C A P I T U L O LVII|Odiamos el distanciamiento|

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Un mes, ha pasado un mes de muchos desconciertos, Lucien Ivanov tenia a personas detrás manejando la prensa para callarles la boca, cada vez que me acercaba a él podía ver en su mirada frialdad ligada con preocupación. Los pies empiezan a hincharse un poco al caminar. Y las comidas me dan sueño al instante. Siento como si me hubiera caído un saco encima de mis hombros. Lucien me dice que me acueste a dormir, le hago caso. Ojalá no lo hubiera hecho. Al despertarme lo busco por todos lados y encuentro a Josseth en el proceso de mi búsqueda junto a Lucia,

-el señor se ha ido a Rusia, vuelve pronto. –fue lo que me dijo al entregarme a Lucia en brazos.-se te empieza a notar la pancita-me la toca con cuidado- gracias al cielo compramos ropa holgada.

Lucien regreso a los pocos días con la explicación "tenía unas cosas en Rusia pendientes" no me dijo más, me pareció extraño de su parte. Lucian me volvió a explicar el comportamiento de Lucien.

-esta con la soga al cuello, el socio es delicado, extremadamente delicado con las tradiciones rusas convenientes al matrimonio. Aunque hemos intentado que la noticia no salga a la luz. Él ya se ha enterado. Además, no creo que a mi hermano le agrade que viajes tanto.

Lucien volvió a viajar en menos de una semana a Rusia. Tuvo la decencia de decirme que volvería a ir. Me dejo con un beso en la frente.

Lucían tenía razón, aunque me plantee quedarme en Rusia por un tiempo, tenía claro que no aguantaría un viaje en avión, aunque las náuseas pararon los dolores de cabeza eran increíbles. Entre mi peso actual y los pies hinchados no colaboraban para poder viajar a otro país.

Mis sentimientos se pusieron a flor de piel, el embarazo se mantenía oculto por los medios, para evitar explotar. Pero me tenía acongojada el hecho que en el medico podía ver a las parejas tomadas de la mano para ir a consulta. Yo iba con Cassandra.

Lucien me llamaba por cortos minutos cada noche, no tenía hora fija, había días que me quedaba despierta cerca de las cuatro de la madrugada por si recibía un mensaje de su parte. Las noches que me encontraba sola ordenaba colocar la cuna de Lucia en el cuarto donde dormía con Lucien. Empezaba acostumbrarme a su pequeña presencia. Y tenía a mi perro durmiendo a pies de la cama.

Ellos evitaban que me sintiera sola.

Cuando llego el fin de semana me dedique por completo a estar en el centro comercial. Samantha era demasiado parlanchina para mi gusto. Aunque se complementaba con Cassandra. Me dedique a comprar ropa a los gemelos, para ir aminorando la carga e igual que pañales.

-entrare a esta cafetería. puedes llevar esto al Audi.

Samantha me hizo caso, lo bueno de esta escolta era que pasaba hacer una buena compañía. Choque con el hombro de una mujer,

- ¡ay!

- ¡joder! ¡lo lamento! -dijo ella.

Reconocí la voz de inmediato. Un vestido color coral y su cabello pintado de otro color. Y una enorme panza cual se manchó con un jugo de frambuesa.

-Corinne.

-Esther-murmuro. -estas jodidamente embarazada.

-igualmente. -Corinne se acomodó su cartera recogiendo el envase de jugo. También me chispeo los zapatos

Antes de formular una palabra de manera recelosa sonó un claxon a la vista, ella me ignoro por completo acariciando si panza y salió apresurada hacia un Mclaren negro con vidrios polarizados. La mujer se montó en el auto y salió disparado por plena avenida.

Lucien llego esa misma noche. me ahorre de mencionarle el ver a Corinne. Esa noche callo en la cama apenas le vi. Me entere que estaba en casa cuando entre a la habitación para acostar a Lucia.

Paso una semana, me encontraba con los padres de mi esposo en la sala mientras me encargaba de darle el biberón a Lucia Elizabeth. Hablaban en ruso y la verdad no me molestaba que gritaran en su idioma natal. Hasta que el Señor Ivanov menciono en su perfecto inglés.

-mañana viene el socio y quiero que salga jodidamente bien ¿entiendes Lucien? No es momento de actuar impulsivamente.

-tan fácil que fuera sido quemarle la lengua a la hermanastra de Esther. -se lamenta la señora Ivanova, le miro impactada.- según mi marido es muy inhumano, ahora se aguantan su problemita. Es tarde, son cerca de las doce de la noche y nosotros interrumpiendo el sueño de mi nieta.

-mañana vendrá Cassandra, tengo que levantarme temprano-me excuso. - tenemos cita en la peluquería.

-ah, la chica parlanchina que se encuentra como un chicle pegado a Lucían. -dice María-me apunto a la peluquería, así almorzamos algo delicioso.

Lucien despidió a sus padres y yo sonreí hasta que cerraron la puerta.

-iré a dormir. -menciono pasando por mi lado. -no te acuestes tarde, dile a Josseth que se encargue de Lucia. -refunfuño perdiéndose por las escaleras.

¿desde hace cuánto Lucien no me toca? No tengo ganas de recurrir a la masturbación. 

Casada con mi MALDITO Jefe © [MALDITOS IVANOV'S I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora