aburrida, ¿no cree?

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La exposición de Elena era en un bar acomodado para que hubiera espacio para las grandes fotografías en las paredes y en atriles esparcidos por la sala. Había barra libre y música indie. Yo llevaba mi cámara al cuello como siempre y a Tom bien agarrado de la mano. Estaba oscuro, pero del techo colgaban luces reflectores para cada pieza.

Había fotografías desde España hasta Indonesia, Argentina a Australia y todas de personas. Y en una esquina, con un reflector, nosotros, besándonos frente a una pretenciosa pintura. Y ante Dios, que esa foto era excelente. Elena tenía buen ojo.

Tom se quedó admirando la imagen por unos minutos mientras yo iba por bebidas y veía las demás obras de reojo. Usé la credencial de Tom, no nos parecíamos pero en la oscuridad funcionó, o al bartender no le importó. Volví con dos cervezas artesanales y le di una a mi chico. Me agradeció sonriendo y tomó de su botella. Unos brazos nos rodearon por los hombros. La mano derecha tenía las uñas pintadas de morado oscuro y un tatuaje en la muñeca, pero antes de poder verlo bien se quitó. Elena llevaba su cabello suelto en bucles y una pañoleta blanca amarrada con el moño hacia arriba.

"Me alegra que hayan venido" dijo ella sonriendo "Veo que ya encontraron su pieza" miró al frente.

"Sigo fascinado, en serio, me encanta" dijo Tom.

"Gracias" dijo conmovida "Te la voy a regalar" le dijo y dio un paso atrás "No se vayan, ya vengo"

Miré a Tom que puso su mano en mi nuca para acariciar mi cabello.

"Me siguen gustando más tus fotos"

Tal vez no le importó ver mi reacción porque tal vez no lo decía en serio, pero dejó de mirarme casi inmediatamente y devolvió su vista a Elena que trotaba hacia nosotros. Estiró su mano hacia Tom dándole una impresión de la fotografía.

"¡Muchas gracias!" dijo emocionado.

"De nada, esta es para ti" me extendió una.

"No, gracias" dije más seco de lo que intencionada.

Elena sonrió incomoda, pero con un tinte de superioridad en sus ojos, y bajó la mano.

"Okay"

Tratar de comenzar a explicar la sonrisa y el aura que Elena transmitía me ponía enfermo. Arrogante, egolatra, pretenciosa, eran solo algunas de las palabras que se me venían a la mente. Trataba de no pensar en eso, pues sabía que a Tom le agradaba, pero no podía dejar de fruncir el ceño en su presencia.

Tal vez Tom tenía razón y yo solo estaba celoso, pero fuera lo que fuera, Elena no me agradaba. Podría ser una excelente fotógrafa, pero odiaba su actitud, sobre todo esa mirada condescendiente que me daba. Como la de un adulto ocupado a un niño molesto ajeno en público.

No llevé mi cámara para presumirla, sino porque planeaba fotografiar a Tom al salir de la exposición. Quería fotos de él en un ambiente familiar, fotos que pudiera presumir a la gente. Pero en cuanto Elena vio que llevaba mi cámara, se aferró a su Canon con recelo.

En cierto punto me separé de ellos y fui por una cerveza, me quedé viendo las demás fotos, analizándolas a detalle, reparando en cada objeto, en el filtro, la saturación, el enfoque. Quería ser crítico. Quería sentir que mi opinión era algo. Cosa que no era, jamás sería, pero solo quería ser oído. Entré al baño, oriné, me lavé las manos y me miré al espejo. Me abrí un botón más de la camisa, luego la cerré hasta arriba y la fajé. Me peiné con agua el cabello, todo hacia atrás y me doblé las mangas de la camisa un poco abajo del codo. Salí del baño y pedí vino en la barra, luego volví a la exposición con mi mejor cara de estreñimiento. Una mano acariciaba mi mentón, la otra sostenía la copa de vino con petulancia. Me le acerqué a un hombre de traje que hablaba con una mujer rubia.

"Aburrida, ¿no cree?" Dije moviendo el vino.

"¿Bromea? Es una excelente imagen, en verdad cautivadora" dijo la mujer.

"Vea el dolor en el rostro de la niña" dijo el hombre.

"Aburrido" repetí arrugando la nariz "Solo vea ese trabajo de edición... mi sobrina hace un mejor trabajo en Instagram, los colores son muy fuertes y esa niña no siente dolor, es falso, solo véalo bien" bebí del vino "De seguro todas son actuadas"

"De seguro"

Volteé rompiendo personaje. Tom me miraba con los brazos cruzados en el pecho y las cejas tocándose, en un gesto que, reparé, no le veía hacer desde los nueve años. Estaba furioso. Apretaba los labios y aunque sus cejas se fruncían, se las arreglaba para hacer que sus ojos reflejaran tristeza. Miró al suelo, levantó de nuevo la vista y se dio la vuelta.

Fui detrás de él hasta que lo alcancé afuera del bar. Lo agarré del brazo y él se sacudió para soltarse.

"Sabes que no es cierto" dije parándome frente a él "Te amo"

"A veces parece que no" dijo.

"¿De qué hablas?"

"¿Crees que no me daba cuenta como me mirabas?" Preguntó buscando mis ojos "A veces me incomodabas, y mientras yo pensaba en agarrar tu mano tú buscabas maneras de coger conmigo"

"Tom, yo no..."

"Aveces dudo que sí me ames" dijo "Y sé que suena estúpido, no llevamos tanto como pareja, pero yo de verdad te amo, porque no he dejado de pensar en ti desde los ocho años" bajó la mirada a sus manos "A veces creo que soy otra de tus conquistas"

Busqué su mano para agarrarla, pero las quitó para cruzarlas en su pecho como antes.

"No te voy a mentir, así fue en un principio" dije "Solo quería coger contigo" arrugó la nariz y cerró los ojos "Pero después de la primera vez, todo cambió" me acerqué a él con cautela "Eres mucho más que eso, mucho más que como yo te veía, no eres otra conquista, eres el amor de mi vida"

Rió sin ganas.

"Son palabras muy fuertes"

"¡Es cierto!" Exclamé "Te traje hasta acá porque quiero recuerdos felices a tu lado, solo los dos, viviendo una sosa comedia romántica como cualquier pareja melosa de una mala serie para adolescentes, eso quiero" las puntas de nuestros zapatos casi se tocaban "Quería distraerte de esa estúpida escuela y verte feliz" acuné su rostro con mi mano y él se movió un poco para enterrarse más en mi palma "Te amo, y lo digo en serio"

Sonrió un poco.

"También te amo" dijo "Aunque solo juegues conmigo"

"¡Thomas!"

"¡Rex!" Soltó una carcajada "Es broma, ya" entrelazó nuestras manos "Es temprano y no me agradan los amigos de Elisa"

"¿No tienes antojo de una hamburguesa?" Pregunté con un tono medio en broma.

"¿Sabes? Creo que sí" contestó igual y sonrió "Tú pagas, aún sigo enojado".

Like Someone In LoveWhere stories live. Discover now