Si los amigos existen... •[KyuSung]•

XXV • Cumpleaños

Supongo que lo importante era esto.
Kyuhyun se va a mudar... O más bien se mudó. No puedo creer que no me contara.
Pero bueno... Ya está.
Su nuevo lugar es bonito, es bastante espacioso y ha pintado las paredes de lo que creo que es la sala, de color celeste. De ahí, todo lo demás es blanco y parece bastante moderno.
Todo menos el horrible overol beige con manchas de pintura que trae puesto Kyuhyun. parece un... Niñote.

— Este lugar es tan espacioso — Expreso abriendo los brazos frente al enorme ventanal que tiene vista a la ciudad.

— Me conviene que tenga espacio.— Dice bastante tranquilo, dando unos cuantos brochazos de pintura azul a los muros.

— ¿Supiste algo de Donghae? — Pregunto curioso, de repente. Desde hace unos meses no sabemos mucho de él.

— Sólo que está en China...Pensé que iba a estar en la ceremonia de ayer.

— Yo igual.— Sólo en un cincuenta por ciento. Realmente creo que no quiso ver a... cierta persona. Y está bien, si lo que necesitaba desde hace tiempo era poner distancia, está bien que ésta sea lo más grande posible.
suspiro...

— Era esto lo importante, supongo... ¿Por qué no me dijiste antes?

— ¿Qué? ¿Sobre el departamento? No, no era esto lo importante. — Arqueo las cejas, confundido por tal respuesta. ¿Hay más?

— ¿Entonces? Ayer en la ceremonia me ibas a contar y en lugar de eso fuiste con Hyukjae.

— Te lo diré más tarde, tranquilo. — Suelta la brocha sobre el suelo, y señala todo.—¿Qué te parece?

— Me gusta.

— ¿Sí te gusta ese azul? — Vuelve a preguntar. Kyuhyun está evadiendo eso importante que quiere decirme, y me molesta un poco a decir verdad.

— Se ve muy bonito. — Sonrío levemente. — Lo importante después de todo es que te guste a ti, corazón.

— Cierto... — Agacha la mirada, mueve los pies con nerviosismo y luego vuelve a verme con esa enorme sonrisa. — Ven. Firma conmigo.

— ¿Cómo?

— Azul, y tu.. azul fuerte. — Se tiñe la palma de la mano con el azul de su sala, me mira esperanzado a que haga lo mismo con la pintura azul marino. Sin decir más, lo hago. — De acuerdo.

Pega su mano en el muro de la entrada, pego la mía justo a un lado de la suya. Obviamente la diferencias entre ambas manchas es enorme. Mi mano es mucho más pequeña que la suya. Le llega a mi mejilla un sorpresivo beso que me hace reír enamorado.

— Se ve hermoso. — Digo mirando el detalle tan cursi.

— Bien... Ponte guapo y elegante que iremos a cenar a un sitio especial.

— ¿Especial? — ¿Y ahora a qué juega el malvado Cho?

— Sí quieres saber lo que te voy a decir, arréglate y paso por ti cerca de las siete. ¿Bien?

— Bien.

^°^°^°^

El mesero sirve dos copas con vino tinto antes de retirarse.
Kyuhyun me invitó a cenar, y no es la típica cena que tenemos una que otra noche a la semana. Es una sitio elegante, las sillas son cómodas y la cristalería fina. Estamos a lado de una gran ventana donde los colores de la ciudad nocturna nos acompañan. Ambos de traje y tan arreglados... Me siento como en esa historia donde el diseñador es atropellado por el doctor que luego se enamora de él.
Aunque todo es tan hermoso, elegante y perfecto. Hay algo que me incomoda un poco.

— Kyu, no debiste gastar tanto. — Pido mientras veo los platillos tan sofisticados en nuestros platos.

— Es que lo que te voy a decir es importante.

— Cuéntame. — Pido curiosos acomodándome en la silla para oírlo más de cerca.

— Me dieron el empleo. — Dice con una enorme sonrisa. Mi corazón estalla de felicidad en ese instante. Kyuhyun había ido a pedir un trabajo muy solicitado que le recomendó Siwon. Era casi imposible que se lo dieran, y lo consiguió.

— ¡Aish! ¿Por qué me traes aquí? Quiero gritar y no puedo. — Me abanico con las manos, estoy muy emocionado por él. — Estoy muy feliz por ti, Kyu.

— Pero eso no es lo importante.— Dice con intriga. Sonríe de forma emocionada, me toma de las manos, las envuelve en las suyas y me mira a los ojos.— Ven a vivir conmigo.
Mis mejillas enrojecidas están por estallar, mi corazón brinca de un lado a otro y una enorme luz de felicidad me invade el alma. ¿Vivir con él?