Tontas palabras [Serie Tontamente #2]

13 - Cobarde

Matteo

Mi segundo intento de irme a dormir también es interrumpido por alguien que irrumpe en mi habitación.

— ¿Por qué nadie golpea la puerta hoy? — me quejo mientras me quito los zapatos.

Liam me ve con furia, era obvio que esto sucedería.

— Tú eres hombre muerto — murmura y le respondo con una gran carcajada.

— ¿Ah sí? ¿Tú vas a golpearme? — lo provoco poniéndome de pie.

— No solo voy a golpearte, eso es poco para lo que te mereces — da dos pasos y está frente a mí con los puños a sus lados, no retrocedo, él no me asusta.

— Hazlo, y luego tendrás que explicarle a mi hermano por qué lo hiciste, y como estuviste mintiéndole y engañándolo para que yo pudiera verme con ella — su mirada cambia cuando digo eso, aún está furioso, pero está barajando sus opciones.

— No juegues con eso Matteo, también estará molesto contigo — da un paso hacia atrás y aún me mira desafiante.

— Ya está molesto conmigo por besar a Emma, puedo soportar que lo esté por esto también. ¿Tú puedes? — ahora el que avanza soy yo, no va a asustarme y comienza a notarlo.

— ¿Qué pasa contigo? Puedes mentirle a todo el mundo, pero no puedes mentirme a mí, te conozco mejor que cualquier persona y tú lo sabes — baja bastante su tono de voz, ya no está agrediéndome, al parecer intenta llegar a mí de alguna forma.

— ¿Para qué quieres que te lo diga? ¿Para correr a decírselo a ella? Tú y yo no somos amigos Liam, y ella no es una pequeña niña a la que debes proteger. Es una mujer, que se haga cargo ella misma de las cosas que hace y tú deja de ser un imbécil.

— Ella no te ha hecho nada — asegura y estoy seguro de que se lo cree.

— Eso te dijo a ti — lo veo dudar por un momento, pero estoy seguro de que nunca desconfiaría de ella de todas formas —. Además, no es asunto tuyo, cómprate una vida Liam.

— Tú estás enamorado de ella, pero eres tan pendejo que no puedes con la situación.

— Y tú y yo tenemos en común algo mucho más importante que una chica, así que lárgate de aquí y no lo arruines.

— No mezcles las cosas, no puedo permitir que le hagas daño — se sienta en mi cama mirando el suelo, venía decidido a golpearme, pero he ganado está batalla solo con mi inteligencia, como siempre.

— ¿Y si es ella la que me está dañando a mí? Tú me conoces, no paras de decirlo. Tú sabes que estaba siendo sincero con ella, tú sabes que si ella no me importara no la hubiese llevado al hogar. Entonces déjame en paz y ve a hacerle preguntas a tu amiga, que tal vez no te contó toda la historia esta vez — abro la puerta para que se vaya y él se pone de pie.

Su actitud ha cambiado por completo, tal vez haya comprendido que no puede meterse en esto solo por el hecho de querer protegerla.

— Deja de decir que no soy tu amigo, no podemos no ser amigos con todo lo que hemos vivido. Tú y yo somos más que amigos, somos una familia allí. Y no volveré a meterme en esto, solo no seas tan idiota de hacerla llorar de esa forma, apenas si podía respirar cuando llegó al auto — cruza mi puerta y se voltea a verme.

— Pues dile que no sea tan dramática, bien que cuando se besaba con otro no lloraba — dicho eso cierro la puerta.

No sé si podré dormir esta noche, pero al menos lo intentaré.

Emily

— ¿Estás mejor? — me pregunta Liam en cuanto llegamos a casa.

— Sí, dime qué no lo golpeaste, por favor — los ojos me duelen y el pecho también, pero ya no estoy llorando.