Parte 10

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Cuando entraron a la habitación, Aristoteles pudo ver una bandeja con una tacita de sopa sobre la mesa al lado de su cama.

"Ve a sentarte" Ari le dijo a Temo señalando a su cama y caminó hacia su armario. Sacó una camisa grande y suave y unos pantalones de dormir.

Cuando se volteó, encontró a Temo de pie al lado de la cama con la cabeza gacha y las manos detrás de la espalda. Aristoteles soltó un suspiro al verlo en esa posición.

Seria un proceso largo sacar a Temo de lo que estaba acostumbrado.

"Arriba los brazos" pidió Ari y Temo lo miró confundido. El ojinegro hizo gestos con las manos indicándole al menor que alzara sus brazos y Temo muy despacio obedeció. 

Cuando Aristoteles empezó a ponerle la camisa, un fuerte sonrojo subió por el cuello del joven esclavo y se intensifico cuando vio a su poseedor arrodillarse en el suelo para ponerle el pantalón.

"ahora a comer" dijo Ari cuando se levanto y se sentó sobre la cama, tomando la tacita con una de sus manos. Con la otra mano palmeo la cama para que Temo se sentara.

Temo lo dudo unos instantes, pero su instinto de esclavo le pedía obedecer, así que se sentó.

La verdad era que Temo tenia miedo, mucho miedo.

Nunca había visto a un poseedor así y tenia un temor increíble de que su dueño lo estuviera engañando, haciéndole creer que estaba a salvo para luego convertirse en un poseedor como todos los demás.

"¿Crees poder comer solo o te ayudo?" pregunto Aristoteles  y Temo negó con la cabeza, tomando la tacita con sus manos.

Temo alzo la cuchara y miro a Ari, como pidiendo permiso y el ojinegro asistió con una pequeña sonrisa.

Aristoteles sintió como su pecho se expandía al ver a Temo tomar un sorbo de sopa y gemir de satisfacción. 

"Despacio, no queremos que lo vomites por apresurarte, ¿cierto?" dijo Ari cuando vio que Temo empezó a tomar la sopa de manera acelerada "Nadie te la va a quitar y dentro de un par de horas te daré mas, lo prometo." 

Temo lo miro con los ojos abiertos como platos, nunca en su vida le habían dado tanta comida.

Asintiendo, Temo tomo su sopa despacio y se dio el lujo de disfrutarla.

"¿Te puedo hacer algunas preguntas?" pregunto Aristoteles y Cuauhtemoc asintió "¿cuantos años tienes?" 

"Creo que tengo 17, señor, no recuerdo" respondió Temo después de pensarlo.

Aristoteles se sorprendió, creía que era menor, pero suponía que era por lo pequeño que era y lo flaquito que estaba.

"¿Cuantos... poseedores has tenido anteriormente?" Ari pregunto, sabia que toda esa información estaba en el formulario que le dieron en el C.A.E.  pero quería conversar mas con el joven esclavo.

"d-dos" respondió Temo y antes de que Aristoteles pudiera intervenir, Temo se lanzo al piso arrodillado frente a Aristoteles, la taza de sopa cayendo con el y regando el poco contenido que quedaba "Por favor no me devuelva, señor,¡por favor! Le juro que haré todo lo que me pida y cumpliré todas sus ordenes pero ¡no me devuelva!"

Temo se estaba empezando a desesperar y a ahogarse con sus propios sollozos así que Ari se lanzo al suelo asustado y lo envolvió en sus brazos.

"Se que he tenido muchos dueños y eso no es  bueno pero por favor no lo haga señor"  siguió Temo y Aristoteles sintió como sus ojos se llenaban de lagrimas "Si me devuelven me mataran y le juro que yo puedo seguir ordenes..." 

"Shhh, tranquilo" susurro Ari al oído de Temo. Le dolía demasiado escucharlo y verlo tan roto "No te voy a devolver, te protegeré por siempre, ¿entendido?"

Aristoteles no tenia idea de lo que estaba diciendo, solo se estaba dejando llevar por el instinto y en ese momento lo único que quería era proteger al débil chico que lloraba en sus brazos. 

Aquí había una N.A. pero te la perdiste, lo siento, sigue leyendo ❤️

Liberame - Aristemo ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora