XII

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Hyoga

Quería decirle que no firmaría nada y que quiero quedarme a su lado, que deseo una oportunida pero no puedo hacerlo por más que lo intente no puedo, no tengo el valor para hacerlo. Es decir, y luego ¿Qué? Por más que se lo pida solo sería retresar lo inevitable.

- I-Ikki... -

Sentí como calidas gotas comenzaban a resbalarse por mis mejillas, estaba harto de llorar por todo, no es solo por que yo me siento así, mi omega, mi naturaleza es así, estoy desarmado sin mis padres, sin Isaac. Nunca estuve solo, siempre estaba junto a mi madre, junto a mi mejor amigo, me sentía protegido, amado, con Ikki no es así y no sera así, por más que le ruegue. ¿Quién iba a quererme así? Tan débil, tan frágil, tan inferior a un Alfa, él es alfa de mi omega, a pesar de que me lastimo, no escapé. Sin darme cuenta el pequeño aprecio que le tenía a Ikki se volvío cariño con el tiempo y ahora me doy cuenta que va más allá de lo que pensaba, me enamoré perdidamente de él, me dejé llevar por el lazo que nos unió desde el principio, no estaba seguro de cuando pero sucedio, sentía que la conexión entre mi omega y su alfa fue mucho más fuerte. De haber sabido que el amor iba a ser tan doloroso no hubiera ni siquiera intentado amar... Pero, mi madre dice que el amor llegá cuando menos te lo esperas y con la persona que nunca creíste poder amar.

En el fondo, tenía el deseo de que Ikki me corresponda pero, los cuentos de hadas no existen. De seguro él está enamorado de esa chica llamada Esmeralda, Shun me contó su historia, y yo le arrebate de las manos a Ikki la posibilidad de tener algo con ella. Aparecí en su vida de la nada misma, me casé con él, cuando él de seguro tenía planes en su vida, quería casarse y formar una familia, yo no estaba en sus planes, ni siquiera en sus pensamientos, ¿Qué puedo pedirle? ¿Qué me acepté? ¿Qué me quiera? No tengo el derecho.

No me queda más remedio, aceptaré el divorcio cuando me lo pida. Así por lo menos uno de los dos por fin será feliz.

Me abracé a mismo buscando estabilidad emocional, pasaron las horas y sin darme cuenta me quede dormido al despertar sentí las suaves y calidas frazadas sobre mi cuerpo, no recuerdo haberme arropado antes de quedarme dormido. Cuando volteé hacia el otro lado pude ver el rostro de Ikki placidamente dormido, me sonrojé y de manera brusca me levanté de la cama, de inmediato me regañé mentalmente por ser tan torpe, sin embargo y por suerte no se había despertado.

Me fui en dirección al baño dispuesto a darme una buena y relajante ducha, toqué mi cuerpo lastimado una vez más, me quedé sin aire al tocar las marcas en mi cuello, no eran profundas, antes dolían más, mis piernas temblorosas volvieron a fallarme y caí, no tarde demasiado como creía, solo habían pasado quince minutos. Me cambié lo más rápido que pude no quería que Ikki me viera desnudo me daba pena porqué a él quizás le daría asco verme así de lastimado, me deprimí al pensar en eso. Vestí de manera casual hoy, era sábado. No tengo que ir a la escuela y puedo estudiar más tarde. Preparé el desayuno para Ikki y para mí a él nunca le importo desayunar conmigo así que se lo llevaré a la cama. En cuanto entré a la habitación no vi a Ikki quizás este en el...

- ¿A quién buscas? -

Escuché a alguien hablar detrás de mí.

- ¡Ah! A-a nadie... E-es decir a-a ti, b-buenos días. -

Me había asustado por lo repentino que fue Ikki pero por suerte no tiré nada. Volteé y me encontré con el moreno en frente de mí, sus cabellos mojados estaban cubriendo levemente sus ojos verdes, causando en mí un fuerte sonrojo al conectar de manera directa con los mismos.

- No hacía falta... -

Al principio no logré comprender, pero luego mi atención se fijo en la bandeja que sostenía, quizás esta no era la manera correcta de hacerlo pero realmente deseo acercárme más a él, saber que piensa, que le gusta, que le disgusta, con que sueña.

- , Si hace falta, Ikki... Quiero pedirte disculpas por todo. Sé que no fue tu culpa nuestra unión, sé que lo hago todo mal, que soy torpe y despistado... Y lamento mucho el hecho de ser yo quien... Evite que seas feliz... -

Sentía unas inmensas ganas de llorar de nuevo, pero no, esta vez no sería así, no más. Debía ser fuerte, hacerle saber a Ikki que todo lo que le decía era verdad. Suspiré reprimiendo ese sentimiento de angustía y le sonríe de la manera más sincera que pude.

A pesar de Todo [a.b.o] [Ikki x Hyoga]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu