01.-

2.2K 148 63
                                    


Sejun suspiró por enésima vez en el día.

Pensaba. Pensaba demasiado.

No sabía exactamente cómo o debido a qué milagro celestial, él y su amigo habían conseguido una beca para estudiar en el mejor lugar del país. ¿Que si era una universidad? Bueno, pues básicamente eso era, pero un poco más complejo. El papel decía "Centro Educacional", y él entendía perfectamente por qué querían marcar la diferencia. Si hubiesen ido a una universidad sin duda todo hubiera sido más fácil, en muchos sentidos. Pero no, él y su amigo habían decidido ir por el camino difícil. Habían estudiado toda la vida para conseguir algo más, y ahora estaban becados en un lugar donde serían capaces de terminar con más de un grado de licenciado y un título. El lugar estaba lleno de chicos que terminarían heredando alguna empresa familiar, y la única razón por la que se habían esforzado tanto por ingresar, es porque esperaban llamar la atención de alguno de los alumnos, sus padres, los profesores... cualquier persona que pudiera darles los contactos de un buen lugar donde trabajar.

Pero incluso después de solo una semana, se estaba dando cuenta de que nada sería fácil. Sus compañeros no solo los ignoraban, sino que murmuraban y se reían a sus espaldas. Ingresar a ese mundo de chicos ricos parecía imposible.

🌸

Byungchan subía alegremente las escaleras. En un momento en que sus amigos no estaban a su alrededor tomó su bolso y se escapó en dirección a la azotea. Al fin podría comer la bolsa de dulces que guardó antes de salir de casa.

Pero sus planes quedaron en nada cuando abrió la puerta y vio que dos chicos estaban golpeando a alguien: al nuevo que era su compañero.

Su cuerpo reaccionó antes que su mente. Tomó a uno desde atrás para jalarlo hasta lanzarlo al piso y antes de que el otro reaccionara del todo, lo empujó haciéndolo trastabillar. Se agachó para ver al chico nuevo y cuando vio que tenía un corte sangrante en la ceja se levantó para dedicar una fría mirada a los abusivos.

—¿Quién fue? —preguntó con un tono tan gélido que podía competir con su mirada.

Los abusones se miraron un segundo, dudando sobre cómo responder. Finalmente uno tomó el valor para encararlo.

—¿Qué importa? Estás solo de todos modos.

—¿Eso crees?

Los dos se giraron sorprendidos en dirección a la persona que había hablado.

Seungwoo estaba en cuclillas mirando desde el lugar más alto de la azotea. El lugar en donde estaba la puerta.

Sin apenas dudar, Seungwoo saltó desde donde estaba. Byungchan soltó una risita inocente.

—Así que... uhmm... ¿ahora se dedican a golpear a los nuevos? —habló hacia uno de los chicos— ¿Es una especie de novatada?—se dirigió hacia Byungchan.

—Pues yo no me enteré —contestó inocente.

—¿Desde cuándo tienen protegidos? —se atrevió uno.

Seungwoo alzó los hombros como si nada. Y cuando la puerta fue nuevamente abierta, sonrió malicioso.

—Oh, Jinhyuk.... que bueno que llegas.

El mencionado miró la escena tratando de entender lo que estaba pasando.

—¿Tengo que preocuparme? —preguntó confundido.

—No, los chicos ya se van.

Los abusivos no dijeron más, mejor salir de ahí ahora que podían. Pero cuando estaban a punto de alcanzar la puerta, Seungwoo llegó silencioso por detrás, alcanzando a uno, estampandolo contra la pared y apretando su cuello. Ni Jinhyuk ni Byungchan se inmutaron ante esta acción. Cuando Seongwoo vio que el chico frente a él comenzaba a cambiar de color, lo soltó y se acercó para susurrarle.

—Piensa bien lo que haces desde ahora... si lo tocas a él o a su amigo, la próxima vez puede que no me controle.

Seungwoo le dio la espalda, no necesitaba ver hacia atrás para saber que los cobardes huirian. Cuando llegó junto a Byungchan, no se sorprendió de verlo arrodillado y sosteniendo su pañuelo sobre la ceja del que seguía sangrando. Cuando su mirada se encontró con la del desconocido, pensó que era un buen momento para dar el próximo paso.

—Hola —vio que el chico hizo un leve movimiento con la cabeza, a pesar de todo, aún estaba en guardia—. Soy Seungwoo —se presentó—. Este es Jinhyuk —dijo haciendo un gesto con la mano—. Y el que te está ayudando es Byungchan —presentó al menor aún sabiendo que probablemente ya sabía su nombre, estaban en la misma clase después de todo.

—Sejun... —murmuró.

Seungwoo asintió, aunque los tres sabían perfectamente quién era, ninguno dijo nada.

—Entonces...

Sejun quiso decir algo, pero fue interrumpido por su celular. Vio el nombre en la pantalla y suspiró.

—Wooseok... —saludó—. Si... si... bien... estoy en...

Sintió una mano en su hombro. Jinhyuk le hizo un gesto negativo.

—Dile que tú irás por él, que no se mueva de donde está.

—Ah, sí, perdón —se disculpó con su amigo—. Yo iré por ti, espérame.

Cuando colgó, miró a Jinhyuk confundido.

—Las personas que estaban aquí no se van a quedar de brazos cruzados, créeme. Dime dónde está y yo lo iré a buscar.

Sejun entendió perfectamente a qué se refería. Y sintió miedo. Intentó levantarse, pero Byungchan puso una mano firme en su hombro.

—Jinhyuk hyung puede encargarse, tranquilo —usó la voz más dulce que pudo—. Y Seungwoo hyung y yo nos quedaremos contigo —luego se acercó para susurrarle—. Somos más geniales —le guiñó un ojo.

Sejun no pudo evitarlo, una leve risita se le escapó ante el intento de broma del otro.

—¿Entonces...? —Byungchan intentó conseguir una respuesta.

—La biblioteca... Wooseok está en la biblioteca.

Jinhyuk no dijo nada y rápidamente salió de la azotea.

Cuando divisó a Wooseok, a la salida del edificio mencionado, también pudo ver a los chicos problemáticos esperando por él. Tenía razón, no lo iban a dejar así como así.

—Eres el amigo de Sejun, ¿cierto? ¿Eres Wooseok?

El nombrado lo miró confundido. En primer lugar, nadie les hablaba; y en segundo, nunca escuchó sus nombres cuando hablaron de ellos.

—¿Quién eres tú? —dijo simple.

—Oye, oye, ¿por qué tan agresivo? —vio que Wooseok apretaba los labios—. Bueno, si no eres tú, debo seguir buscando —llevó su mirada por sobre el hombro del más bajo.

—Soy yo. ¿Qué quieres?

—En serio, tan agresivo... —murmuró—. Te buscaba porque Sejun no puede venir.

—¿Por qué? —preguntó fríamente.

—Dios... —rodó los ojos—. Si quieres saber, tienes que acompañarme. Si no vienes, le diré que no quisiste —comenzó a caminar antes de escuchar otra queja.

Wooseok siguió al más alto, siempre un par de pasos más atrás. Desconfiaba de él... desconfiaba de todos. 

Chaebol (SeungPyo-WeiShin-SeByung)Where stories live. Discover now