Kilian era el siguiente Alfa de la manada Stärke, una manada fuerte y poderosa, gobernada por un Alpha justo y amado.
El día que Kilian encontró a su mate fue el día más feliz de su vida, después de muchisimos años, había encontrado a su compañera...
Miro la espada en mi mano, luego a los que me rodean. Hay dos largas filas de frente, yo estoy en la segunda. Los demas se notan nerviosos, algunos menos que otros.
Yo solo quiero que termine rapido. No me importa como lo haga.
— ¡Muy bien!— Observamos hacia arriba, Lucian nos mira, apoyado sobre el barandal— Se les otorga otra oportunidad, la oportunidad de no solo vivir, sino tambien de salir.— Aprieto mi mandibula
¿Porque a Alex no le dio la misma oportunidad?
— Les dare treinta segundos para esparcirse, cuando escuchen el caracol, se detendran y empezaran a pelear.— Observo de reojo a los demas moverse, poniendose en posicion— Y sin mas preambulos..— Aprieto la espada en mi mano— uno.
Empezamos a correr.
— Dos.— Corro hacia una puerta y comparto una mirada con una chica, la voz de Lucian desaparece
Termino en el comedor, escucho ruidos pero no hay nadie cerca. Observo un baul a lo lejos, me acerco rápido. Es un baul de armas.
Tomos dos cuchillos y los guardo en mi cintura. Me levanto, al mismo tiempo que escucho el caracol. Demonios.
Respiro profundo.
Camino en alerta, aqui no hay ningun lugar para esconderse. Doblo una esquina pero me retracto, me escondo detras de la pared, mientras observo a dos pelear. El hombre mas grande acaba facilmente con una chica, clavando su espada en su estomago.
Suspiro y me doy vuelta, para volver. Mi rostro se gira bruscamente. Toco mi boca, notando sangre, miro a la persona frente mio. Frunzo el ceño.
Es una niña.
Sostiene su espada firmemente, mientras me mira con una mezcla de nervios, y determinación.
— ¿Que haces aqui?— Bajo mi espada, frunce el ceño
— Lo mismo que tu.— Responde, mirandome de arriba abajo. La miro unos segundos más
— ¿Cuantos años tienes?
— Dieciseis.— Suspiro, miro hacia otro lado unos segundos
— No voy a pelear.— Hablo. Parpadea confundida, mientras lentamente baja su espada
— ¿Que?
No puedo, no puedo luchar con ella.
— Escucha.— Bajo mi cabeza e inclino levemente mi cuerpo— Podemos unirnos.— Frunce el ceño
— Solo puede ganar uno.
— Lo se. Pero si nos unimos, venceremos a los demas mas rapido, probablemente los demas esten haciendo lo mismo.— Mira hacia otro lado
— ¿Y que pasara si solo quedamos nosotras dos?— Sonrio con la boca cerrada, me encojo de hombros
— Que la mejor gane.— Mira hacia abajo unos segundos. Me mira, asintiendo
— Probablemente pierda, pero prefiero pelear solo contigo que con los demas.
— Me quitaste mis palabras.— Sonrie levemente— Bueno, vamonos. No perdamos tiempo.— Asiente y empezamos a caminar, en alerta
Aqui la unica que perdera sere yo. Me asegúrare de eso.
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