Tontas palabras [Serie Tontamente #2]

32 - Problemas

Matteo

El padre de Emily me cae muy bien, aunque habla demasiado es muy agradable. Me tuvo un largo rato haciendo preguntas sobre el hogar.

— ¿Así que tienen proyectos de algo más grande?

— Sí, Liam y yo estamos trabajando en eso. Mi idea es financiar distintos hogares, no me gustaría poner más niños en el que ya tenemos porque me gusta que cada uno tenga la atención que merece, no como en un orfanato, si no como en una familia.

Eugenio me da una sonrisa muy sincera.
— Eres muy noble Matteo, me alegra mucho que Emily te tenga.

Voy a responder pero alguien no tan agradable entra en la cocina.
— Buenos días Eugenio, veo que está en muy buena compañía — dice el tonto novio de Elizabeth.

— Ah, dormiste aquí — dice Eugenio sin mucha emoción, me da un poco de gracia pero no me rio.

No pienso saludarlo, de hacerlo sería dándole un golpe en el rostro y no creo que sea oportuno.
— Si me disculpa, iré a buscar a Emily — digo poniéndome de pie.

Salgo al jardín y encuentro a Emma discutiendo con Ethan mientras Emily sonríe.

Sus ojos se posan en mi de inmediato.
— ¡Dile Matt! — exige y yo no entiendo nada.

— ¿Qué? — Emma cruza sus brazos sobre su pecho y Ethan por fin sonríe, no creí que fuera capaz de hacerlo — ¡Vamos Emma! Acabamos de llegar y ya tienes problemas.

Emily se ríe, al parecer no es tan grave lo que sucede.
— Y eso que aún no conoce a mi hermana.

— Dile que si se hace el machito ganador conmigo lo voy a patear en las pelotas.

No puedo evitar reír, sin duda Ethan no sabe en dónde se mete.
— ¡Oh! ¡Claro que lo hará! O incluso te hará cosas peores, créeme, no es un sitio donde quieras meterte, cero oportunidad.

Emma se va a la casa nuevamente, entre molesta y divertida por mi comentario.

— Ya, no causes problemas, ella está con Noah, tú no te imaginas todas las cosas que han pasado — Emily habla en serio y su hermano le pone atención.

— Solo estoy jugando Em, Noah no me asusta.

— Pero no es a Noah a quien debes temerle, es a ella, Elizabeth es una santa a su lado.

Ethan vuelve a esbozar una sonrisa.
— Me encanta — murmura antes de irse.

— ¿Hueles eso? — me pregunta Emily acercándose a mí.

— ¿Qué?

— Problemas.

Sonrío y le doy un pequeño besito.
— Somos un buen equipo, podremos con todo.

Emily

Y de pronto después de tanto tormento, aun guardando un secreto encuentras la estabilidad, las cosas están en orden, te sientes bien, comienzas a hacerte amigo de la felicidad, de la risa, de sentirte querido. Pero algo tiene que pasar, de alguna forma u otra el desequilibrio llega y te golpea de lleno en el rostro.

Y mi desequilibrio llega justo esta misma tarde.

Estamos todos juntos en el parque, todos pelean por no ir a comprar gaseosas así que finalmente voy yo.

Cruzo la avenida y camino media cuadra hacia un pequeño supermercado. Me decido por llevar también comida, para no tener que regresar luego.

Papas, galletas, sándwiches, chocolates para Emma y caramelos Sugus para Matteo.
Abro la heladera para tomar las gaseosas y golpeo a un chico sin querer.