Needing you | Justin Bieber

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– ¿Me estás hablando en serio, Sahara? -me pregunta Brooklyn de brazos cruzados.

Asiento repetidas veces y le muestro la conversación con Chloe, de horas atrás.

– No puede ser.

Río internamente, sin embargo trato de mantenerme seria.

– De todos modos yo solo te quiero a ti -me envuelve en sus brazos y sonrío ganadora mientras él no me ve.

Si tan solo la rubia supiera...

Pero lo llaman, haciendo que nos separemos. Él mira el número confundido, levantándose para atender.

– ¿Hola? -camina un poco por el lugar- ¿quién es?

Luego de unos segundos de silencio.

– No te creo, es una broma ¿no? -otro silencio- No me da risa -suspira una vez más y ya me está asustando, ¿qué?-. Adiós.

Una vez cuelga, se lanza en la cama y me mira a los ojos.

– People are so fucking crazy.

Acaricia mi cabello suavemente, tenía algunas preguntas sobre su llamada pero me mordí el labio para no decir nada, pues sinceramente no era asunto mío. Nos quedamos más de media hora en silencio, él acariciándome el cabello o la cara y yo tumbada a su lado, pensando en todo y a la vez en nada.

– Me mentiste -pronuncia de repente. Frunzo el ceño.

– ¿De qué hablas?

– Sí, me mentiste -se encoje de hombros-. ¿por qué estuviste con Justin?

No entiendo absolutamente nada.

– ¿Con Justin? ¿qué? -pregunto de nuevo. 

¿Cómo se había enterado?

¿Acaso la llamada tuvo algo que ver?

¿Quién le dijo?

– Aparte, le dijiste al rubio que ya no querías nada conmigo porque las cosas no iban muy bien -su tono de voz comenzó a subir a medida que pronunciaba cada palabra. Me levanto de la cama y lo miro confundida.

– ¿Puedes explicarme qué estás hablando? -sigo preguntando sin nada en mente para decir.

Vamos Sara, piensa.

Vale, besé al chico, pero jamás le dije eso.

No puedo decirle que me besé con Justin, ¿y si solo bromea?

Como alguien me dijo una vez: si vas a mentir, sigue con la mentira hasta el final.

– ¿¡Por qué carajo me hiciste eso y ni siquiera pudiste decirme!? ¡no soy un maldito estúpido y en algún momento iba a enterarme! -comenzó a gritarme, ahí fue cuando el miedo empezó a crecer en mi estómago.

– ¡Joder, no sé de qué me estás..!

– ¡Deja de mentirme!

– ¿Qué estás diciendo? Claro que yo no dije eso, mucho menos besé a Justin -retomo mi postura, mirándolo duramente, sin embargo solo estaba localizando la salida para irme.

– ¡Mentiras!

– ¿Quién mierda te llamó? -pregunto rústicamente, trato de alcanzar su teléfono pero lo aleja con su brazo.

– ¡Maldita sea, Sahara!

Pero cuando su voz sube muchísimo más, me doy cuenta de que no bromea.