C A P I T U L O XXXV |¡NO SOY TU BAMBI, ¡NI TU CIELO, NI UNA MIERDA!|

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No me encontraba a mí misma la verdad, estaba consciente de lo que pasaba. Y había entrado en un estado de impacto. Las lágrimas corrían por mis mejillas y la nariz estaba cogestionada. Me digne a preguntar por él.

-vendrá dentro de poco. Es la única información que tengo. Pero tus escoltas se encuentras custodiando el lugar.

Lo único que pensaba era el ¿Por qué? No lo entiendo. Su promesa que éramos solo él y yo. Me había confesado sus sentimientos en su extraña manera.

Me toque el vientre con delicadeza. Y me recosté de la cama.

-estoy cornuda y embarazada. -todos me miraron extrañados.

-la embarazada es Ángel. No tú. -soltó Gabriel. Sentándose a mi lado.

Los latidos de mi corazón me tamborileaban en los oídos y la boca estaba seca. Le observe a todo el mundo y Cassandra me miro con compasión.

- ¿Cómo se enteraron?

-Esther-hablo Lucían, le evitaba la mirada no soportaba que fuera su gemelo en este momento. – me han mandado un mensaje, que ella a anunciado su embarazo en Ivanov Entreprise.

Esto era magnifico. Me recogí el cabello en una cola improvisada. Me entere que tenía la bata de hospital. Lo estaba empezando a detestar la verdad, la cama se me estaba haciendo incomoda y el calor era impresionante.

-mis padres vienen en camino. Son ajenos a todo aquello, cielo. -susurro Khaterine pasándome un poco de agua.

-créeme no tengo ganas de mencionarles a tus padres que su hijo menor me fue infiel.

-no entiendo cómo te sorprende las actitudes de mi hermano. -intervino Lucían con cierto eje de burla. Como si intentara aflojar la conversación

Mi mirada detono ira a su dirección, tome lo primero que alcanzo mi mano, una lámpara a mi lado izquierdo. Me estire para tomarla y apunte a su cabeza al lanzársela.

Por suerte de la enfermera que venía entrando y él, lo esquivo. Ambos me vieron con terror.

-lárgate, ya me basta que seas el gemelo mayor de Lucien para que digas estupideces defendiendo a tu hermano, créeme que si fuera yo la que le hubiera engañado me tacharían como una zorra.

Pasaron las horas. Cassandra se había ido, prometiendo volver. Hasta que solo quedo Gabriel junto a Khaterine. Estaba preparando mi documento para el alta, no sabía cómo iba a volver al apartamento de Lucien, no lo consideraba un lugar para vivir.

-puedes ir a dormir a mi casa. -dijo Khaterine y yo me negué. Agradeciendo su oferta.

Solté un suspiro mientras me tendía una muda de ropa. No era de mi talla me quedaba un poco holgada, pero lo agradecía. La camiseta blanca básica y unos pantalones holgados y unas sandalias. Entre al baño a colocarme las prendas y observar mi reflejo. Me veía espantosa.

Cuando Salí del baño, la única persona que se encontraba en la habitación era Lucien. Le observe un buen rato fijándome en el iris de sus ojos, gris. Tenía un gorro de invierno en la cabeza seguida de una bufanda. Dándome a entender que afuera hacia frio. Mi instinto busco algo que lanzarle para amenguar la furia que sentía hacia su persona. Franschesco me observo pidiendo algo de clemencia con la mirada.

Una mierda la clemencia.

-que mierda haces aquí. Lucien. ¿no te hace falta la perra de Ángel?

-es hora de ir a casa. -tomo el bolso con las pocas pertenecías junto a los documentos entregándoselas a su escolta.

-una mierda que pisare tu apartamento.

-eres mi mujer, y tenemos asuntos que resolver. No estoy interesado en armar un espectáculo en la clínica.

-repite que de nuevo soy tu mujer y olvidare que estoy en una clínica. y voy a tomar esta otra lámpara y te la lanzare, y créeme que no pienso fallar como lo hice con tu hermano.

