12. Mentiras.

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Marco.

Me cogió de la mano sin dudarlo, por supuesto que no la iba a soltar, me iría con ella hasta el fin del mundo si hacía falta. Estaba empezando a dudar si lo que sentía por Valentina era algo más allá del aprecio y el cariño. ¿Me iría con Valentina al fin del mundo sin dudarlo? ¿Confiaría en ella ciegamente?

La voz de Carla interrumpió mis pensamientos, pero también el contacto visual que estaba manteniendo con Emma. ¿Había podido ver mis inseguridades a través de ellos?

-Marco, tengo que irme, mi padre va a llegar en unas horas - miré el reloj, eran las doce de la noche - ¿Puedes llevar a Emma a su casa?

La miré y pude ver cómo comenzó a ponerse nerviosa. No entendía el por qué, pero saber que iba a pasar más tiempo con ella hizo que me olvidara de Valentina y todo lo relacionado con nuestra relación.

-Sí, claro, no hay ningún problema - dije mientras la miraba - ¿Todo bien? - pregunté a Carla.

-Se suponía que no iba a llegar hasta mañana por la mañana, pero ha habido algún problema con Roberto y se vuelven esta madrugada - explicó mi amiga.

-Espera, Roberto está en Ibiza con Valentina - o eso me había dicho ella, que tenía que ir a hacer negocios con su padre.

-Marco, Valentina te ha mentido, Roberto está aquí con mi padre, tenían una reunión esta noche en Barcelona y se vuelven antes de tiempo.

Me pasé una mano por el pelo y suspiré. Todo estaba encajando en mi cabeza, pero no quería admitirlo. Valentina se había ido a Ibiza con alguien que no era su padre, ni precisamente una amiga suya.

-Tengo que irme chicos, me lleva Sergio - nos dio dos besos a cada uno - Mañana hablamos.

Dejé de escuchar el jaleo de la gente y tampoco me di cuenta de cómo Emma me cogía de la mano y llevaba al exterior a coger algo de aire.

-Ey, Marco, mírame - cogió mi cara con sus manos y me obligué a mirarla - ¿En qué estás pensando?

Cerré los ojos con fuerzas y me obligué a mantenerme fuerte.

-Antes de venir hablé con Valentina y de fondo escuché la voz de un chico, me colgó en seguida. Pensaba que podría ser su padre, o alguno de sus socios, pero al parecer su padre y sus socios están en Barcelona, no en Ibiza.

"Joder..." murmuró Emma en bajito antes de pasar sus brazos por mis hombros, ponerse de puntillas y abrazarme. Inspiré su aroma, olía a coco y no pude evitar soltar una sonrisa. Hacía demasiado tiempo que no me sentía seguro en los brazos de alguien.

-¿Que te parece si nos vamos a casa? Mañana será un nuevo día y podrás hablar con Valentina tranquilamente para que te explique lo que ha pasado. Seguro que es un malentendido - intentó tranquilizarme.

Asentí con la cabeza y pusimos rumbo a mí coche. Miré un par de veces a Emma y la noté nerviosa, no paraba de morderse las uñas y de tocarse el pelo.

-Espera - me detuve en medio de la calle y la cogí de la mano para que parara - ¿Qué te pasa?

No se anduvo con rodeos.

-Te he mentido.

-¿Perdón? - dije sin a penas asimilar lo que me acababa de decir.

-No vivo al lado de Carla, vivo en un pueblo de las afueras de Madrid - confesó avergonzada mientras miraba al suelo.

-¿Y qué? - dije sin importancia - No me importa donde vivas Emma, me da igual que vivas en el centro de Madrid o a las afueras, en chalet o en piso. Eso no significa nada.

Me miró confusa, quizá no se esperaba exactamente esta reacción.

-¿Por qué lo hiciste? - quise saber.

-Porque quise ser más de lo que soy - di un paso hacia delante y levanté su cabeza para que me mirara a los ojos.

-¿Y qué eres? - susurré.

