Prohibido

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Limpié mis lágrimas, en este momento necesitaba a alguien que me consuele pero mi nana no está y ya no es lo mismo que ella me consuela siempre, necesito a otra persona y creo que ya se quien...

— Jack — Grité desde mi habitación.

Y a los pocos segundos el ya estaba ahí sonriéndome, necesitaba una excusa.

— ¿Qué sucede? — Preguntó dulce.

— Es que me siento mal — Llevé una de mis manos a mi frente — ¿Creés que tenga fiebre?.

— A ver — Se acercó y colocó una de sus manos en mi frente — No, no tienes fiebre.

— Oh, y... — Fingí una tos — Me duele la cabeza.

— Mmh, ¿qué puedo darte para el dolor de cabeza? — Dijo pensativo — ¿Quieres una pastilla?.

— No, no, lo que quiero es que alguien me escuche — Suspire.

— ¿De que hablas? — Preguntó Jack.

— Necesito desaugarme y siento que puedo confiar en ti — Le sonreí — O ¿estas ocupado?.

— En realidad si, pero si me necesitas..

— Si — Asentí — Te necesito... veras. Se qué apenas nos conocimos hoy pero siento que puedo contarte mis problemas... mejor no, siento que pierdes tu tiempo.

— Claro que no Elsa, siempre estaré cuando me necesites — Me sonrió.

— Gracias — Dije.

— ¿Me cuentas lo que paso?.

— Si — Dije al borde de las lágrimas — Es que... es que...

— Tranquila — Acarició mi cabello.

— Fue horrible — Dije llorando.

— Cuéntame ¿qué pasó? — Dijo limpiando una de mis lágrimas.

— Mi padre casi me golpea — Dije y exploté en llanto.

Narra Jack.

— Mi padre casi me golpea — Dijo y comenzó a llorar.

¿Su padre qué? ¿casi la golpea? ¿Qué? ¿Cómo puede?.

— ¿Cómo que te casi te golpeó?.

— Si Jack, estábamos discutiendo y yo le dije algo, entonces levantó la mano, Jack me dijo muchas cosas horribles — Tomo su cabello.

— ¿Qué te dijo?.

— Me dijo que era un error — Me abrazó — Yo no quiero seguir viviendo aquí si soy un simple error...

— No no no — Dije y la miré a los ojos — Tu no eres un error, eres mucho más que eso, eres hermosa, dulce, no entiendo porqué tu padre te trata así.

— No se que hacer, por eso quise suicidarme — Dijo llorando — Desde niña vivo este infierno. Y todos me conocen como la chica que nunca deja de sonreír — Río irónicamente — Ellos no saben nada, nada — Gritó al decir "nada" — La única que siempre me apoyo fue mi nana, ella fue la única que estuvo para mi en mis momentos difíciles.

— Pues déjame decirte algo — La miré a los ojos — Ahora tienes a alguien más, que te apoyará cuando más lo necesites — Sonreí.

— Gracias — Me abrazó.

— ¿Qué está pasando aquí? — Una fría voz se escuchó en toda la habitación.

Al darme la vuelta me encontré con el padre de Elsa, observándonos raro, yo abrazaba a Elsa y al momento en que vi al padre, la solté.

— Nada, solo hablaba con Jack — Dijo Elsa.

— El no es tu "amigo" — Pauso — Es un sirviente — Gritó.

— ¿Qué tiene de malo que hable con él? — Gritó Elsa llorando.

— No puedes, es un sirviente, trabaja en la casa — Gritó su padre — Tu — Me señaló —Sal de aquí y espérame en el pasillo.

Hice casó a lo que me dijo, después de todo es mi jefe y el que me dio éste trabajo, por nada ni nadie iba a perderlo.
Esperé unos quince minutos, se escuchaban gritos desde la habitación de Elsa, tenía miedo por ella, quería entrar y sacarla de todo este ambiente que le hace mal, cuando su padre abrió la puerta, pude ver a Elsa tirada en el piso llorando mucho mientras tocaba su mejilla derecha ¿la golpeo?.

— Mira Jack — Dijo el señor — No quiero problemas sabes, eres un excelente sirviente, y no quiero despedirte al segundo día que entraste aquí, así que tienes una regla nueva — Dijo y yo trague en seco — Tienes prohibido acercarte a mi hija o hablar con ella, tú eres un sirviente, vienes a trabajar, no a hablar con mi hija — Pauso — ¿Entendido?

— Entendido — Dije firme.

— Perfecto — Dijo, vi a Elsa, ella me miraba mientras lloraba — Vete a trabajar — Me dijo.

Yo asentí y miré a Elsa por una última vez, ella necesitaba mi apoyo y ahora no se lo podré hacer.

La dama y el vagabundo (Jelsa) ||Adaptada|| •TERMINADA•Where stories live. Discover now