encontrado en la red oscura, mientras que Fin y Munch se encargaban de la lista poco útil de sospechosos.

—Te traje un café sin azúcar y con algo de crema —dijo Elliot extendiendo la bebida hacia su compañera.

—Gracias —respondió ella con media sonrisa y exhaló el aire retenido— justo como me gusta.

—No me dejas olvidarlo —rió.

—No seas exagerado —puso los ojos en blanco mientras reía suavemente.

Ambos lograban sacarse una sonrisa en el momento que más lo necesitaban. Siempre lograban hacerse sentir bien, sin siquiera tocarse, sin siquiera rozarse. Por alguna extraña razón sus almas vibraban juntas.

—Cuando te fuiste encontré algo que me llamó la atención —comenzó Olivia.

—Dime.

Él centró su atención acortando la distancia que lo separaba del cuerpo de ella, no entendían mucho acerca del comúnmente llamado "espacio personal".

—Este empapelado en la pared... aquí abajo —señaló— cerca del zócalo. Es el mismo que he visto en otras fotos de años anteriores y de otros niños. Tiene que ser el mismo lugar.

—Cómo no lo vimos antes, podría llevarnos a una pista distinta.

—A veces sólo requiere tiempo unir las piezas Ell.

—Lo sé, pero no tenemos ese tiempo. Hay niños allí afuera sufriendo sabe Dios qué clase de maldades y siendo heridos en todos los sentidos de la palabra.

La Detective tomó una bocanada de aire y lo exhaló lentamente. No discutiría con él nuevamente.

—Lo sé... Lo entiendo.

—Lo siento... sigamos buscando, quizá encontremos algo más en esas fotos que se relacionan.

Él tomó una nueva foto de sobre la mesa y se quedó observándola por unos minutos.

—¿Encontraste algo? —preguntó ella.

—No... es sólo que este niño se parece mucho a Dickie...

—No Ell, no te hagas esto. Este niño... no es tu hijo —colocó su mano sobre el antebrazo de él y apretó suavemente— tu hijo está bien.

Elliot frotó las manos sobre su rostro.

—¿Hace cuánto no los ves?

—Hace unas dos semanas, hablé con ellos ayer pero desde que Kathy y yo decidimos tomarnos un tiempo y ella se llevó los niños a Florida, se me hace muy difícil verlos todos los días como me gustaría.

—Ni siquiera puedo imaginar lo que debes estar sintiendo —mordió el interior de su labio inferior— deberías llamarlos ahora.

—¿Ahora? Estamos trabajando y Cragen...

Rompecabezas de Amor [PAUSADA]Where stories live. Discover now