#1.14

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Aún no entendía como es que no me había vuelto loco después de lo que hicimos Paul y yo. Estaba muy apenado por lo sucedido, no quería ir a la escuela, no quería verlo, no; simplemente no podía.

Aquella noche donde Paul y yo habíamos tenido sexo se había quedado dormido. Lo que hice fue que traté de limpiar todos los fluidos posibles y acomodar la ropa de Paul de manera que no se notara que tuvo sexo. Los hombres, al igual que Paul, estaban dormidos en la sala sobre él sofá y en la mesa. Yo había pedido un taxi para ir con cuidado a casa de Mimi, le mentí diciendo que Paul me había traído.

Aún así, después de todo eso y un dolor inmenso en mis caseras no sabía si resultaría. No quería hablarle, pero sentía que él sí recordaba mínimo algunas cosas.

Tuve que ir a clase aunque me negara millones de veces con Mimi, ella no se rendía nunca.

Mi actitud en la escuela había mejorado notoriamente, mis profesores me aplaudían eso, pero la verdad no estaba tan interesado por eso.

Llegué a un casillero en el cual estaba guardando algunos útiles que utilizaría tiempo después, todo eso para no cargar tanto. En cuanto lo cerré noté la presencia de Paul, estaba recargado en los casilleros con los brazos cruzados y el semblante un poco fruncido. En cuanto lo vi di un brinco. Tenía unos lentes de sol puestos, era gracioso porque no había sol.

-Necesito hablar contigo.-Dijo.

-Eh...¿yo?-me apunté.

-Sí, tú. Sígueme.

Se dio la vuelta para dirigirse por el pasillo para ir a su despacho. Lo seguí porque aún estaba en mi tiempo libre de clase en clase.

En todo el trayecto no me miró ni me habló, era muy incómodo y mis nervios estaban a flor de pié.
Estaba temblando un poco y mis ojos igual. Me dolía el estómago y sólo mordía mi lengua.

Abrió la puerta y entró primero. La persiana que había (la cual era nueva) la abrió un poco para dejar entrar un poco de luz en su despacho. Se quitó los lentes de sol para dejarlos en el escritorio y sentarse, yo hice lo mismo.

-¿Qué pasó en la despedida, John?

-Yo...este...bueno...

-Habla.

-Bueno, tomaste de más y me fui...en taxi, eso...eso pasó.

-Mmh....okay...

-P-pero..¿p-po-por qué lo preguntas?

-¿dije algo borracho? Sobre ti.

Me quedé callado y sólo lo miré a los ojos, él también lo hacía. Soltó un suspiro pesado y luego movió su cabello hacía atrás.

-Responde, John.

-Dijiste que yo era lindo...

Me miró con sorpresa y sus mejillas no tardaron en tornarse de un color más intenso. Miró por la ventana y suspiro. Agachó la cabeza y la recostó en la mesa.

-Tuvimos sexo, ¿no?

Me puse muy, MUY nervioso. Si antes lo estaba, en ese momento lo estaba peor.

-¿¡Q-qué!? ¡No-o! ¡Es imposible! O sea, digo-o..

Me miró no muy convencido pero luego suspiró en forma de alivio. Volvió a pasar una mano por su cabello y se levantó de aquella silla. Abrió la puerta y me señaló la salida.

Me levanté, lo miré con miedo y aunque él estaba serio sentía que estaba enojado. Salí con un nudo en la garganta y me fui corriendo de ahí en cuanto escuché que cerró totalmente la puerta. Entre al baño de hombres y me metí a un cubículo. Dejé mi mochila en el suelo, me senté y me puse a llorar. Estaba llorando por nervios y por Paul.

Escuché que alguien abrió la puerta de los baños. Di algunos pasos, silencié mis sollozos para luego escuchar otros pasos de diferentes personas.

-¿dónde está el marica de John? La última vez que lo golpeé por Cynthia no acabé con él.

Era Noel. El chico con el que me había golpeado tiempo atrás por verle las bragas a su novia, el que provocó que Paul se decepcionara de mí.

No estaba en un buen momento para pelear, por los nervios no lo estaba, estaba muy triste y sólo quería abrazar a Paul y que me perdonara.

Hubo un silencio enorme que reinaba en el baño, tanto que se interrumpió por una golpes en la puerta del cubículo donde yo estaba.

-¡Abre, marica! Sé que eres tú.

Golpeó la puerta tan fuerte que la rompió, me tomó del cuello y me jaló hacia el suelo.

-Oh, vaya, el marica estaba llorando.

-Noel, por favor, no hagas nada, no tengo-

Me calló con un golpe en la quijada.

-Cállate, idiota.

Aquello logró enojarme bastante.

Lo golpeé también por la quijada pero sus demás amigos me tomaron de los brazos y de la boca. Impidiendo que pudiera soltar algún sonido.

Me pateó el estómago varias veces, lágrimas salían de mis ojos y veía un poco borroso por la falta de oxígeno. Me habían soltado la boca, intenté gritar y defenderme pero eran demasiados y los golpes me habían robado el aliento.

A mi mente llegó Paul, sonriendo calidamente mientras me decía.

"Todo estará bien, porque estoy contigo."

Después de eso sólo vi oscuridad, caí rendido en el suelo.

Who Cares? -♡[McLennon]♡Where stories live. Discover now