-Nada - dijo mientras que su labio inferior comenzaba a temblar.

Acaricié su mejilla con la punta de mis dedos y una corriente recorrió todo mi cuerpo. Mi respiración se aceleró y comencé a ponerme nervioso.

-Eres perfecta.

Ella soltó una pequeña risita y negó con la cabeza. Me acerqué un poco más a ella hasta que nuestras respiraciones comenzaron a mezclarse.

-¿Qué me estás haciendo? - pregunté inconscientemente.

-No lo sé - susurró antes de acercar su cara más a la mía.

Un suspiro más y tendría su boca pegada a la mía. La melodía de "Shape of you" comenzó a sonar a cerré los ojos decepcionado. Si su móvil no hubiera sonado, ahora mismo estaríamos perdidos el uno en el otro.

-¿Papá? - preguntó Emma asustada.

Me alejé unos pasos de ella para darla intimidad, pero me agarró de la mano y me retuvo a su lado.

-Sí, en media hora estoy allí más o menos, tú intenta contarle algún cuento o algo - su respiración dejó de tener un ritmo normal y su pulso comenzó a temblar - Papá, haz cómo hacías conmigo de pequeña, eso siempre funciona.

Se llevó una mano al pelo y suspiró exasperada.

-Vale, papá, ahora nos vemos - colgó el teléfono y lo guardó en su bolso - ¿Podemos irnos ya? Sophie ha decidido no dormirse hasta que llegue a casa.

Corrimos hasta el coche y arranqué en cuanto nos pusimos los cinturones. Mantuvimos el silencio durante la mayor parte del trayecto hasta que sonó "Summer Nights".

-¿Puedes subir la radio? Me encanta esta canción - dijo ella mientras comenzaba a mover los hombros.

-¿Cuál es? - pregunté después de que el sonido de las primeras palabras inundara el coche.

-¿¡No conoces esta canción!? - Emma se hizo la ofendida y yo reí al ver su cara - Es de Grease. Dime por favor que has visto Grease alguna vez en su vida.

-No soy muy fan del cine.

Ahogó un sonido de sorpresa y quitó la radio.

-Marco, me estás tomando el pelo ¿verdad? - negué con la cabeza mientras tomaba la salida que me indicaba ella - Bueno, pero habrás visto Los Miserables, o la Vida es Bella ¿no?

-No me van mucho los musicales.

Se llevó las manos a la cara y comenzó a negar con la cabeza.

-¿Y qué me dices de Harry Potter?

Negué con al cabeza.

-La magia no es lo mío.

-¿Avatar? - la miré extrañada - Venga ya, esa de los bichos azules que viven en una tierra completamente desconocida y que los humanos quieren destrozarla para conseguir un mineral.

-Emma, de verdad, que no sé de qué me estás hablando.

De nuevo, se llevó las manos a la cabeza y giré a la derecha para entrar en su calle.

-Es el número 25 - dijo mientras me lo señalaba. - Esta bien, te voy hacer una lista de películas imprescindibles para seguir viviendo ¿entendido?

Me reí ante su idea y asentí con la cabeza. Esta chica era genial.

-Tengo que irme antes de que mi padre vuelva a llamarme - se quitó el cinturón y me miró - Muchas gracias por traerme, y perdón por haberte mentido, no sé en lo que estaba pensando.

-Está todo olvidado, Emma. Suerte con Sophie y estaré esperando la lista.

Se rió y se acercó para darme dos besos.

-Cuando llegues a casa, avisas ¿vale? - noté cierta preocupación en su voz.

-Lo haré, buenas noches - se bajó del coche y me guiñó un ojo.

-Buenas noches Marco.

Vi cómo sacó las llaves y entró en el portal de su casa. Puse el coche en marcha y dejé que Emma librara su propia batalla en casa, mientras yo la libraba conmigo mismo. ¿Quise besar a Emma de verdad?

Mentiras. // Marco Asensio //Where stories live. Discover now