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Suena el timbre y voy a abrir algo cansada, para encontrarme con la sonrisa de Fanny. Fuerzo una sonrisa para luego dejar que pasara.

– Tengo tanto tiempo sin saber de ti -le digo mientras me siento frente a ella.

– Lo mismo digo, tengo tanto para contarte -mueve sus manos dándome a entender que está emocionada.

Le hago una seña para que comience.

– La pasarela salió mejor de lo que yo esperaba, me pusieron de primera en mi colección y fue increíble -dice-. Lamento mucho lo que pasó, realmente... es una experiencia única.

Me encojo de hombros restándole importancia a sus lamentos.

– Ya habrán más pasarelas, cuéntame más.

Antes de que pueda decir algo, se levanta y me toma del brazo.

– Vamos a caminar -me jala y abre la puerta. Frunzo el ceño pero la sigo.

No tenía muchos ánimos de caminar, pero realmente no me queda otra opción.

– Una pregunta -habla, mirando al suelo-, ¿qué sentiste cuando viste tu vestido destrozado, en la pasarela?

Repito su acción inconscientemente, mirando igualmente al suelo.

– Me quedé paralizada, no sabía qué estaba pasando, sentí todas mis oportunidades irse por la borda -digo, recordando ese momento. Fue terrible.

Se queda en silencio por unos segundos.

– Lamento tu mala suerte, porque para mí fue una gran oportunidad.

– Estoy feliz por ti -le regalo una pequeña sonrisa, pero ella seguía igual.

– Valió la pena, de verdad -ríe ligeramente, frunzo el ceño, ¿eh?- creí que se darían cuenta, pero al parecer fuimos más astutas que todos los de la agencia.

¿¡Qué, qué, qué!?

Abro los ojos como platos una vez que analizo correctamente sus palabras. Ella lo había hecho.

– ¿Cómo pudiste hacerlo? -le pregunto con una punzada en el pecho- ¿acaso no éramos amigas?

– Oh nena, claro que sí, pero como tú dijiste... éramos amigas -se cruza de brazos, recalcando las últimas palabras-. Bienvenida a la industria.

La rabia comenzaba a crecer dentro de mí, pensando en que no era justo nada de lo que había pasado.

No era justo que a ella la habían puesto como protagonista de la colección luego de todo lo sucedido, mientras yo estaba mal, tirada en mi cama porque no había resultado la gran oportunidad que me habían dado.

– ¿¡Qué te he hecho yo!? ¡no merezco esta mierda! 

No soy de las personas que suele decir malas palabras, lo hago cuando estoy asombrada o molesta, este era uno de los casos.

– ¿A mí? Pues nada, nena -se encoje de hombros-, le quitaste el novio a una del grupo, y cuando te metes con Sofia... te metes conmigo.

– ¡Eres una...

Antes de que pudiera dejar caer mi mano sobre su mejilla, unos brazos me rodearon y me alejaron de ella, haciéndome gritar del miedo, pataleé y codeé lo más que pude a la persona que estuviera tras de mí tratando de zafarme.

– Tranquila, tranquila, soy yo preciosa -dice a mi oído calmándome, dejo de resistirme y Justin me baja.

– ¡Miren quién llegó! -se burla Stefanny, yo la fulmino con la mirada. Ella sonríe y se dirige a mí-. Vas a arrepentirte.

Sin poder decir nada más su figura se pierde entre las casas de Beverlly Hills, dejándome con toda la rabia acumulada en mi interior.

Confiaba en ella, como nadie.

La conozco desde hace muchísimos años y me sale con esto.

– ¿Qué sucedió? ¿por qué ibas a golpearla? -pregunta Justin sin entender nada, haciendo que me gire a mirarlo.

– Fue ella -frunce el ceño confundido-, ella fue quien hizo lo de mi vestido ¡Justin!

Abre los ojos como platos.

Ni siquiera yo me lo podía creer.

Le expliqué todo desde un principio, lo de Sofia, las disculpas y al fin pudo entender un poco.

No lo culpo, apenas yo podía entender.

– Oye, no es regular que pase todo esto, pero créeme que ella no hace falta en tu vida ¿vale? Eres una chica increíble y no te hace falta nada de nadie -dice mientras me da un fuerte abrazo-. Es estúpido lo que están haciendo, solo... deja que el destino les devuelva todo lo malo que han hecho. Todo estará bien.

Y aunque sus palabras me relajaron por unos minutos, supe lo que de verdad había perdido.

Lo sé, tengo a Brook, a Chloe, a Justin, a Kendall, pero ninguno logra ocupar el puesto que Fanny ocupó alguna vez. Ella me entendía, me aconsejaba, la conocía desde siempre, y prefirió una amiga de tres meses antes que una de toda la vida.

Al menos tenía el apoyo de las personas que quería.

– ¿Quieres caminar un poco? -me pregunta, yo asiento, hundida en mis pensamientos- hablemos de otra cosa ¿sí?

Suelto un"ajam"  para luego quedarme completamente en silencio.

– Estaba pensando en ir a Canadá.

Le miro.

– Oh, eso... está genial -comento algo distraída. A pesar de que iba a extrañarlo por el tiempo que se fuera, estaba sencillamente increíble.

– Vamos a reunirnos en nuestra ciudad natal con mi madre y mi demás familia por unas semanas.

– Está bien, te extrañaré -hace una mueca.

– No, espera, yo... -se rasca la nuca nervioso- quiero que vengas conmigo, quiero que conozcas a mi familia.

Alto ahí.

Conocer a su... ¿familia?

Ese ya no era un paso en la relación, eran como 10 juntos.

Mis manos comenzaron a sudar de los nervios.

– ¿Qué dices? -deja escapar una de sus pequeñas sonrisas, mirándome sin poder esperar por mi respuesta.

Needing you | Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora