Parte 14

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Justo en ese momento, la puerta de la habitación se abrió y entro Aristoteles.

La cara de Temo se ilumino por completo al ver a su dueño.

Diana sonrió con ternura al ver su reacción y se levanto de la silla.

"Oh, hola Diana" dijo Ari con sorpresa al ver a la esclava de su madre en su habitación. Volteo a ver a Temo y sintió como una sonrisa se apodero de sus labios al verlo tan vivo.

"Estaré con su madre, llámeme cualquier cosa que necesite" EL era el esclavo de su dueño, EL era quien quería suplir las necesidades de su dueño.

Su ceño fruncido desapareció al ver a Aristoteles acercarse a el con una crema en las manos.

"Aquí tienes" dijo Ari a Temo y se sentó en la cama con las piernas recogidas, quedando frente al menor. Temo movió su cuerpo para estar sentado de la misma manera que Ari y tomo la crema.

"Señor, su rostro ya no esta rojo" dijo Temo con un pequeño puchero; realmente quería hacer algo bueno por su dueño.

Aristoteles sintió que se derritió por completo al ver aquella carita adornada por un pucherito.

"¿De verdad?" dijo Ari fingiendo "Pero igual la siento irritada, ¿podrías hacerme el favor?"

Se sentía terrible por mentir, pero la carita de Temo volvió a brillar con emoción y Aristoteles supo que valía la pena.

"¡Por supuesto que si!" respondió emocionado y Ari soltó una pequeña risa enternecida.

"¿Puedo saber de que hablabas con Diana?" pregunto Aristoteles mientras Temo abría la crema y vertía un poco en sus manos.

"Me estaba preguntando sobre mi tiempo en el sistema" respondió Temo mientras frotaba la crema entre sus manos para calentarla y así no tuviera un impacto frió sobre la piel de Aristoteles.

Temo alzo sus manos despacio y se detuvo cuando estuvo a punto de colocarlas en el rostro de su dueño. De pronto se sintió terriblemente nervioso; su dueño tenia la cara mas bonita que Temo había visto en su vida y tenerla tan cerca le provocaba nervios. 

Aristoteles, al ver la duda en el rostro de Temo, alzo sus manos y las coloco con suavidad en las muñecas del ojimiel, atrayendo sus manos a su cara.

Temo salto un poco al tener sus manos sobre el rostro de su dueño, pero se relajo cuando lo vio sonreír.

"¿Me contarías a mi lo que le contaste a ella?" pregunto Ari en un susurro, sus ojos sellados en aquellos hermoso ojos miel.

"C-claro" tartamudeo Temo y empezó a mover sus manos sobre las mejillas del ojinegro. Su ceño se frunció un poco al notar que la cara de su dueño no tenia ningún tipo de irritacion, mas bien era la piel mas suave y lisa que había visto, pero no se iba a quejar. Se sentía afortunado y no lo iba a desaprovechar.

"¿Temo?" pregunto Ari al ver que Temo no daba indicios de empezar a hablar.

"L-lo siento" respondió Temo avergonzado; se había quedado hipnotizado en la suavidad bajo sus manos "Le conté a Diana que me vendieron a los 11 años, así que creo que tengo seis años en el sistema." 

Aristoteles se estremeció al imaginarse a un pequeño Temo siendo aventado en las celdas que habían en el C.A.E.

"Solo estuve un par de días en el Centro" siguió Temo mientras movía sus manos sobre el rostro de su poseedor "Mi primer poseedor me eligió muy rápido y me tuvo tres años. Luego me devolvió porque yo ya estaba creciendo mucho; me usaba en su trabajo de construcción, algunos de sus trabajos requerían de un cuerpo pequeño que entrara en espacios incómodos y llego un momento en que yo ya había crecido mucho, así que me devolvió." 

"¿Y el segundo?" pregunto Aristoteles y debía admitir que hace horas quería preguntarle eso. Sabia que el castigo que había recibido su pequeño esclavo había sido recibido a causa de que no había cumplido ordenes de su anterior poseedor."

"Me eligió a los pocos días de haber sido devuelto" Temo respondió mientras movía sus manos con delicadeza, estaba totalmente hipnotizado por aquella bonita cara tan cerca de la suya "Yo hacia las labores domesticas en su casa, para el y toda su familia. Me tuvo por tres años hasta hace un par de días... me había pasado toda la noche limpiando un desastre que había hecho uno de sus hijos en la cocina, así que a la mañana siguiente, cuando el me pidió que le hicieran batido de vainilla, lo hice de chocolate porque estaba muy cansado y mi cuerpo estaba actuando por inercia... y pues me dio el castigo mas fuerte que he tenido en toda mi vida y-"

Temo dejo de hablar cuando vio que algunas lagrimas se empezaron a mezclar con la crema que estaba aplicando en las mejillas de su Ari.

Movió sus ojos y se asusto al ver los ojos de Aristoteles en lagrimas.

"Señor-" 

"¿Te castigaron de esta manera por hacer un batido de chocolate en lugar de uno de vainilla?" pregunto Aristoteles en un susurro y al ver asentir a Temo, sintió ganas de vomitar "¡Por un maldito batido te dejaron con todas esas marcas en la espalda y las piernas?"

"Fue solo un castigo, pero ya no importa-" empezó a decir Temo pero Ari lo interrumpió.

"¡No fue solo un castigo, Temo!¡Por supuesto que importa!¡Eso fue una maldita tortura!" exclamo Ari  alterado y empezó a pasar sus manos sobre sus ojos para limpiar las lagrimas que no dejaban de salir.

"Señor no haga eso" susurro Temo tomando las manos de Aristoteles, tratando de quitarlas de sus ojos "Señor le van a arder los ojos si sigue haciendo eso por la crema..."

Temo trataba en vano de mover las manos de Ari, pero el mayor seguía balbuceando alterado bajo su aliento.

"¡Señor!" exclamo Temo ya preocupado porque sabia que pronto la crema iba a empezar a irritar los ojos de su dueño "Señ-... ¡ARISTOTELES!"

Inmediatamente, Ari freno sus movimientos y movió sus manos de su cara, viendo a Temo con los ojos como platos. 

"Me llamaste Aristoteles" dijo Ari en un susurro y Temo abrió grande sus ojos al darse cuenta de que lo había hecho. El ojimiel empezó a asustarse porque sabia que eso era sobrepasar los limites, pero antes de que pudiera entrar en pánico, Aristoteles siguió hablando "¡No, no te asustes! Es mas ¡sigue diciéndome así!¡por favor."

Temo lo miro sorprendido... ¿su dueño le estaba pidiendo que lo llamara por su nombre...?

"¿...A-ri?" pregunto Temo tartamudeando y Aristoteles sonrió grande.

Aquella cara irritada por las lagrimas pero adornada por una gigantesca sonrisa resultaba ser una combinación extrañamente bonita para Temo. 

"Aristoteles..." volvió a intentar Temo y Ari asintió "Y-ya no importan mis anteriores castigos porque ahora estoy... a salvo con ust- contigo." Temo cambio sus palabras, había notado que su dueño prefería cuando le hablaba de manera mas informal "Estoy a salvo contigo, ¿cierto?" 

Temo estaba terriblemente asustado por decir esas palabras, no podía creer que en menos de un día ya se sentía tan a salvo y en tanta confianza con su nuevo poseedor. 

Sus miedos desaparecieron cuando Aristoteles rió y lo jalo para apretarlo hacia el en un cálido pero cuidadoso abrazo. 

"Por supuesto que estas a salvo" susurro Ari y sintió que iba a explotar de felicidad al sentir como los brazos de Temo lo rodeaban respondiendo el abrazo "Siempre que estés conmigo estarás a salvo."

Y así, en los brazos de su Ari, Temo se sintió mas a salvo que nunca.

Aquí había una N.A. pero te la perdiste, lo siento, sigue leyendo ❤️












































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