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Mis manos jugaban con su maravilloso cabello castaño oscuro, su cuerpo no podía estar más contento de estar junto al suyo, lo siento, siento como sus manos están sobre mi espalda, como me habla emitiendo sonidos pequeños que escapan de su control, como mi rostro va directo a besarle las mejillas, su cuello.
Me encuentro en llamas, sin nada puesto y solo veo esos orbes cafés sobre los míos, quiero que me diga algo, quiero que me lo vuelva a decir, quiero oírlo de su propia voz, esa sensación que eriza mi piel, que me echa de menos otra vez...
- ¿Si? ...
- Si ...

No siento que sea como antes, esto es peor, dice que quiere recuperar el tiempo, que no ha parado de pensar en mi, en todo lo que ha hecho.
- Abajo ...
Mi mente no está en este lugar ahora, hay una sensación extra, cuando sus labios tocan los míos, siento que ardo, me siento en una de sus piernas y la mojo, pero ella no se enoja, veo que se está inquieta por más.
Ella me mira, tan linda, sus facciones no han cambiado nada, se ve más perfecta que antes, se ve divina, más madura ...
Ella no sabe como responder ante lo que quiero, solo sigue a paso torpe pero decidido a no dejarme.
- Tócame - Ella levanta la vista suplicante
- Si allí- lleva su mano hacia mí sexo y lo toca, jugando con el, mierda siento tan diferente que su Palma este allí, no es otra persona, es ella. La chica que abandone por mi bien. La que ma ha vuelto a encontrar, la que antes me insultaba, engañaba y corrompia, ahora necesitaba mimos, la caricia mía, verme y necesitarme.
Dejo de sujetarme, estaba descansando en pecho, abrazada a mi. Sé lo que están pensando, mi vida estaba mal, había logrado escapar y solo uno años me tomó recomponerme para que un día como este, estuviera de nuevo en mis brazos y con nada menos de la chica de la habia estado superando desde siempre.

- Te amo y te he encontrado Lolo..

Es muy tarde para que le crea, me ha secuestrado, me tendrá aquí hasta que decida que lo ha logrado, que me ha enamorado otra vez, que no se ya dado cuenta que estoy prometida, que ahora estoy bien, que tengo que hacerlo porque debo irme. Manteniéndome cautelosa, logro bajar hasta donde ella está y mirarle sonriente. Es noche, logro ver por encima de la delgada tela de la cortina que nada hay, estábamos en la nada misma. Me asusté. Pero sabía que algo así pasaría.
Sabia que no me tendría en un lugar concurrido, que tenía que seguirle.
No hable, no pude hacerlo, tan solo espere a que se relajara y que me durmiera, más que eso, a que ella lo hiciera.
- No tengas miedo de mi. - Hizo una pausa. - No pensé en una forma mejor para poder hablar contigo de nuevo, no quiero que te vayas, me lamente tanto tiempo el haberte hecho todo esto. - Levanto la mirada.
- Esperaba el día que pudiera decirte lo mucho que lo siento - Beso mi mano.
Sus palabras y su lo siento no me sirven de nada, ahora estoy recuperada, pero si no lo hago, puede que como antes me deje aquí por mucho tiempo más.
- ¿Nadie sabe que estamos aquí verdad?
- No
Tragaba seco, si nadie me vendría a buscar entonces estaba perdida, ella me asusta todavía.
- No puedo quedarme aquí para siempre
- Claro que no, yo tampoco
- Debes dejarme ir
- Acabo de recuperarte. No lo haré
- Me secuestraste, ¿crees que puedo quererte más así? - No sé de donde había sacado ese tono tranquilo, pero me ayudaba.
- No, pero déjame hacerlo mejor, no te tendré así Lauren, si vamos a empezar otra vez ... lo haré bien.
No quería empezar otra vez, a la primera oportunidad me iría.
- ¿Por qué fingiste? Lo entiendo si era por mi pero quiero saberlo de todos modos.
- Fue hace mucho, no voy a volver a esa vida si es lo que esperas.
- No quiero eso, quiero que vengas conmigo - Sus ojos atentos.
- ¿Contigo? ¿A dónde?
- Lejos, empezemos otra vez.- Por mucho que quisiera verle algo de confianza no podía, en cualquier momento me trataría igual.
- Entiendes que estoy por acabar mi universidad, debes de devolverme.
Sus facciones no estaban contentas, se estaba frustrando y yo me estaba asustado.
- Lauren. - Sentencio y fingí miedo
- Esta bien, te dejaré libre, si me prometes que me darás una oportunidad. Podrás ser feliz a mi lado, no soy un monstruo.
La miré por más de un minuto y ella buscaba desesperadamente una respuesta de mi, muy fácilmente pude haber hecho tantas cosas ahora que ella se veía vulnerable, tenía ese cuerpo, que antes me había muerto por poseer, por llamarlo y reclamarlo mío, ahora. Ahora tras años buscando alejarme de todo lo que tuviera que ver con mi pasado, ella volvía, buscando mi toque, mi amor perdido y en si, pide que le devuelvan lo que perdió.
Esto no, no era lo correcto, hay cosas, personas y emociones que deben de quedarse así, enterradas como ella me creyó todo este tiempo.
- El que me tengas aquí, ¿Te dice algo de que al aceptar, pretendas que todo sea como antes? - Ella se quedó confundida.
- ¿Qué será lo de antes Camila? Golpes, infidelidad, degradación, abuso psicológico...Estoy evidentemente bien, estaba reconstruyendo mi vida.
Me separé y ella se sentó enredando su cuerpo en las sabanas.
- No me detuviste aquí- Nos miramos.
Había sido cierto, la había dejado tocarme, besarme, todo por la única y valida razón de tenerle de mi lado y me creyera, si no era ahora no sería jamás.

Solo me faltó ese brillo que seguro no tenía en mis ojos ahora para que ella pudiera créerme, si no la conociera tan bien diría que si el que me niegue le encantaba, que deseaba más, para poder sentir que me tiene, pues me tendrá mientras yo quiera que así sea, con todo y lo que ella provocaba, aquellos montos de sensaciones, vivas y crueles, me invadieron el cuerpo, una mezcla de atracción pura de mi primer y fallido amor, con un toque de asco.
- Estoy más enferma al no poder negar que todavía siento algo por ti. - Selle mis mentiras con un beso parecido al que le daría a la persona de la cual estaría enamorada, con esto, confirmaba que siqueira la llegue a amar, mucho, si, esa carta antes escrita decía la verdad, había preferido que se quedara así. Que siguiera con su vida que yo seguiría con la mía, pero no, por el maldito destino me tiene prisionera otra vez, soy una chica que no quiere volver a sentirse así, de usada, de que nunca significo nada entre la vida de la chica que tenía enfrente ni en los padres.
Ella representaba todo lo que estaba mal, Camila no me ama, solo se ama así misma, solo quiere su placer, solo quiere recibir y no dar, solo quiere que le amen personas equivocadas.
Pero ahora, le beso, los últimos que juro le daré, que aprendí de ella a saber que es lo que no quiero en mi vida, que no deseo regresar el tiempo y hacer un escándalo de porque es que sigo viva.
Sus labios los recordaba duros, ahora suaves, llenos de tranquilidad y de transmitir algo, algo que no soy capaz de corresponder, que me da miedo, pero que debo de soportar.
Besarla y su comportamiento me resultaba odioso. Fue la noche más agridulce, me encantaba su piel, soñé incontables veces que me decía que me pertenecía, que esos ojos castaños me miraran así, rogué al cielo y la luna que Camila cambiara y no me alejara más, fue tarde su arrepentimiento, me daba pena.
Ahora que me lo daba ya no lo quería, pero tenía mis razones.

Sus manos viajaban de nuevo por mis piernas, mis uñas rasgaron su piel incontables veces, con odio y un poco de emoción, mis labios besaron sus pliegues como nunca, com siempre soñé, como nunca me lo prometió que me permitíria tener el control, pero ahora, se senti tan bien, en mi mente no tenía más que grabadas las expresiones de disfrute de Camila.
Mis manos se movían sobre el cuello de Camila, lamía mis dedos como felación, sus gritos no fueron ahogados, no tuve el valor de salir corriendo de allí en medio de la noche.

- Te amo Lauren

Sus palabras se hundían en lo más profundo de mi corazón, directo a ese punto que ya estaba curado, confirmo, no me gustaban esas palabras, era tierna, salvaje y con mucha personalidad, eso siempre me atrajo de esta Morena, pero ahora veo que era solo eso, sus profundos pensamientos y esos contradictorias opiniones que tenían.
Su inocencia falsa, su persona de doble cara y con un carácter horrible. No, mi mente me hacía más fuerte, no iba a caer en lo mismo.
Me dormi en sus cálidos brazos, su relajada respiración, su pestañas espesas, su respingada nariz, su afilada barbilla, era ante mis ojos la imagen más bella, siempre sujetándose a mi, nunca se movía de su sitio.

Aspiraba su aroma, sigue siendo tan monótona, sigue con el mismo aroma, su mismo perfume.
Al estar cansada, y casi al amanecer permanecí mirando al techo. Mis dedos acariciando los cabellos de Camila.

No la eche de menos en absoluto.
Taylor debe de estar preocupada por mi, Verónica no sabrá como dar conmigo ahora. Estaba sola, saldría con o sin el consentimiento de Camila.

Casi estamos al final !!
Gracias
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