Capítulo 22

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Se había quedado dormida en el sofá, con ambas manos sobre su abdomen. Finalmente la angustia y el cansancio la habían vencido, pero su mente no dejaba de trabajar.

"El sol de las diez de la mañana rozaba con suavidad su piel ya dorada por el calor del verano. Estaba sentada en una reposera junto a la piscina, en el patio trasero de su casa. Había cerrado los ojos por un momento hasta que una tierna voz la obligó a abrirlos.

—¡¡Mami!! ¿Estás mirándome? ¿Viste lo que puedo hacer?

—Sí cariño, puedo verte —sonrió— te sale perfecta esa voltereta.

—Es la que me enseñó papi —dijo yendo hacia el borde.

—Así es —respondió Elliot y depositó un suave beso en la frente de Olivia— ten tu jugo cariño.

—Gracias amor.

—Noah, muéstrale a mamá la vuelta que puedes hacer desde el trampolín.

—Sí papi —gritó emocionado.

—Ell, sabes que eso es peligroso.

—Es solo un pequeño trampolín, confía en él.

—Confío en mí hijo, pero no quiero que se lastime.

—¡Mírame mami! —gritó Noah.

Olivia y Elliot centraron su atención en el pequeño, quien hizo una voltereta perfecta y cayó al agua.

—¡Muy bien hijo! —dijo ella sonriente.

—Te dije que estaría bien.

Ella volteó para ver a Elliot a los ojos, pero sintió que le faltaba el aire cuando notó que no era él quien estaba a su lado.

—¿Qué haces aquí? —preguntó aterrorizada.

—¿Qué clase de pregunta es esa? —respondió Philip Teist con una sonrisa sarcástica— vivo aquí. Contigo y mi hijo.

Olivia se puso de pie de un salto, su corazón estaba a punto de salirse de su pecho. Un escalofrío recorrió su columna, su hijo no podía convivir con ese ser despreciable. Sus peores temores estaban siendo una realidad y debía detener esa situación. —¡¡Noah!! —gritó buscando con la mirada a su hijo— Noah, ven aquí cariño.

—Aquí estoy mami —respondió el pequeño sentado sobre las piernas del hombre que la había violado— ¿Por qué tienes miedo de papi?

—Él no es tu padre. ¡Suelta a mi hijo! 

—También es mí hijo, Olivia… no lo olvides.

—Por supuesto que no es tu hijo —tomó a Noah de un brazo y lo llevó dentro de la casa a pesar de sus quejas. Cuando quiso cerrar la puerta de vidrio sintió que la tomaban del cabello y la jalaban hacia atrás.

—¡Suéltame! —gritó— ¡Noah, corre a tu habitación!

—No creas que puedes escapar de mí, nunca podrás —dijo Philip en su oído, acorralándola contra la pared, besando su cuello.

—¡No! ¡Vete! ¡Suéltame! —gritaba ella luchando con todas sus fuerzas.

Debía salir de allí, debía despertar del maldito sueño y enterrar el recuerdo de aquel bastardo que tanto la había herido."

El grito de Olivia despertó a Alex y probablemente a todo su edificio. La rubia corrió rápidamente hacia la sala y pudo ver a Olivia sentada en el sofá, intentando respirar con normalidad pero fallando miserablemente en el intento. 

Rompecabezas de Amor [PAUSADA]Where stories live. Discover now