-puedes lanzarme todo lo que quieras en el apartamento. -menciona, me observa fijamente a los ojos y encuentro tristeza. Que puede estar muy bien actuada igual que unas ojeras. Pronunciadas. - pero regresa, todo tiene una maldita explicación Bambi.

- ¡NO SOY TU BAMBI, ¡NI TU CIELO, NI UNA MIERDA! -Le grito con las lágrimas asomándose- no te quiero cerca de mí, me lastimaste. no soporta respirar el mismo aire que tú.

No me esperaba la siguiente acción de Lucien, se acercó chocando contra mi cuerpo aplastándome contra la puerta del baño. Mi espalda quedo erguida y la mano de él al lado de mi rostro agachándose para quedar a mi altura.

Todavía el efecto Ivanov, predominaba en mi cuerpo.

>>te odio.

-lo sé, estas en todo tu derecho. Yo también me odio. Por causarte tal sufrimiento. -susurra contra mi oído. - pero, aunque me odies con todas tus fuerzas. No pienso dejarte aquí tirada en la clínica. te vienes conmigo Esther.

Uno de los momentos más incomodos fue el auto, no lo voy a negar; me recosté en el asiento trasero contra la ventana. Mientras Franschesco conducía y durante todo el viaje murmuraron en ruso. Apenas el auto estaciono me baje escuchando las exclamaciones de Franschesco. Entre en el ascensor y por mi mala suerte antes de cerrar la puerta entro la persona que menos quería ver en el lugar. Acorralándome en la esquina de vidrio del ascensor.

- ¿Cuántas vueltas de mierda le vas a dar a tu cabeza, bambi? –farfulló. Su tono de voz me seguía estremeciendo. - tenemos que platicar de lo que hemos hecho, y vamos a empezar contigo. Cielo.

-¿Qué mierda he hecho yo? Aparte de dejarme llevar por un estúpido contrato para fingir ser tu mujer. Y caer en las mentiras; en tus malditas mentiras Ivanov. ¿Por qué no hablamos de cómo te encanto dejarme cornuda, y que Ángel anuncie un embarazo en toda la empresa?

- ¡este maldito enredo no estuviera pasando si no me hubieras escondido las malditas cartas y mensajes! - me grita zarandeándome. - siendo un completo imbécil en creer en tu palabra, protegiendo a mi mujer. Estoy haciendo en este instante todo lo posible para protegerte de las garras de aquellos que quieren marcarte.

-¡¿ENGAÑANDOME CON LA SURIPANTA EMBARAZADA?!-los pulmones me ardían. Necesitaba aire, necesitaba tantas cosas en este momento. - me sacaste de un infierno prometiéndome el cielo. Hasta ahora me estoy dando cuenta que cambie un demonio por el mismísimo Lucifer.

Humillación, tristeza, ira, dolor y deseo. todo aquello reflejo su mirada cuando me soltó dándome espacio.

-estas hiperventilando, relájate. -se pasó una mano por el cabello. Saliendo del ascensor. – necesito aclarar. el embarazo de Ángel no es mío-me observa de reojo, sabía que me seguirías, no soy tan imbécil-aclara. - nunca llegaría acostarme con esa perra.

-la besaste. -le sigo hasta la sala- en mis narices

-todo es parte de su desastroso plan. Necesitaba besarte, ella sabía que te encontrabas allí, Lucían sabía que le ibas a llamar. Estabas tan mal de salud que no me perdonaría que te desmayaras del impacto que esto te ocasionaría. Te estoy aclarando esto porque los sentimientos que albergo hacia ti son más grandes que cualquier cosa, joder. -traga saliva acercándose a mí, dejo que me toque. Anhelo su toque.

>>pero...-apretó sus labios viéndome fijamente. - dentro de unas horas llegaran los abogados para que firmes el divorcio. Esther. -beso mi frente- lo lamento. A mi lado no estas seguras

El mundo se cayó a mis pies.

Casada con mi MALDITO Jefe © [MALDITOS IVANOV'S I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora