Rompecabezas de Amor [PAUSADA]

Capítulo 2

Por supuesto que era real. El clímax que había tenido y que parecía de otro mundo había sido completamente real; tal vez el éxtasis y la dopamina del sexo la habían llevado a pensar que había encontrado su lugar en el mundo entre los brazos de Elliot. Pero esa mañana no hubo un tierno beso al despertar ni tampoco huevos revueltos en la cama para desayunar.

Olivia volteó y no sintió a Elliot a su lado; algo dentro de su pecho se agitó pequeñamente, abrió los ojos y lo vio de espaldas a ella terminando de vestirse. Un sentimiento de culpa la invadió completamente: se había acostado con su compañero, con su amigo. Lo primero que cruzó por su mente fue que lo había arruinado todo al igual que con sus otras relaciones. Rió internamente ante ese pensamiento ¿A quién quería engañar? Elliot y ella no tenían una relación.

—Buen día —dijo en un hilo de voz. Necesitaba hablarle para alejar la maraña de pensamientos y sentimientos que se amontonaban en su cuerpo.

Él volteó y le regaló una pequeña sonrisa.

—Buen día Liv.

—Yo... —dijeron los dos al mismo tiempo.

El silencio los invadió unos segundos.

—Debemos hablar —susurró él finalmente.

—Lo sé.

Olivia salió de la cama envuelta en una sábana y se colocó una bata sobre el cuerpo desnudo.

—Somos compañeros Ell, somos... amigos, no quiero que esto arruine nada.

—Lo entiendo Liv, yo no sé lo que me sucedió anoche, me dejé llevar y...

—¿Te arrepientes? —preguntó con algo de miedo.

—No ¿y tú?

—Tampoco.

Elliot se sentó en la cama dándole la espalda.

—No quiero que esto afecte nuestra amistad, nuestro trabajo. Hemos sido compañeros por más de siete años, más tiempo que nadie en nuestra unidad. No quiero que nos traiga problemas.

—No nos traerá problemas, somos adultos.

—¿Realmente piensas eso? —se cruzó de brazos como protegiéndose a sí misma.

—Sí.

—¿Y qué pasará cuando un civil y yo estemos en peligro? ¿A quién elegirás? O si un civil y tú están en peligro y me toca decidir...

El ambiente se volvió tenso, se notaba que la conversación no estaba tomando el curso que él había imaginado.

—Elegiremos al civil Liv, porque somos profesionales —rodeó la cama para quedar frente a ella. Acarició su mejilla y movió un mechón de cabello detrás de su oreja, tal como había hecho la noche anterior. Olivia cerró los ojos ante el contacto pero dio un paso atrás, alejándose de él.

—Esto fue sólo sexo —dijo la detective y fingió una sonrisa.

Él tragó saliva y mordió el interior de su labio inferior.

—Sí lo fue. Sólo sexo. Eso era lo que quería decir —mintió.

—Bien —caminó hacia la puerta— iré a tomar una ducha. Si quieres puedes quedarte y tomamos un café.

—De acuerdo.

Él se puso los zapatos, recogió sus cosas regadas por todo el departamento y se paró en medio de la sala. Estuvo a punto de quedarse por ese café pero su primer instinto fue más fuerte y salió de allí con una sensación de angustia y enojo que en nada se parecía a lo que había sentido durante la noche.