Capítulo 32: Mejor que te lo diga él.

1.7K 170 74
                                    

— ¿Kathery? —escucho la voz de Kyle sacándome de mis cavilaciones.

Parpadeo con fuerza con la intención de regresar al presente. Mi cabeza me tortura con un dolor punzante que no se ha ido desde que comencé a contener las lágrimas. En este punto quisiera que me volvieran a inyectar melatonina. Para entrar en el sueño más profundo de todos y tal vez soñar con una realidad diferente a esta.

— ¿Sí? —pregunto dirigiendo mi atención al muchacho sentado junto a mí.

Él se queda en silencio un par de segundos. Parece meditar sus palabras, cuestionándose si debería continuar con la conversación que inició.

— ¿Cómo conociste a Ethan? —suelta al fin.

Su pregunta me toma desprevenida. Y la simple mención del nombre del rubio, provoca una punzada dolorosa en mi corazón. Suspiro.

— ¿Por qué quieres saberlo?

Se encoje de hombros. —Es que no entiendo cómo pudiste conocer algo que creías extinto y después no pensar en lo que podría suceder —contesta con severidad en su voz—. ¿En serio no te cuestionaste las consecuencias, lo que podría significar? ¿No te pareció sospechoso? ¿No te diste cuenta del lío en el que te estabas metiendo?

—Todas esas interrogantes me atormentaban más de lo que creerías —respondo tajante—. Claro que sabía que significaba algo importante. Por supuesto que contemplé en mi cabeza todo lo que podría venir involucrado con un secreto tan grande.

— ¿Entonces? ¿Por qué le diste acceso a tu vida? —Eleva las cejas con desesperación en su mirada, sin poder comprender cómo es que me acerqué tanto a Ethan en su momento.

—Porque jamás imaginé... —Mi voz se corta y tengo que parar un segundo para recuperarla; decir lo que me ha estado torturando desde hace dos horas, lastima—. Nunca pensé que el enemigo sería él. Y mucho menos que el objetivo era yo.

La comprensión parece adueñarse de sus pupilas. Asiente mientras aprieta los labios y me da una corta caricia en el hombro. Yo no quiero platicar la historia y él no insiste tampoco. Así que me mantengo en silencio. Recargo mi cabeza en su hombro, demasiado cansada para importarme si le parecerá o no. Sin embargo, en lugar de retirarme como esperaría tal vez que hubiese hecho, pasa su brazo sobre mis hombros y lo deja ahí. Y entonces me siento un poco más tranquila. Solo un poco. Pues sé que en unas horas volverán por nosotros.

∞∞∞∞∞∞

Hoy fueron los vasos sanguíneos. Solo arteriales, pero con eso basta para que me sienta del buklot.

Me separaron de Kyle para continuar con nuestras pruebas. No lo he visto desde hace doce horas, aproximadamente. Y es ahora cuando, sin ningún apoyo cercano, me siento más sola que nunca. Sin mi mamá, sin Lysh, sin Kyle... sin Ethan. Solo yo, abriendo la puerta de la cafetería con toda la fuerza que me queda. Y una vez dentro, observo mis manos para darme cuenta que el esfuerzo provocó múltiples petequias en mis palmas. Suspiro y desvío la mirada. El dolor incrementa al darme cuenta de lo que están haciendo conmigo.

Mi cabeza no ha dejado de cuestionarse: ¿por qué yo? No entiendo qué es lo que me hace tan especial.

¿Es porque tengo un mellizo? Ethan y Brythel también parecen ser mellizos. Y seguramente hay muchos pares más.

¿Es por mi corta edad? Hay millones de chicas de dieciocho años.

¿Es por mi madre? Dudo que se hayan tomado tantas molestias para querernos solo porque mi madre es parte del proyecto.

Debe ser algo más. Debe haber algo que no he pensado aún. Y debe ser una razón increíblemente "importante" para que no les importe matarme en el proceso.

Kathery y el Único Chico de la Tierra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora