#1.15

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Abrí mis ojos lentamente, veía borroso pero podía sentir la luz blanca proveniente de un foco. Moví mi cabeza, me dolía el cuerpo, las piernas, el torso, las caderas y el rostro. Moví mi vista y aprecié una figura sentada en una silla. A mi mente vino la idea de que era Paul, pero no, era Mimi.

-Ay...Dios, gracias a Dios que estás bien. -se acercó y mi vista mejoró. -Llamaré a la enfermera. -Dijo para salir.

Me intenté levantar, noté como mi playera blanca estaba manchada con sangre seca; mi rostro dolía muchísimo y ni hablar de la cabeza.

Una mujer castaña entró junto con Mimi, era la enfermera.

-Hola, John, ¿cómo te sientes?

-Uh...bien...Me duele todo.

-Es normal, recibiste muchísimos golpes en tu estómago y tu rostro. Pero estarás bien, te revisé y tienes varios moretones, pero nada preocupante. Necesitarás reposar, puedes sacar un justificante médico para poder faltar.

Seguía acostado en la camilla, mirando el techo, el cual tenía unas grietas.

Noté que la presencia de la enfermera se había esfumado, pero la de mi tía no.

-¿Qué pasó, John? ¿quién te golpeó?

No contesté, me dolían nos ojos y sentía que uno estaba muy inchado y con un dolor punzante. Mimi seguía con esa mirada de horror y preocupación. Moví mi rostro para ver el de ella y noté que estaba llorando y con los labios, ojos y nariz muy rojos.

-Bien, hablaremos más tarde si eso deseas...

~♡~

Habían pasado días, desde que Noel y sus amigos me golpearon, seguía en cama y todavía no podía moverme libremente por los golpes pero el dolor en mi cadera cesó. Mimi venía a mi habitación para llevarme alimento o ayudarme darme duchas aunque para ir al baño hacía yo solo mi esfuerzo.

Los golpes en mi rostro estaban sanando normalmente y sin problema alguno. Aún pensaba en Paul, me habría gustado que durante esos días el me hubiera visitado o al menos llamado.

Parecía que no le interesaba.

Estaba sentado en mi cama leyendo un libro que me dio Mimi, era la Sirenita, un cuento infantil pero que a decir verdad era divertido hasta cierto punto. Mínimo olvidaba un poco el hecho de que Paul no me viera. Sentía esas ganas de verlo y de abrazarlo.

Tal vez si yo no le hubiera seguido la corriente esa noche de borrachera no estaría pasando ese dolor emocional.

No estaba seguro si era mi culpa o no, o tal vez ninguno tuvo la culpa.

No lo sabía.

Estaba mejorando muchísimo y eso hasta e alegraba, pero sabía que la mañana siguiente debía asistir a clase.

Aún tenía miedo, no sabía que me pasaba. Antes era de pelear con quien fuera sin miedo alguno, no sabía que pasaba. Quería desquitarse pero esas ganas se iban poco a poco.

Sentado en mi cama contemplando la ventana blanca me puse a recordar esos momentos sexuales con Paul que sinceramente sólo parecía un sueño. Era complicado, no podía aceptar que realmente había pasado algo entre él y yo, porque desde que lo conocí vi eso como algo imposible. Esa barba tan linda, ni larga ni corta; sus ojos, una combinación de verde y café, tan hermosos que era imposible no verlos, sentir su lengua pasar por mis labios fue una experiencia hermosa y tormentosa que no dejaba de recordar. Recordaba como era tener sexo con él. Era extraño sentir todo eso por un hombre, ya que nunca experimenté algo así, jamás.

Todos esos recuerdos y pensamientos se volvieron efímeros al sonido de los golpes de mi puerta.

-¿quién es?

"Soy yo" era la voz de Mimi.

-Adelante.

Esa mujer abrió la puerta con cautela, dejando ver un vestido largo de puntos y un suéter de lana blanco. Venía acompañada de una pastilla y un vaso de agua.

-Traje tu medicina.

-Ah. Gracias.

Me sonrió aunque yo no pude del todo. Dejó la pastilla en mi mesita de noche junto con el agua, me sonrió mientras miraba mis heridas.

-Mañana tienes que regresar.

-Ugh...No quiero.

-Tienes que, no puedes estar aquí todo el tiempo, necesitas ponerte a la corriente con tus clases.

-Pues, ya que.

Me levanté un poco más de mi cama para tomar la pastilla y el vaso con agua para poder tomarla. Era amarga, por lo que la tomé muy rápido.

-Descansa, John. -Me dio un beso en mi frente.

Cuando Mimi me dejó solo me dejé caer sobre las almohadas de mi cama.

Mi celular empezó a sonar, por lo que pensé que se trataba de Stuart, pero.

Era Paul.

Contesté con ciertos nervios acompañados, puse el celular en mi oreja y contesté.

-¿Bueno?

-"Soy Nancy"

Mis nervios aumentaron el doble, como nunca creí.

-¿N-na-Nancy...?

-"Sí, la misma. Quiero hablar contigo seriamente."

-Eh....¿y...?

-¿Paul? Salió, te lo explico mejor luego, por ahora necesito que tu y yo hablemos.

-Para..¿para qué...?

-¿dónde nos vemos? -evadió mi pregunta.

-Tengo muchos golpes...apenas y puedo ir mañana a la escuela. Y-yo...no-

-"Calla, está bien, ¿qué tal sí nos vemos en una cafetería? Creo que hay una cerca de la escuela donde Paul trabaja y tú estudias."

-¿I-irá Pa-aul...?

-"Eso espero." -rió sin ganas.-Lo he visto sin muchas ganas y más alejado...pero luego hablamos de eso.

-Okay.

-"Te veo en la cafetería, después de tus clases, John."

Dijo eso para al final colgar la llamada.

Who Cares? -♡[McLennon]♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora