Parte 23

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Este capítulo va dedicado para Tory_BardDay porque... se me da la gana :D gracias por comentar y leerme 💛

Una noche, después de la cena, Ari ayudó de nuevo a Temo a lavarse los dientes y lo arropó en su cama.

Se sentía agradecido de que hasta el momento el jóven esclavo no se había quejado de dormir en la misma cama que él y la razón era porque Aristóteles ya se había acostumbrado a dormir con el ojimiel en sus brazos, sólo habían sido un par de noches en las que lo había hecho pero habían sido suficientes para que Ari sintiera que nunca más podría dormir sin aquel cuerpo sobre su pecho.

Ari agachó su cabeza para besar la frente del menor y sintió su corazón estrujar al ver la sonrisa que le regaló Temo antes de caer dormido.

Con un suspiro pesado, se dirigió al baño y cerró la puerta con suavidad. Se puso de pie frente al espejo y se observó.

Tenía un ligero rastro de barba adornando su quijada y sonrió al recordar esa misma tarde, le había dado un beso en la mejilla a Temo y el ojimiel se había alejado riendo, quejándose de las cosquillas que le provocaban los vellos en la cara de Aristóteles.

Por su puesto, Ari no se afectaría hasta que diera terriblemente necesario.
Cualquier excusa para hacer reír a Temo era suficiente.

Al notar la línea de pensamiento, el ojinegro sacudió su cabeza. Se daba cuenta de que estaba sucediendo lo que tanto temía; todo, absolutamente todo, le hacía pensar en su pequeño Temo.

Sabía que estaba enamorandose, y sabía que estaba jodido.

Ni siquiera se había sorprendido al darse cuenta de lo que sucedía, Temo era jodidamente bonito y un niño increíblemente dulce. Era inteligente y adorable, observaba todo con mucha atención, como si fuera la primera vez que veía el mundo.

Ari entendía que de cierta manera, Temo estaba viendo por primera vez el mundo como un adolescente 'normal'.

Y ese era el problema por el que Aristóteles sabía estaba jodido. Estaba enamorado de un esclavo en un mundo donde eso era castigado como un delito.

Ari pasó sus manos por su cara con frustración y se empezó a desvestir, una ducha lo hará relajarse y dejar de sobrepensar las cosas.

.

Con el cabello húmedo, vestido con un pantalón de pijama y una camiseta de dormir, Ari bajó a la sala de estar y, como esperaba, encontró su madre en el sofá con un libro en su mano. Polita era diseñadora publicitaria, así que siempre trabajaba en casa.

Con pasos ligeros, Ari caminó hacia ella y se acostó en el sofá, posando su cabeza sobre el regazo de su madre, interrumpiendo su lectura.

"¿Está todo bien?" Preguntó Amapola y comenzó a pasar sus dedos por los rizos de Aristóteles.

"Supongo" Respondió Ari cerrando sus ojos y soltando un suspiro. Su madre no respondió rápido y Aristóteles creyó que esa respuesta había sido suficiente para ella. Como era de esperar, no lo fue.

"Te gusta mucho, ¿cierto?" Preguntó ella después del silencio y Ari soltó una pequeña risa; amaba que su madre hablaba siempre sin rodeos.

"Así que soy muy evidente, ¿huh?" Respondió Aristóteles y sintió como las lágrimas le picaron los ojos.

"Aris–"

"Lo sé, mamá" Interrumpió Ari a su madre y se levantó para quedar sentado, colocando sus codos sobre sus rodillas y sosteniendo su cabeza con sus manos. "Sé que está mal y que nada bueno saldrá de ahí y–"

"Eso no era lo que iba a decir" Dijo su madre y Aristóteles levantó su cara y la miró confundido. "A mis ojos no tiene nada de malo que te guste. De hecho sería raro que no te gustara, tiene todo lo que te gusta" Dijo ella sonriendo y Ari soltó una risa. "Pero Aris, si sabes que Temo básicamente está re-descubriendo el mundo, ¿verdad?"

"Lo sé, mamá"

" Y sabe que él, antes de saber lo que es amor de pareja, necesita conocerse primero a el mismo, ¿cierto?" Dijo ella en un susurro y su sonrisa se fue borrando al ver la tristeza adornando el rostro de su hijo. "Debes darle tiempo a que crezca en la libertad que le podemos dar".

"Lo sé, mamá pero–" Empezó a decir Ari pero se interrumpió. La suave mano de su madre frotando su espalda lo impulsó a seguir. "Tengo miedo al mundo fuera de casa."

Al escuchar esas palabras, Polita sintió como se formaba un nudo en su garganta y un vacío en su pecho. Jamás se lo admitiría en voz alta, pero ella también tenía mucho miedo.

Desde que vió el instinto protector que tuvo Ari al ver al tipo del C.A.E. con el pequeño esclavo del pelo, supo que algo sucedería.

Y para sus ojos eso no era más que amor puro, pero para el resto del mundo no lo era.

Sabía lo cruel que podía ser el mundo con las personas con un amor como el de su hijo y Temo.

"Todo saldrá bien, mi niño" Susurró ella con una sonrisa valiente en la boca. "Algo lograremos hacer. Algo ve a dormir, mereces descansar."

Ari asintió y besó la mejilla de su madre para luego levantarse. Antes de irse, la voz de Amapola lo detuvo.

"Aris" Ella dijo y Aristóteles volteó a verla. "Cuauhtémoc te quiere"

Ari no pudo contener la sonrisa que las palabras le provocaron y asintiendo, salió de la sala.

Caminó despacio hacia la habitación y con suavidad abrió la puerta, encontrándose a Temo dormido en donde lo había dejado.

Muy despacio, caminó a su cama y con cuidado se acostó al lado de Temo. El menor estaba acostado viendo hacia la puerta así que estaba dándole la espalda a Aristóteles.

El ojinegro moría por agarrar a Temo de la cintura y pegarlo a su cuerpo en un abrazo, pero sabía que no podía... o al menos aún no. Así que se limitó a acariciar con sus dedos la espalda de Temo.

Cuando ya se iba a quedar dormido, sintió como Temo se removió, así que Ari abrió un pocos sus ojos para ver cómo se volteaba, dándole ahora la cara a Aristóteles. Estaba despierto y miraba con atención a Ari.

"Ven." Murmuró Aristóteles dejándose llevar por el instinto y abrió los brazos. En cuestión de medio segundo, Temo se acurrucó en ellos y apoyó su cabeza en el pecho de Ari. El ojinegro apretó sus brazos alrededor del menor, cerrando sus ojos y con una sonrisa en sus labios.

Si, definitivamente Temo lo quería.

Bro, hoy es la final, ya ni sé que esperar al respecto.

Liberame - Aristemo ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora