oreos, porros y red bull

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La música sonaba fuerte, casi haciendo que me retumbara el pecho, Tom volvió con dos vasos con alcohol y me entregó uno moviendo la cabeza al ritmo del bajo. Se sentó a mi lado sin dejar de moverse. Ya estaba pasado de copas, sonreía bobo y tenía los ojos cerrados. Fui por agua y me senté de nuevo a su lado, esperé que acabara su vaso y lo hice tomar de la botella. Era mi trabajo cuidarlo, pues Tom era muchas cosas y prudente no era una de ellas, a parte de que era mi obligación, si nos veían borrachos a los dos, nos mataban a los dos. Apoyó su cabeza en mi hombro quedándose muy serio y la levantó de prisa al ver llegar a Craig, justo antes de que pudiera oler bien su cabello.

"¿Qué haces aquí?" Preguntó Tom confundido, casi enojado. 

"¿Qué te importa?"

Tom borracho era como un niño y Craig cachondo no tenía prudencia. Por lo que Tom comenzó a maldecirlo con su lengua arrastrando vocales y Craig a ignorarlo mientras me besaba el cuello y mordía la oreja. 

"¡Rex!" me gritó Tom enojado "¡Este idiota quiere comerte la oreja, que ascoooo!" gritó señalando a Craig.

"Tom, ya" 

Se puso de pie tambaleándose y fue a sentarse a otro lado. Justo frente a nosotros. Aun con la gente podía obtener vistazos de él con los brazos cruzados sobre el pecho y las cejas fruncidas. Y por algún motivo sentir los labios de Craig besarme en el cuello, lóbulo y clavícula y ver a Tom enojado haciendo una especie de puchero me la puso dura. Sus ojos cristalinos me miraban frustrados y tomaban pequeñas desviaciones hacia Craig. Se impulsó para ponerse de pie pero el peso muerto de Amelia, una chica de mi escuela, le cayó encima devolviéndolo a su lugar. Le dijo algo pero ella lo atrapó entre sus brazos dejándolo sin escapatoria. Tom se quedó quieto mirando hacia el lado contrario. Craig comenzaba a mover la mano que estaba en mi muslo más arriba, a terrenos peligrosos, muy deseados, pero aún así me puse de pie y caminé hacía Tom. 

"¡Tom!" exclamé "¡Rápido, está en el hospital, no vamos a llegar!" grité.

"¡Ni creas!" dijo Amelia "Ya me sé tus trucos, Rex"

Tom me miró con terror en sus ojos grises. Craig venía hacia mi enojado por dejarlo a medias, de nuevo, así que agarré un vaso con vodka de la mesa y le lancé el contenido a Amelia en la cara haciéndola soltar a Tom, al que agarré de la mano y jalé para salir de ahí. Salimos de la casa y corrimos con Craig siguiéndonos y gritándome cosas.

"¡Eres un idiota, Rex!"

Yo solo grité. Nos detuvimos después de tres calles y Tom se volteó a vomitar a un arbusto. Le palmeé la espalda un poco y me alejé para que terminara sin presión. Levantó el rostro, con los ojos llorosos y desorbitados, el sudor pegándole el cabello a la frente e intentando agarrar aire por la boca. Mi respiración se volvió pesada y la sangré se desvió a otro lado para volver a ponerme duro. 

Atribuí los pensamientos inapropiados a la mariguana y el alcohol en mi sistema, eso me estaba poniendo tan caliente. 

"¿Estás bien?" le pregunté. 

"Mhm" escupió hacia la calle "Necesito comida" 

En silencio fuimos a un 7/11. Yo iba pensando en fragmentos de la biblia y Tom probablemente trataba de no caerse. Entramos y comenzamos a agarrar cosas antes de darnos cuenta de que no teníamos dinero. Yo contaba con dos dolares y Tom con uno. Lo llevé a la parte de atrás y le metí un paquete de Oreos en la espalda debajo de la playera, aprovechando para rozar su piel y detenerme especialmente en un lunar cerca de su cintura, me guardé dos Red Bull en las mangas de la chamarra y pagué una botella de agua. Salimos de ahí y una cuadra después sacamos las cosas. 

"¿A donde vamos?" preguntó Tom. 

Me encogí de hombros. 

"¿Vamos al campo de golf?" le pregunté y él asintió. 

Le di la botella de agua y lo hice que se la empinara acabandosela de un trago. Su manzana de Adán subiendo y bajando atrapó mi mirada provocando que se me secaran los labios. Volteé la vista y seguí con el recorrido.

El campo de golf estaba en la zona rica del pueblo. Cerca de donde estábamos. Ahí habían ocurrido grandes leyendas de la escuela y a la gente le gustaba hablar de eso. Me hubiese gustado llevar cervezas y Twinkies, mis favoritos, pero ahora solo contábamos con un porro, dos Red Bull y un paquete de Oreos. Lo ayudé a brincar la cerca y lo seguí hacia una colina en el campo de golf que estaba a unos metros de un lago artificial, subimos ahí y Tom se tiró en el pasto. Me acosté a su lado y saqué el porro, lo encendí y antes de dárselo le pregunté si se sentía mejor. 

"Viviré".

Le di el cigarro y le dio una calada. Podía notar que ya no estaba tan borracho pues había dejado de cruzar los ojos. Veía las estrellas con una mano en la nuca y otra en el estomago. Había llevado mi cámara y no gasté tiempo, pues inmediatamente me puse a fotografiarlo tirado en el pasto fumando. Le quedaba bien el estilo de vago.

"Nunca he entendido el golf" dijo "Es aburrido y lento"

"¿Te gusta rápido?"

"Y estimulante"

Reímos.

Su carcajada me llenó de vida.

Pero no quería reírme de eso, quería hacérselo, ahí mismo, en el pasto, en esa colina con los patos mirándonos y con la posibilidad de ser descubiertos. Le di un toque al cigarro. Estábamos en silencio, comencé a decir incoherencias solo para terminar con el silencio. Él solo escuchó.

Me senté para fumar mejor y mi mirada fue directo a la sección de piel enmarcada por la camisa y su pantalón. Su piel lechosa y delicada en esa área me incitaba a hacer bailar las puntas de mis dedos por ahí, pero antes de hacer un movimiento se estiró para agarrar las Oreos dejando aún más piel expuesta. No me contuve más y pasé mis dedos por su piel dándome una sensación de terciopelo. Tom se detuvo y miró mi mano, luego a mi. 

"Tenías algo" dije y fingí que me sacudía una pelusa de los dedos a un lado. 

"Mhm" siguió con las Oreos. 

Separaba las galletas, pasaba su lengua por la crema y luego las lanzaba al piso para que se pegaran. A veces actuaba como un niño pequeño. Quedé embelesado por el movimiento de su lengua sobre las galletas. Era antinatural. 

Volvimos a la casa tambaleándonos, buena cosa que mis padres no estaban, lo acompañé hasta su cuarto y me fui al mio por el baño. Me quité la ropa y acosté en la cama para dormir, pero cada que cerraba los ojos me venían imágenes de Tom a la cabeza; saliendo del baño con solo la toalla a la cintura, él sin playera y cubierto de oro, cuando cayó a la alberca y salió con la ropa pegada a su cuerpo. Casi inmediatamente la sangré se fue a mi pene poniéndolo duro, lo froté por encima de mi bóxer un par de veces antes de meter mi mano dentro. Cerré los ojos y cuando los abrí me enfoqué en la puerta al baño, imaginando que Tom la cruzaba y me atrapaba estrujando mi pene duro y gimiendo. La fantasía solo me excitó mas y aceleré el ritmo mordiéndome el labio para no hacer ruido. Pero quería que entrara. Dejé escapar un gemido con la esperanza de que lo oyera y entendiera mis mensajes secretos e hiciera lo que yo pedía en mis suspiros. Mi otra mano se fue a mi cabello mientras bajaba la velocidad. ¿Por qué no entraba? ¿Qué no me oía? Gemí más alto, aceleré el movimiento de mi muñeca y volví a cerrar los ojos. Podía verlo sudar, podía imaginarlo desnudo, gimiendo, suspirando y gritando mi nombre ¡Rex! ¡Rex! Me vine en mi mano con un ultimo intento de llamar su atención. Me estiré por mi playera para limpiarme y cuando me compuse caminé a su habitación. Estaba profundamente dormido.

"Mierda, Tom"

Like Someone In LoveTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang