El Único al que Amo

Capítulo 37: Un asesino suelto

Chicago Police Department

Jesse estaba encerrado en una celda, entre barrotes de hierro y mal olor del desaseado lugar, estaba temblando de los nervios por lo que ahora le esperaba, el fin de su carrera y la cárcel eran sus peores temores. Melanie apareció en el lugar y fue hasta su celda para consolarlo.

— Jesse, todo va a salir bien, te lo prometo — dijo ella, con voz temblorosa.

— Mel, te juro que yo no hice nada — dijo el, con seguridad.

— Lo sé, te creo, pero la policía encontró tu chaqueta y rastros de cabello ahí.

— ¿Crees que tenga algo que ver con lo del repartidor que me golpeo?

— Tal vez.

— ¿Cómo esta Mike?

— Devastado. Es comprensible, duro más de 2 años con Sam. A mí también me duele, era un gran chico y lo amaba mucho.

— Espero que no crea que es mi culpa. Apenas lo conocía, jamás hable con él.

— Tranquilo, estoy segura de que la policía resolverá todo esto.

Jesse tomo la mano de Melanie de entre los barrotes y le dio un beso el palma. — Gracias por estar aquí — le dice.

Mike estaba afuera hablando con el oficial de policía después de haber declarado. Después de haber puesto fin a la trágica platica, tomó su teléfono y marco a Justin para dejarle un mensaje de voz.

''Justin, esta es la tercera vez que te llamo, he llamado a tu casa y a la mía pero nadie atiende, por favor, contesta, algo terrible pasó. Te Amo''

Pasaban los minutos y todavía no había señal de Justin, así que decidió buscarlo en el hospital, incluso sabiendo que no le tocaba quedarse de turno.

Llegó y caminó hasta su consultorio, y se encontró con una enfermera que estaba clasificando unos archivos en el escritorio. Le pregunto dónde estaba y le dijo que se encontraba en el área de recuperación. Asustado, corrió hasta dicha sala y lo encontró recostado en la cama con suero entrando por sus venas y medio somnoliento.

— Justin, que te pasó?

— Mike, ¿Cómo te enteraste que estaba aquí?

— Te estuve llamando todo la tarde y jamás respondiste, quise probar suerte a ver si estabas aquí y una enferma me dijo que estabas en recuperación.

— Sí. Estaba en el estacionamiento y de pronto me mareé, sentí náuseas y estaba sudando y de repente caí y no recuerdo nada más. Los doctores me dijeron que cuando llegue estaba convulsionando. Me hicieron estudios. Temo alguien intento envenenarme.

— ¿Qué? — dijo Mike, quedándose boquiabierto y con cara de espanto. — Porque alguien haría eso.

— No lo sé, no sé de dónde provino pero encontraron restos de cianuro en mi sangre.

En algún momento Justin se percató de los enrojecidos y lagrimeantés ojos de Mike que estaban así por el llanto de su pérdida.

— ¿Te pasa algo?, tienes los ojos irritados... ¿Estuviste llorando? — pregunto Justin, con una enigmática mirada.

— Si.... Pasó algo terrible.

— No me asustes Mike, dilo.

— La Policía encontró a Sam muerto en su apartamento, con dos ataques de bala — dijo Mike, rompiendo en llanto del dolor que le causaba.