Parte 22

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Tal como su madre le había dicho, sólo le hicieron un par de preguntas con respecto al comportamiento de Temo y tras responderlas, fueron libres de irse.

Por suerte, no habían rastros del guía en la zona de recepción, así que Ari y Temo salieron tranquilos y entraron al auto.

"¿Cómo les fue?" Preguntó Polita y el ojinegro soltó un fuerte suspiro.

"Odio este maldito lugar." Respondió Aristóteles sin mirarla y ella no pudo regañarlo por maldecir; ella también odiaba ese lugar.

Sin articular más palabras, su madre arrancó el auto y en silencio se dirigieron a su casa.

Al llegar, Ari de nuevo ayudó a Temo a salir del auto y tras agradecerle a su madre por llevarlos, juntos caminaron escaleras arriba hacia la habitación del mayor.

Aristóteles se lanzó boca arriba sobre su cama y tapó sus ojos con un bazo. Se destapó al sentir como la cama se hundía un poco, indicándole que Temo se había sentado a su lado.

"¿Me das un abrazo?" Dijo Ari después de observar a Temo.

Con un sonrojo y una pequeña risa, Temo se acostó para abrazarlo y quedó casi completamente acostado sobre Aristóteles. El ojinegro sintió un cosquilleo en su estómago al escucharlo reír y quiso escucharlo de nuevo.

Con una sonrisa juguetona, Ari pasó sus dedos por las costillas del menor y soltó una carcajada al escuchar el gritó que soltó el ojimiel.

Cuando dejó de reírse, lo apretó de nuevo a su pecho y pasó con suavidad sus manos por la espalda del menor. Si no hubiera sido por los cardenales que lo adornaban, hubiera seguido haciéndole cosquillas.

Sabía que era demasiado cursi, pero Temo había pasado por tanta mierda que se merecía una buena y gigantesca dosis de cariño.

Por las caricias en la espalda y por el cansancio de un cuerpo el recuperación, el joven esclavo cayó dormido sobre el pecho de Ari.

Manteniendo las caricias, Aristóteles cerró los ojos para aprovechar y tomar una siesta. Justo cuando se iba a quedar dormido, escuchó un par de golpes en su puerta.

Al abrir los ojos, vió a su madre entrando a la habitación.

"Dejaste eso en el auto" Susurró su madre con el folder informativo de Temo en sus manos.

"Gracias mamá" Respondió Ari mientras estiraba un brazo y ella se acercó y le puso el folder en la mano extendida.

"Le diré a Diana que le prepare algo para dentro de un rato" Volvió a susurrar su madre con una sonrisa y extendió una mano para dejar una pequeña caricia sobre el cabello del menor.

Aristóteles sonrió al ver que su madre también le estaba tomando cariño al jóven esclavo, y soltó un suspiro al verla salir de la habitación, cerrando la puerta tras de sí.

Teniendo mucho cuidado de no despertar al menor, Ari abrió el folder y observó toda la información que tenía.

Nombre de sistema: B-805

Nombre de registro: Cuauhtémoc

Fecha de nacimiento: 8/05/2003

Fecha de ingreso al sistema:19/09/12

Esclavo de categoría:.      ( ) nacido

(×) vendido

( ) Entregado

Cantidad de devoluciones: 2

Primera devolución: 23/01/2015

Razón: Dejó de servir

Segunda devolución: 8/04/2019

Razón: No sabe seguir órdenes

**En caso de querer ejercer la devolución, presentar al esclavo en las oficinas del C.A.E. junto al formulario y una carta adjunta con el motivo de la devolución**

Aristóteles pasó la página y encontró una copia del formulario que tuvo que llenar para hacerse poseedor. Ademas encontró las cartas de los dos imbéciles que habían tenido a Temo.

Sin pensarlo dos veces y sin darse la oportunidad de siquiera leer media palabras, Ari tomó las cartas con ambas manos y las rompió en dos, provocando que el jóven esclavo se sobresaltara en su pecho.

El mayor dejó el papel de lado y pasó sus manos por la espalda del menor, como arrullandolo para que se duerma de nuevo. Cuando Temo volvió a quedarse dormido, Aristóteles volvió a tomar de nuevo el folder en búsqueda de más información sobre el menor, pero no había más.

Ari esperaba encontrarse más información, como alergias, tipo de sangre, nombre de sus padres, sus apellidos, pero no había nada eso.

Como si para el mundo Temo no fuera más que un esclavo.

Y así era.

Con un suspiro amargo, Aristóteles hizo de lado el folder y volvió a envolver al menor en sus brazos.

Si antes sentía una urgencia de llenar al menor de cariño, pues tras leer el formulario el sentimiento se multiplicó y ahora quería simplemente pasar el día llenando lo de caricias.

Y la verdad, no era una mala idea.

Ahora sí, se viene lo bueno.

¿A ustedes les gustaría que hiciera eso de dedicar capítulos y así?, ¿O alguna otra recomendación?, Que no sea actualizar rápido, ahre.

¿Soy la única que se está decepcionando con la serie?

¿Desde donde me leen?

Nos leemos despuéssssssssss

PD: Ya sé de qué tratará mi próxima historia, lamento informarles que no será Aristemo/Emiliaco, pero se centrará en el tema LGBTQ+

Liberame - Aristemo ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora