Cap.31 ~~ "El hilo rojo del destino"~~

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"Un hilo rojo conecta a aquellos que están destinados a encontrarse a pesar del tiempo, el lugar y a pesar de las circunstancias. El hilo podrá tensarse o enredarse pero nunca podrá romperse" (La famosa leyenda japonesa del Hilo rojo del Destino)



Hacía días que la presión de su pecho se sentía distinta, muy diferente a la fija y constante de siempre, a la que casi se había acostumbrado tras haber lidiado con ella durante los dos últimos años.

Se sentía demasiado intranquila, nerviosa; las mariposas de su vientre, esas que se habían parado en la boca de su estómago, empezaban a salir del hiberno en el que habían permanecido desde que dejara a Lexa, sin ningún motivo y aún cuando el invierno seguía siendo la estación predominante bajo su pecho.

Todo estaba igual que siempre. Nada era distinto. Nada había cambiado desde entonces y sin embargo, esa presión apretaba y la agitaba mucho más ahora que al principio, estrangulándola, casi ahogándola.

Era una sensación demasiado contradictoria, confusa. Por una parte sentía que quería y podía morir pero por otra parte algo cálido e inconsciente, quería hacerse paso a través de ese tormentoso invierno.


Ese mismo camino que hacía a diario se le hizo cuesta arriba, le faltaba el aire y tuvo que detenerse a la mitad para poder seguir respirando. Su corazón quería escapar de su pecho y sus pulmones ardían en su intento de salir a través de su boca.

Se daba cuenta una vez más que dejarla había sido la decisión más difícil y más estúpida que había tomado en su vida, una decisión que no había dejado de pesarle cada día al imaginar cómo de distinta sería su vida si ella no se hubiese marchado.

Lexa la había elegido a ella, por encima de todo, por encima de un futuro exitoso como presidenta de una gran empresa y aún así, la había dejado ir.





(Flashback)


—... ¿No quieres saber cuál es mi elección?... -Clarke se incorporó lo justo para poder mirarla a los ojos—... te elijo a ti Clarke... quiero pasar mi vida contigo...

Se miraron durante unos segundos y Clarke se subió de nuevo sobre Lexa —... Gracias... mi amor... -le susurró a sus labios con lágrimas en los ojos.

Su corazón arremetía con fuerza bajo su caja torácica, bajo su piel y sus huesos, en cada centímetro de su cuerpo.

Lexa la elegía a ella confesándole la magnitud de su amor, lo que que sería capaz de hacer por sobre guardarlo y lo que sería capaz de hacer y sacrificar por seguir a su lado.

Era algo que no olvidaría ni aún se reencarnase en mil vidas distintas.


Sus palabras fueron una inyección de adrenalina, de puro deseo; la acariciaron provocándole un placer desmesurado, incontrolable, un placer que se alejaba años luz de lo meramente físico; era a su alma a la que sus palabras acariciaron primero.

Esa mujer, la enloquecía, la hacía perder el sentido, el norte y a la vez le daba sentido a todo, a todo lo que antes no lo había tenido o no había entendido sobre el amor y que le daban otro sentido al significado de ese sacrificio que Lexa estaba dispuesta a hacer por ella.

Volvieron a hacer el amor varias veces en la mañana sin prisa, disfrutando de cada sensación como si cada una de ellas fuera nueva y diferente a todas las demás, como si cada una de ellas fuera la última.

FLUTTERING FEELINGS [[[[FINALIZADA]]]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora