#2.07

338 18 14
                                    

Levanté su rostro, lo acuné entre mis manos y le dediqué una mirada tierna. Sus ojos llorosos y sus empapadas pestañas me demostraron la parte más vulnerable de Paul, la cuál amé por un segundo.

—Me siento una mierda de persona.—Dijo, sin dejar de mirarme.
—¿Por qué?
—Porque abusé de la persona de la cual me llegué a enamorar, le rompí el corazón.—Soltó mis manos y se levantó. Empezó a dar vueltas por la sala y yo sólo lo miraba.—rompí la relación con mi paciente y lo peor: era un menor de edad.

No sabía qué pensar, por sus palabras, su comportamiento y la forma en la que lloraba me hacía sentir que se arrepintió de todo el daño que me cometió.

Pero lo más interesante es que dijo que se enamoró de mí.

—¿Te enamoraste de mí?

Mi corazón latía fuertemente, mi ansiedad incrementó y lo peor, no podía mover mis piernas.

Me miró y no dijo nada. Agachó su cuerpo, se puso frente de mí y me abrazó. Le correspondí y le acaricié tiernamente su cabellera.

Levantó su rostro y yo bajé el mío. Con mis pulgares aparté sus tensas lágrimas mientras él no dejaba de mirarme a los ojos.

Lamí mis labios al ver los suyos de forma inconsciente, él puso su mano en mi rostro y acarició mis labios. Mientras mordía los suyos me dedicó una mirada de deseo, la cual yo le correspondí. Acerqué mi rostro lentamente, tanto que su nariz y la mía coincidieron.

Sentía su respiración agitada, el olor que desprendía su piel. Cerré mis ojos y simplemente me dejé llevar. Nuestros labios se tocaron nuevamente, después de tantos años. Por fin, volvía a saborear unos labios así de exquisitos que hacían que mi piel se erizara.

Su barba raspaba mi rostro, su cuerpo se puso erguido y me empujó contra el espaldar del sofá. Su cuerpo estaba entre mis piernas, éstas últimas atraparon su cuerpo, haciendo que estuviera más cerca de mí.

Seguíamos con nuestro beso, sus manos recorrían mi cintura, mi cuello, mi cabello. Su lengua entraba por mi boca y dejaba considerables ratros de saliva. Jadeaba para obtener oxígeno, el placer era inigualable.

Mi puslo se aceleró en cuanto noté como levantaba mi playera con intenciones de quitarmela, lo único que logró fue levantarla, mostrando mi pecho, el cual se dedicó a besar y a lamer. Una erección empezó a crecer en mí cuando sus besos bajaron hasta mi ombligo.

Estaba tan excitado que no me había dado cuenta que el timbre estaba sonando.

Paul se alertó un poco, levantó su rostro y acomodó sus prendas. Yo igual hice lo mismo.

Me dirigí a la puerta, temblando y con unas inmensas ganas de continuar con Paul.

Por el visor noté que era May, extrañado decidí abrir la puerta.

—¡John!—dijo con una enorme sonrisa.—Vine a traerte ésto.—Me mostró una caja de cartón con variedad de donas.—Hace tiempo comentaste que eran tus favoritas y tu cumpleaños es en unas semanas, pero como no estaré pues planeaba traerte....

Extrañado por su corte de frase miré detrás de mí y noté cómo Paul se acercaba lentamente hasta mí.

—¿Señor McCartney?, ¿Qué hace usted aquí?

Asustado lo miré y la miré a ella.

—¿Cómo? ¿Se conocen..?
—Sí, soy niñera de su hija. Je, je.—Dijo, sorprendida.

Paul intentó saludar a May, pero sus fuerzas no lo dejaron continuar y cayó al suelo, afortunadamente el suelo estaba cubierto de alfombra.

La cual no había aspirado en meses.

May y yo asustados por la sorpresa fuimos hasta él para ayudarlo, pero éste simplemente se reía.

—¿Está ebrio?—Dijo May, mientras tomaba su brazo, yo el otro.
—Sí...
—¿Y qué hace aquí? ¿De dónde lo conoces?
—Es un viejo amigo mío...me está ayudando con un trabajo.
—Habrá que llamarle a la señora McCartney.
—¡NO!

Cuando grité eso, su mirada de extrañeza me sorprendió y me hizo dar cuenta de que la había cagado.

—Tengo...un conflicto personal con esa mujer.
—Entiendo...(?
—Habrá que llevarlo...a mí cama.
—¿Tú también estás ebrio?

"Estoy bien" escuché decir de parte de Paul.

—Estás ebrio.

Me empecé a reír sin razón alguna, aunque a decir verdad me ponía algo nervioso el hecho de que ella estuviera aquí y que quisiera contactar a la bruja McCartney.

Digo, Nancy.

—Estoy bien...
—No lo estás.—Dijo—Los acostaré a ambos en cama.

Me ruboricé, escondí tal reacción de ella. Me dediqué a negarle y a decirle que todo estaba bien. Mientras los dos cargábamos a Paul, ella seguía preguntando sobre nuestra relación.

—Fue...mi psicólogo...crecí y nos volvimos buenos amigos—Dije mientras acostábamos a Paul.
—¿Es por él que...Estás estudiando psicóloga?

La miré a los ojos sin pronunciar nada, asentí lentamente mientras me dejaba recostar contra un sofá de huevo que había a lado de la cama y a lado de la terraza.

—Bien...Creo que...me iré.
—Espera...

Me levanté y por alguna razón mi inconsciente quiso darle un beso en la mejilla.

Y lo hizo.

Se ruborizó fuertemente, y con una sonrisa que intentaba ocultar se marchó. Antes de cruzar el umbral dio una vuelta y me besó la mejilla de vuelta.

Era lo más tierno que me había sucedido en mucho tiempo.

Cuando May abandonó el apartamento y yo quedé embobado por su cariño noté que Paul había contado conciencia nuevamente.

—¿Qué fue eso?

Lo miré confundido, por lo que le pregunté a qué se refería.

—¿Te gusta..?—Dijo con un toque de tristeza que evidentemente quiso ocultar.

No respondí.

Paul miró mis ojos por varios segundos para desviar su mirada.

—Creo que...que no debería intervenir en tu relación.
—No hay ninguna relación.
—Pero se nota tu interés en ella, por cómo la miras.
—¿Cómo la miro?
—De la misma forma en la que tú me mirabas a mí.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Nov 23, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Who Cares? -♡[McLennon]♡Where stories live. Discover now