Tontas palabras [Serie Tontamente #2]

41 - Jamás

Siete meses después…

Es increíble, creía conocer el amor, creía conocer la felicidad, pero en cuanto esos pequeños ojitos me vieron por primera vez supe que no entendía nada de la vida hasta ese momento. Trae la paz en su mirada, trae esa sensación de que todo de ahora en más será perfecto, trae en sus ojitos todas las palabras que nunca he sido capaz de decir.

Ya nunca estarás solo, papá.

— Te amo — me dice Emily entre lágrimas.

— Yo también te amo, solo mírala, es absolutamente perfecta — tiene sus ojos muy abiertos para solo tener quince minutos de vida, creí que me asustaría tomarla en brazos, pero ahora no creo ser capaz de soltarla jamás.

— Ya pueden decirle a su familia que pase — dice la enfermera antes de abandonar la sala.

Dejo a la bebé en los brazos de su madre y camino hacia la puerta.

— Primero a él, luego los demás — me dice Emily aunque ya lo sé.

Camino por ese pasillo largo intentando comprender todo lo vivido las últimas horas, contracciones, dolor, la desesperación de verla sufrir y no poder hacer nada, y luego sus ojos, esos ojitos que hicieron que todo lo anterior valiera la pena.

— ¿Nació? — pregunta Noah en cuanto cruzo la puerta.

— Sí, es la cosa mas hermosa que he visto en mi vida — no he terminado de decirlo y ya me está abrazando.

Todos están aquí, también la familia de Emily, todos festejan y hacen un gran escándalo.

— ¿Ya podemos entrar? — pregunta Olivia con ansiedad.

— Podrán pasar en pequeños grupos, pero primero Liam, luego los demás.

Todos se quejan, pero solo Liam viene conmigo.

— ¿Por qué yo? — hasta él luce sorprendido, obvio tiene un motivo que ya entenderá.

No respondo, solo camino por el pasillo con él un par de pasos por detrás.

— Estoy nervioso, ya quiero verlo.

No supimos el sexo del bebé hasta su nacimiento, no se dejó ver en ninguna ecografía, tampoco les dijimos su nombre aunque nos preguntaron más de mil veces.

— Verla — respondo justo antes de abrir la puerta.

— ¿Es niña? ¡Lo sabía! — ya está conteniendo las lágrimas, y ni siquiera la ha visto.

Abro la puerta para él y lo dejo pasar primero.
Las lágrimas llegan a sus ojos cuando la ve en brazos de Emily, se acerca a ellas a paso lento y pasa la manga de su sudadera por sus ojos. Creo que nunca lo he visto llorar, ni en las peores situaciones.

Emily se la extiende para que la tome en brazos y él no lo duda ni un segundo.

— Hola bebé, soy tu padrino ¿reconoces mi voz? — ella le regala su primera sonrisa en respuesta, obvio lo conoce, le ha hablado cada día en la panza — ¿Cómo se llama?

Soy el encargado de responder.
— Se llama Ámbar, Ámbar Romano.

Si recién estaba llorando ahora está llorando el doble, usa su hombro para limpiar sus ojos y que las lágrimas no caigan sobre ella.
— ¿De verdad?

— Sí, de verdad — responde Emily.

— Pero… ¿por qué?

— Porque has estado incondicionalmente para nosotros, cada vez que te necesitamos tú nunca dudas, eres nuestro mejor amigo, eres nuestra familia, y te debemos más de lo que alguna vez podremos pagarte — estoy siendo muy sincero, últimamente las palabras ya no me cuestan tanto.