C A P I T U L O X |Khaterine Ivanova|

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CAPITULO DIEZ

Me suelta el brazo de mala manera, y recobra su postura, la pasión que se profesaba en el lugar había muerto. Aprieta las manos en puños y sé que está haciendo un esfuerzo para contenerse.

— ¿anhelas saber con quién te estoy engañando, maldita? —da un golpe a mi lado, a la mesa con la mano abierta. — vístete, conocerás a mi amante. Tienes cinco minutos o yo mismo te iré a buscar a tu habitación y no me importara tu vestimenta.

Con pasos ligeros camino a mi habitación, tengo el coraje contraído. Opto por un pantalón de tiro alto y mis sandalias de andar y una camisa a vuelo, mi cara no detona ni alegría ni tristeza. Detona rabia.

Las ganas de lanzarle un tiro a Lucien no me faltaban.

—¿nena, sigues en la empresa?—pregunta al teléfono mientras me observa con seriedad— me parece maravillosa idea, conocerás a mi prometida, lamentándolo mucho no poder ir hoy a tu apartamento. Me han surgido ciertos compromisos con mi mujer. Franschesco al auto en cinco minutos.- anuncia mientras me toma de los hombros y me conduce bruscamente hacia el ascensor.

—camina rápido si no quieres que te trate de una manera más brusca, amor—

Ahora el ir a la empresa fue sin un protocolo correcto. Lucien me empujó hacia su deportivo y sin importarle que los encargados de seguridad tomaran sus puestos, desaparecimos del lugar.

El tiempo no se hizo largo, ni siquiera se molestó en para el auto en el estacionamiento subterráneo. Él se bajó del auto y me abrió la puerta jalándome del brazo intentando ser brusco. No me suelta y me obliga a caminar a su paso, obviando a las demás personas. Que tenían las miradas puestas en nosotros. Subimos el ascensor, y deje de respirar cuando abrió la puerta de su oficina.

Una mujer de cabello corto hasta la mandíbula, una mirada seductora parecía una diosa de ojos negros y sin menciona la figura que abrazaba su traje rojo de dos piezas unas piernas kilométricas y unos labios que hacían juego con su vestimenta.

—Khaterine. —pronuncia su nombre mientras se acerca a besarle la muñeca, ella sonríe con gracia sin apartar su mirada de él— te presento a mi mujer.— se dirigió a mí con un tono de burla.

—discúlpame, pero no serán hasta que no la vea vestida de blanco—suelta con burla— ¡por fin puedo saber quién es mi cuñada!

Mierda, mátenme.

El dolor de mi estómago se disipo y el salón huele a Channel. Lo observo estáticamente sin tener ninguna emoción, pero sé que está molesto. Lucien me pide su mano y yo la acepto con cautela. Me acerca a su hermana.

—Khaterine, ¿podrías buscar una reservación para comer los tres? —objeta sin quitar la mirada en mí.

—espero que lo soportes, necesito tu técnica. —bromea mientras saca su celular y sale del despacho.

Me tiro en el sillón negro. Mientras suelto un suspiro y mi cabeza se colora de vergüenza. Lo tengo en mi campo de visión. Me toca con un dedo la frente.

—espero que no te queden dudas de mí, mientras tenemos este contrato vigente, Esther— murmura en mi oído.

—lo lamento.

—bien. Espero que Khaterine haya conseguido un buen restaurante. —inquiere.

Salimos del Lugar consiguiéndonos a Khaterine hablando con uno que otro trabajador cuando nos divisa nos hace una seña que todo está perfecto.

—¡vamos!—chilla divertida mientras se calza su cartera y camina hacia nosotros.—¡tengo tan que preguntarte Lucien!— bajamos por el ascensor

—Khaterine no vayas a empezar.

Khaterine lo ignora

— ¿Cómo esta mama?

—viva.

—.¿las cosas marchan bien en casa?

—todo trabaja correctamente.

— ¿Cómo esta Lucian?

—Jodiendo.

— ¿Cuándo es el anhelado matrimonio Hemanito?

— pronto.

—¿follan con protección?

Me atraganto con mi propia saliva y la Lucien la mira como si fuera algo insignificante.

—Callate Khaterine. Al parecer tus clases de modales se fueron al caño, eres una rusa muy parlanchina.

— sabes muy bien que todas las personas de nacionalidad rusa, son herméticos, intolerables, presuntuosos, fríos, con cabeza dura, y maquinadores como tu hermanito.

Pisamos fuera de la empresa y lo primero que divisamos son los todoterrenos detrás del deportivo de Lucien, sin mencionar que Franschesco tiene la frente sudada. Cuando la hermana de Lucien se hace notar, junto a los de seguridad no paran de babear por ella. Y a Khaterine no parece incomodarle. Más bien disfruta de la atención.

Pero capto es la mirada de Franschesco hacia su persona. Eso solo ha bastado que Lucien aplauda molesto captando la atención de los presentes. Espantando las miradas de su hermana

—la próxima vez Khaterine Ivanova te traes unos pantalones anchos como la colección de invierno del año pasado. Detesto la forma de vestir reveladora que posees.

—no seas marica. —Lucien abre los ojos y las ganas de explotar de risa que tengo son inimaginables. – ¡oh por dios! Así dijiste cuando mi vestido era encima de la rodilla.

mi futuro marido se retuerce las cienes con los dedos.

—tenías u escote en la espalda que dejaban ver la raja de tu culo.

Me carcajeo. Mientras me siento en la parte delantera del deportivo. Mi teléfono vibra. Tengo un mensaje.

Gabriel: tenemos que hablar, llámame cuando puedas.

Visto

— ¿Qué sucede? —digo cuando contesta. Lucien me observa por el retrovisor.

—nena, tu padre ha sufrido un infarto.

Mi cara pierde el color

— ¿Qué putas me estás hablando Dreams?

|tengo noticias sobre las actualizaciones de esta novela para saberlas seguirme en Instagram: srtmitchell7|

Besos y Abrazos Gigantes S.M.

Casada con mi MALDITO Jefe © [MALDITOS IVANOV'S I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora