Emily
Dos chicos lindos.
Mis días de ahora en más se reducirán a pasar mi tiempo con dos chicos que me gustan.
Debo trabajar con Lucas para luego llegar a casa y trabajar con Matteo.
Mi corazón no va a resistirlo, y mi ropa interior tampoco.— Hola Pollito ¿Cómo estuvo el día? — pregunta mi amigo en cuanto cruzo la puerta.
— Intenso — respondo dejando mi mochila en el suelo y arrojándome al sofá.
— ¿Mucho trabajo?
— Demasiada testosterona.
Liam se levanta del sofá y levanta mi mochila para dejarla en el perchero.
— Lo siento — me disculpo por el pequeño desorden.
A Liam no le gusta el desorden, se encarga de la mayoría de las actividades domésticas, pero me tiene prohibido contárselo a nadie.
Dice que nadie querría tener sexo con un amo de casa.— Lucas trabaja conmigo ahora — me paro en puntitas y tomo un paquete de galletas dulces de la alacena.
— ¿El amigo de Emma?
— Sí, el amigo sexy de Emma. ¿Puedes creer que solo tiene 17?
Liam se ríe ruidosamente.
— Te persiguen los bebés en pañales.— Y después de trabajar toda la tarde con Lucas, Matteo pasó a recogerme para tomar helado — lo cuento y ni siquiera yo lo puedo creer aún.
No es como que fuera una cita o algo así, pero de todas formas no puedo dejar de emocionarme.
Liam frunce el entrecejo.
— ¿Matteo? ¿Te invitó a salir?— No en realidad, solo quería pedirme ayuda para programar una aplicación para el colegio. Vendrá a casa por las tardes y Noah no puede saberlo.
Su rostro se torna serio.
— Me pides mucho Em, no le miento a Noah.— Lo sé Li, sé que te pido mucho, pero de verdad me hace ilusión pasar las tardes con él, y Noah nunca estaría de acuerdo — pongo grandes mis ojos y lo miro con mi mejor cara de niña tierna.
— No me mires así, eso es jugar sucio — se queja meneando la cabeza.
— Por favor — hago un puchero.
— De acuerdo manipuladora, pero si se entera diré que me obligaste.
Me arrojo a su cuello para envolverlo en un abrazo y él me empuja.
— No quiero tu cariño solo porque hago lo que tú quieres.— Siempre tienes mi cariño, no seas dramático — me río —. Gracias, te debo una.
— Sí, me debes una grande. Mira que mentirle a Noah...
— No es mentir, es omitir información nada más.
— Dignas palabras de una manipuladora.
Vuelvo al sofá, pero él se queda de pie.
— Lo siento, te acompañaría en la merienda, pero tengo tarea de pedagogía — se disculpa y se da media vuelta.
— ¡Espera! — lo freno — Es que quería que me dieras tu punto de vista.
— ¿Sobre qué? — vuelve a sentarse.
— Es que Matteo se comportó extraño hoy.
— Explica extraño — me pide poniéndome toda su atención.
— Tonto, es raro porque él nunca es tonto. Siempre luce tan seguro y prepotente y hoy no podía juntar dos palabras sin perder la concentración.
Piensa por un momento.
— ¿Dijiste que fueron a comer helado? ¿En cono?
YOU ARE READING
Tontas palabras [Serie Tontamente #2]
Teen FictionMatteo ha pasado su vida siendo un imbécil, convencido de que ocultar su verdadera personalidad lo mantenía a salvo. Pero cada uno de sus secretos saldrán a la luz cuando Emily llegue a su vida. Muchas cosas deberán cambiar, porque ella no lo quier...