Mi promesa

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Hola lectores y lectoras. Ya tiene mucho tiempo que acabé esta historia pero les traigo un capítulo que estaba destinado a su publicación en físico pero siempre hay una cosa u otra que me impide que la publique. Quizá soy terrible escribiendo, quizá no sea escritora en sí. Pero lo hago con mucho cariño. No creo que piense por el momento en buscar su publicación, pero en agradecimiento les dejo un capítulo muy especial. Es una despedida para este ciclo en mi vida-

Los quiero y estaré al pendiente de sus mensajes.

Llegué a Mitla como pude, era un espacio vacío y oscuro

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Llegué a Mitla como pude, era un espacio vacío y oscuro. Se volvió a sentir como mi prisión personal. Sentía un hueco enorme en el pecho, jamás había sentido esa necesidad de alguien, un sentimiento tan particular, me hacía falta, el sentimiento se asemejaba tanto a eso que los humanos llaman dependencia.

Mi dama me hacía falta, respirar sin ella a mi lado era difícil, quemaba. No era dependencia, simplemente era el dolor de su ausencia, y que esto que sentía por ella se quedaba en mí, sin poder expresarlo o entregarlo.

Dolía mi pecho, algo lo estrujaba. Diablos, dolía que no estuviera aquí, que no pudiera hacer nada. Ella se había ido, sin que pudiera hacer nada, mi cuerpo humano me había limitado.

Había sangre por todas partes. Mi traje oscuro estaba perforado. Me senté en el mismo lugar dónde la había esperado cuando se fue al infierno. No podía perder la razón, tenía trabajo que hacer como el señor del Mictlán.

Mi lazo con Adara era algo inexplicable, algo que no se podría explicar o entender al menos que lo vivieras. Un amor que te ata, que se siente como el mismo infierno cuando no lo tienes cerca, pero a la vez te hace sentir completo, y capaz de grandiosas cosas. Era tan extraña esa sensación de sentirse como uno solo pero a la vez sentirte aterrado por la idea de que ese alguien te hacía vulnerable en tantos sentidos.

Vi el sobre de la carta de Adara, aquella que dejó antes de ir al infierno. La recogí y la puse sobre la caja de madera con la que varias veces Adara jugueteó. La aventé y está se rompió al estrellarse contra la pared. Al romperse dejó de proteger su contenido. Una hoja blanca y el dije que era de su madre, apenas lo vi brillar.

Me acerqué entonces, tomé el dije entre mis dedos y la hoja blanca, mis huellas con sangre quedaron en ella. Estaba sangrando y dolía pero no importaba, solo quería alejarme de la humanidad, del templo y evitar que ellos sufrieran mi ira, mi tristeza.

Desdoblé la hoja, aunque eso me costó un par de gotas que cayeron en ella de mi sangre, era la letra de Adara. Había ocultado esa carta, para que quizá no la leyera o tal vez para que la leyera si algo le sucedía.

Nahek: Mi amado ángel oscuro.

No sé si volveré, no sé si leerás esto, decidí escribirte mis palabras, mi promesa aunque una noche las susurré a tu oído, estabas tan dormido que no te percataste de ello. Esa era la intención, lo sé, hice trampa supongo.

No soy buena con las palabras, soy mejor escribiendo, así que esta noche mientras te espero, he decidido escribirte.

Me ofreciste un mundo, tu reino. Me ofreciste tu corazón, y lo cuido. Me ofreciste tu protección, y ahora yo te la ofrezco. También te dejo escrita mi promesa, te hago esta promesa mi ángel oscuro, aunque nunca llegues a entender que es para ti. A ti mi compañero, mi esposo.

Prometo alejar tus sombras con mi luz, y dejar que tu luz alejé las mías.

Prometo cuidarte desde el amor y no desde mi ego, ni de mi egoísmo.

Soltarte si es necesario para aprender cada uno sus lecciones, porque sé que es abrumador lo que sentimos el uno por el otro, somos uno, aunque dos seres diferentes.

Prometo adentrarme en la oscuridad para salvarte de ella, pues de esa forma nos salvaré a ambos.

Prometo quererte y amarte incondicionalmente, sin importar la distancia o vidas que nos toque vivir juntos o separados.

Pero sobre todo, prometo tomar tu mano y no soltarte nunca más. Regresar a ti, siempre que quieras lo haré, que me quieras en tu vida.

Pues nuestras almas son una sola.

Esta es la promesa que te hago mi ángel oscuro. La promesa que le hago a mi rey, a mi esposo, al hombre que amo, al que siempre fue mi destino, al que pertenece mi alma y corazón.

Son mi votos de amor para ti Nahek, esperando expresar lo que significas para mí.

No tengo nada más que darte, solo mi promesa de amor incondicional.

Te amo Nahek, sin importar vidas, ciclos, nos encontraremos de nuevo. Siempre volveré a ti, siempre te perteneceré, como sé que siempre tu corazón que no crees tener me pertenecerá. Toda mi eternidad como tu esposa, te la entrego a ti.

Me quebré, pues esas palabras escritas por mi dama, eran lo que necesitaba saber, pero en este momento dolían y herían. Dolía y desgarraba algo en mi pecho, el aire me faltó. Fue cuando lloré como jamás lo había hecho.

—Tomaré tu promesa Adara. Sé que volverás a mí. Sé que estaremos juntos, por toda la eternidad. Cumpliré mi amenaza, dije toda la eternidad, y así será.

Después regresé al templo, había perdido mucha sangre, y estaba demasiado herido. Necesitaba curaciones. Se hizo oscuridad y no supe nada más de mí.

Seguro me encontrarían y me atendería, aunque el corazón humano qué tanto ansié tener, ese no tenía cura. Bueno si la tenía, Adara era mi cura y mi salvación, aunque ahora solo fuera oscuridad. 





Espero les haya gustado, poco a poco iré subiendo la nueva versión a Wattpad, espero que ahora quede más claro porque Adara se rinde. Y tenga mayor congruencia Así muere un ángel para ustedes.

Con todo mi amor y agradecimiento a ustedes.

Cuando la muerte se enamoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora