XVI • Gran malentendido

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Eran las siete treinta cuando según yo, sólo había cerrado los ojos. ¡Ahora son las once!
Salto de la cama hacia ala ventana, ante mis ojos, una enorme sabana de nieve brillaba bajo los rayos del sol. Definitivamente tenía que ir a esquiar.

— Aah! Esto es vida, tranquilidad... Paz, amor y mucha paz. — Suspiro viendo a todoas las personas caminando entre la blanca nieve de suiza.

Era perfecto, estas tenían que ser las vacaciones perfectas.

Sin pensar en las estupideces de Yunho y la patada que le dio Yesung, en si Yesung me daría esa ansiada disculpa que amablemente le envíe en un caramelo navideño, o sí Hangeng pueda perdonarme por sólo quererlo como un buen amigo.
El psicólogo dijo: No te agobies, date un tiempo de relajación.
Y es lo que el maravilloso Kim Heechul necesita para sanar todo ese horrible pasado repleto de errores y metidas de pata.

— Respira, cuando regreses, serás un hombre nuevo Hee-precioso-nim

...

Camino hasta una colina inclinada, con la tabla de nieve en las manos. Miro a todos tan contentos, pero la verdad... no soy muy valiente en estos deportes extremos, ¿Y si me parto el cuello? De sólo verme cayendo me pongo más blanco que la nieve... Tal vez otro día sea mejor...

— ¡A UN LADO!

Ocurre en menos de lo creo, un fuerte impacto contra mi cuerpo, un golpe y estoy dando de vueltas sobre la nieve enganchado a un extraño que ha pasado literalmente, tacleándome.

Me voy a morir, me voy a morir...
¡ME VOY A MORIR! ¡Hangeng, sí me gustas!

Son mis brazos los que logran frenar la aparatosa caída cuando me agarro a un tronco que hay cerca. ¿Qué le pasa a este individuo? ¡¿Acaso no sabe que se lanzan desde un punto especificado en todos los carteles?! Tal vez es un suicida pero yo amo la vida, yo no quiero morir. Ahora mismo me va a escuchar.

Me siento sobre la nieve, paso las manos por mi cuerpo asustado de haber sufrido algún trauma... No, todo está bien.
Me quito el casco para mirara al susodicho con molestia.

— ¡Oye qué te pasa! Fíjate para la próxima. — Regaño con furia. Busco con la mirada mi tabla... Pero creo que se quedó arriba. ¡Genial! Y se supone que esto es para relajarme.
Observo que la persona se quita el casco, debajo aparece quien menos me creo.

— ¿Tu? — Pregunto entre risas. Es el castaño bonito que se está comiendo a mi Yeye, bueno, mi ex amigo Yeye. ¡Maldita sea!

— Aish! — Me mira con ojos despectivos, tuerce los labios y se gira hacia otro sitio.

— ¿Qué haces aquí? ¿Vienes con JongHoon? — Pregunto levantándome y luego extendiendo mi mano para ayudarlo. Si está aquí puede que sea el momento para hablar directamente. Pero, en cuanto lo pregunto agacha la mirada, su expresión, incluso de enojo, desaparece casi de inmediato.

— No. No vengo con el. — Contesta con dificultad, más frío que el suelo de Suiza, con la mirada en otro lugar, levemente puedo observar que en sus labios se dibuja un puchero. Oh no.

— ¡Uuuuy! Esa mirada. Me recuerda mucho a la suya. — ¿Cómo olvidar cuando a JongHoon no le salía algo bien y hacia esas expresiones, o cuando... Lo arruiné todo. No olvidaré nunca cómo me miró.

— ¿Terminaron verdad? — Se gira a verme tan rápido como lo pregunto. se sacude la nieve de la ropa y da media vuelta, dispuesto a irse.

— Podrías preguntarle a tu primo. — Escucho que masculla sarcástico. Pongo los ojos en blanco. Nadie es más sarcastico que yo. Aunque...

Si los amigos existen... •[KyuSung]•Where stories live. Discover now