Needing you | Justin Bieber

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Ya han pasado aproximadamente tres semanas desde que Justin se fue de New York y la verdad es que desde aquel día, no dejo de pensar en él. No he hablado desde el concierto con Fanny y mi madre está en otro de sus tantos viajes.

Mientras tanto, me he concentrado en modelar y se puede decir que mis seguidores han aumentado.

Pero...

Ayer salió la noticia de que Justin Bieber fue a un Starbucks con Sahara Winter, la hija de Rebecca Winter. Mi madre casi me mata al enterarse y me dijo que me cuidara de los paparazzis. Mi hermana se enteró y se molestó, pero luego se le pasó.

Mientras tanto.

"Broocklyn Beckham te ha enviado un mensaje".

Mi corazón dio un brinco.

¿Qué, qué, qué?

Abrí el chat.

"¿Así que ahora sales con Justin Bieber?

Envió un archivo adjunto".

Era una foto de Justin junto a mí en aquel lugar.

Los paparazzis eran muy buenos en su trabajo.

Rodé los ojos internamente.

"¿Y a ti qué te interesa?".

Respondo de mala gana, no pasaron ni diez segundos.

"Uy, perdón señorita Winter.

Es que me importa mucho su vida.

Y la necesito conmigo aquí en Inglaterra".

Mi boca se abre ligeramente.

Mi corazón late con fuerza.

No sabía qué hacer, ni qué responder.

La verdad quiero mucho a Brooklyn, pero estoy en ese punto en no saber nada, puesto que no quería que todo terminara igual que la última vez.

Y por primera vez en la vida, decidí arriesgarme a algo que tal vez no valga la pena, pero debo ser feliz ahora, o nunca.

Luego de hablar unas cuantas horas con Brooklyn y darme cuenta de lo que de verdad quiero, me decidí. Mañana saldría el próximo vuelvo a Inglaterra, y yo compré el último boleto.

-...-

Después de mucha insistencia, muchos regaños, muchos gritos y muchas lágrimas hoy estaba en Inglaterra, a punto de salir del aeropuerto.

Sabrina se quedaría con la trabajadora de la casa.

Pero mi madre no quería saber más nada de mí...

– Mamá, debo ir a Inglaterra -insisto una vez más.

– ¿Estás loca Sahara? -pregunta- Conmigo NO cuentes, te digo que no vayas a ver al niñito ese de papá, es solo otro de tus caprichos.

– Lo quiero mamá, apóyame un vez en tu vida.

– No... no lo quieres, ni él te quiere -suelta-. Si pones un pie en Inglaterra no me hablarás nunca más en tu vida, considéralo.

– Pues adiós mamá -digo y cuelgo.

-...-

Después de instalarme en Inglaterra, Brooklyn me citó a un lugar cerca del hotel. Dentro de 20 minutos tendría que estar allí. Solamente estaba terminando de maquillarme y mi teléfono sonó, indicando que estaban llamándome.