¿Dónde Está...?

899 86 20
                                    

Narra Elsa.

Luego de llegar a la casa de Jack recuerdo haber abierto mi caja de chocolates como una bestia, Jack había traído crema y los dos nos habíamos sentado en el sofá a devorarnos los chocolates, que por cierto eran míos, pero ya qué. Tuve que compartirle.
De tener el estomago lleno, lo último que recuerdo es acomodarme en el sofá y dormirme una siesta.

-¡Feliz cumpleaños! -la exclamación de Jack me despertó de un susto, y además de que no veía casi nada por... ¿qué? ¿Qué era eso? ¿Crema? ¿En serio?

-¿Qué? -pregunté confusa, pestañando varias veces. De repente, Jack comenzó a reírse a carcajadas que si no estaría completa por crema chantilly, también lo haría.
Confundida, levanté mi mano y con un dedo recorrí mi mejilla, frente y nariz, para estirarlo y examinarlo con más detalle. Abrí los ojos con mayor capacidad y metí el dedo en mi boca, sintiendo el gusto.

-¡OH, Jack! ¡LA VAS A PAGAR! -grité fingiendo enojo, cuando en realidad, me divertía. A tiempo record, salí de las colchas y él por instinto empezó a correr para alejarse de mí, mientras seguía y seguía burlándose de mí.
Corrí por todos lados, seguía "enojada" pero por momentos, dejaba escapar carcajadas que él no veía. Jack corrió bajando las escaleras, entre grandes zancadas y cuando estuvo al final, se dio la vuelta divertido.

-¡No me alcanzas! ¡La, la, la, la, la! -canturreó como un niño. Me mordí el labio y yo repetí sus pasos, pero él seguía corriendo.

Y claro... se aprovechaba de mí, por estar en patas, con una media finita, y el pijama de animalitos de colores. Sin en cambio; él todo un supermodelo recién salido de revista. ¡Es injusto!
Luego de correr por cinco minutos, una cruel y malvada idea pasó por mi mente. De vez en cuando, la mentirita no está de más.
Empecé a toser falsamente y me detuve en seco, mientras respiraba rápido y dificultosa, pero seguía tosiendo dramáticamente. Mi intento de aguantar la risa al verlo voltear a unos metros de distancia en el living y con una cara entre confusión y diversión, sirvió. Lentamente, me fuí sentando en el suelo, mientras seguía tosiendo. Él empezó a acercarse. Estaba más que preocupado, por un momento, el aire de culpabilidad me rodeó, pero él se lo buscó.

-¿Qué... qué te pasa, princesa? -me envolvió en sus brazos, su voz asustada y culpable. Nuevamente, me tragué la carcajada.

-El asma -susurré en un hilo sobre actuado. Oí como su garganta tragó duro y me apretó más fuerte.

-¡Lo siento! ¡No sabía! ¡Por favor respira! -lo miré, e hizo señas como los peces, abriendo la boca y cerrándola. Sonreí siguiendo en mi papel. Me enorgullecía de mí, pensar que soy tan buena actriz.
Y cuando pensé que fue el momento justo. Me tiré sobre él, riendo a carcajadas, enterrándolo en el frío suelo y encerrándolo con mis brazos, aunque para él no era ni una excusa para levantarme.

-¡Esto por tonto! -me acerqué a su rostro, y lo llené de la crema, mientras Jack era el confundido ahora-. Y esto... -besé cortamente sus labios-. Por ser tan lindo novio -volví a besarlo.

Escuché unos pasos y Maura salió de la cocina..

-¿Que ocurrió aquí? -rió.

-Oh nada, solo que Jack me colocó crema en toda la cara -le dije y Maura largo una carcajada.

-Es que estabas ahí y la crema también. Estaba aburrido, ya no había chocolates para ser cubiertos de crema... entonces pensé, estás ahí, y bueno -dijo Jack. No pude resistir largar una fuerte carcajada.

Me levanté del suelo y caminé hasta el baño, para lavarme la cara, luego de hacerlo volví a la sala y vi a Jack colocándose una chaqueta.

-¿Vas a salir? -le pregunté confusa.

-Debo arreglar unas cosas -me sonrió un poco... nervioso.

-¿Qué cosas? -le pregunté.

-Ya verás -me guiñó un ojo, se acercó y plantó un dulce beso en mi frente-. Extráñame mucho, mucho.

-Lo haré -también le guiñé.

Luego Jack se fué y caminé hasta el sofá, para juntar la caja de chocolates y la crema.

-Gracias por lo de hoy Maura, el desayuno estaba delicioso..

-La próxima vez le pondré más chocolates -rió-. Oye Elsa estaré detrás del jardín, donde está la lavandería, por si me necesitas.
Asentí y me senté en el sofá... el sueño llegaba a mí... otra vez.

Narra Jack.

Me marché de casa para preparar los últimos detalles para el regalo de Elsa, también el regalo que le compré hoy, se lo daré ésta noche...
Había reservado la azotea de un edificio como sitio donde ella y yo podamos comer, todo estaba siendo perfectamente decorado y desde aquí se tenía una vista estupenda, cuando todo estaba listo, aunque aún faltaran unas horas, bajé a uno de los pisos del edificio, que por suerte era un hotel, me dieron una de las habitaciones para bañarme y cambiarme.
Me duché y me relajé, luego salí y me coloqué el traje... pasaría a buscar a Elsa en media hora, le llevaría el vestido que le compré y luego vendríamos a cenar aquí los dos... lo siguiente... quizás sea cosa del destino.

(...)

Estacioné mi auto frente a mi casa y algo nervioso bajé con la gran bolsa en mis manos, que contenía el vestido de Elsa, pero antes de entrar, noté algo... la puerta estaba abierta ¿Qué rayos?
Entré en la sala y no había nadie, subí las escaleras y tampoco había alguien ¿Donde estaba Elsa? ¿Dónde estaba mi madre?

Caminé apurado hacia el jardín, y luego al salón donde estaba la lavandería, pero no había nadie allí... Antes de irme oí golpecitos en el armario que había, caminé hasta allí dejando salir a mi madre asustada.

-¡Mamá! -exclamé-. ¿Qué haces allí? -le pregunté asustado-. ¿Dónde está Elsa?

-¡Ellos se la llevaron! -se llevó una mano a su pecho-. Creo que fue su padre ¡Oh dios mío Jack!

En ese instante, mi mundo se derrumbó... la habían encontrado.
Y él se la había llevado....

La dama y el vagabundo (Jelsa) ||Adaptada|| •TERMINADA•Where stories live. Discover now