Capítulo 13: Nos van a encontrar.

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— ¿Ethan? —llamo al chico, aunque sé que lo más probable es que esté dormido. No lo he escuchado roncar, pero hace más de media hora que cortamos la mundana conversación para descansar.

—Dime —responde después de unos segundos.

Me quedo mirando el techo, escondiendo la mayor parte de mi tembloroso cuerpo bajo las sábanas.

— ¿Qué pasará si tengo un hermano? —pregunto finalmente, intentando mantener mi voz firme.

El silencio inunda mis oídos y con él viene la soledad que he estado sintiendo desde que Lyshia se fue. La posibilidad de tener un hermano, no ha dejado de rondar por mi cabeza. Me pregunto, si en verdad lo tengo, ¿sabrá él de mi existencia? ¿Estará consciente de la situación actual, donde se supone que los chicos ya no existen? ¿Estará encerrado, como pienso que los demás hombres están? ¿Estará bien?

—Pues deberías alegrarte. Significa que nunca tendrás que estar sola —dice Ethan.

Hay algo melancólico en su voz que llama mi atención.

Cambio de posición para quedar cara a cara con él, viéndolo desde arriba hacia el colchón. Sus ojos están cerrados y no hay sombra de algún sentimiento en su rostro. Luce indiferente.

—Ethan... —digo su nombre una vez más y él abre los ojos—. ¿Tienes hermanas?.. ¿O hermanos? —Se siente raro preguntar eso.

Me mira sin expresión alguna y no responde al principio. Supongo que no dirá nada, como cada vez que le pregunto algo personal.

—Sí —contesta, tomándome por sorpresa.

Es tal el impacto que me causa su contestación, que me cuesta reincorporarme mentalmente para formularle otra pregunta coherente.

— ¿Cómo se llaman?

Pasan los segundos y capto que no me dirá nada más. Y yo que pensé que ya me habíamos hecho un avance.

Bueno, supongo que lo que me dijo es mejor que nada.

A veces pienso, que este chico está demasiado roto. Las pesadillas, la desconfianza y el pequeño ataque de pánico que presencié una vez me indican eso. Es decir, yo no le he dado razones para que desconfíe de mí. Yo no tengo básicamente ningún secreto con él. No es que le haya contado mi vida personal, pero si hiciera preguntas no me molestaría contestarlas. Soy un libro abierto, en casi todos los aspectos. Claro que hay cosas que me incomoda platicar, como mis inseguridades y altibajos, pero no creo que eso sea tener un secreto.

En cambio él, actúa como si estuviera escondiendo cada vez que le pregunto algo. Ya ni siquiera lo hago completamente por curiosidad, también me gustaría ayudarlo. Tal vez, si me contara acerca de sus pesadillas podría servir de algo.

—Ya —los murmullos de Ethan me regresan a la realidad—. Aléjate.

El chico parece ya haber caído dormido y está hablando entre sueños de nuevo. Y como la vez pasada, su rostro expresa terror. Mi corazón se apachurra al verlo así y, dispuesta a ayudarle, bajo de la cama para despertarlo.

—No, no —dice el rubio con la voz entrecortada.

—Ethan —Lo sacudo ligeramente—. Ethan, despierta.

Noto que intentará aprisionarme de las muñecas una vez más y, siendo más rápida que él, me aparto antes de que lo logre. Las pequeñas sacudidas no funcionan con su persona. Tal vez necesite un método más extremo.

Kathery y el Único Chico de la Tierra.Where stories live. Discover now