VIII

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Narrador General

El camino hacía lo que seria su nuevo hogar fue silencioso, el hombre no deseaba hablar del tema, no quería ni siquiera mirar al rubio, su vista se concentro en el camino a seguir como si fuera lo más importante del mundo. Los ojos del menor se posaron en el anillo del fénix para seguidamente ver su propio anillo, esto era una mentira, ellos nunca fueron novios reales, nunca pasaron momentos felices juntos, Ikki apenas y le hablaba. Se sintió miserable en ese momento. ¿Qué había hecho mal?

- ¡Quítate ese maldito vestido de una buena vez! - Gritó de repente el Alfa, haciendo que, el pequeño se asustara y encoja del miedo.

- ¡Te ves ridículo! Exclamó irritado.

- Mi hermano y Dante haciendo el ridículo para sacarte de ese pequeño "aprieto", demasiado alfa te excitó ¿Verdad? - Más que preguntar, lo afirmaba con cierto deje de asco.

- No podía esperar menos de una zorrita como . -

Escupió con veneno esas palabras. El rubio apretó los labios y entre cerro sus ojos, una sonrisa amarga se formó en su fino semblante, un nudo se alojo en su garganta, una punzada de dolor se plantó en su pecho, sus mejillas sonrojadas como manzanas, estaba a punto de estallar en llanto pero se reservó a eso, simplemente caminó hacía la habitación cómo ordenó el fénix, se cambió. Dejando de lado aquel hermoso vestido, vistió las prendas que usaba con normalidad, sabía que Ikki estaba molesto por lo sucedido en la boda, pero no era su culpa, simplemente pasó no era su intención, él no era así.

Hyoga

~ "Debe de odiarme, de eso no hay duda, intentaré ser amable, debe estar pasando un mal rato con todo esto de la boda."

Me dije a mí mismo mientras me disponía a hacerle un té, quizás de esa manera se relajé un poco, hasta logré dormir. Hoy es nuestro primer día como esposos, y siento que será un desastre, sin embargo seré optimista y daré lo mejor de mí, lo prometí. Shun y la señora Mitzuki me hablaron mucho de Ikki, gracias a ellos dos yo sé un poco de él, lo básico se podría decir. Quiero saber más, mucho más, hablar con él, conocerlo de verdad como aquella primera vez que hablamos.

- Ikki... - Lo llamé esperando a recibir respuesta que no llegó de inmediato, pasaron unos cuantos minutos.

- ¿Qué quieres? - Fue la seca respuesta, respiré profundo tomando valor y ofrecí la infusión, recibiendo un gruñido y un empujón a cambio seguidamente vi a Ikki irse por la puerta, agaché mi cabeza derrotado, no podía obligarlo a quererme o siquiera tolerarme, por primera vez en mi vida me maldije por ser como soy, un torpe, ingenuo y tonto Omega.

Los días pasaban uno tras otro, todos iguales o peor al anterior, mi ingreso a clases no mejoró las cosas, estaba solo, como siempre estaba. Pero ésta vez era distinto, podía sentir la soledad en ambas partes, más en lo que ahora era mi nuevo "hogar". Lo más doloroso y desesperante es que no tenía a donde huir. La hora del receso no era precisamente mi favorita, pero al menos podía leer un poco, cosas que no sean sobre la clase. Estaba sentado en una banca dejabo de la sombra de un gran árbol cuando de repente oí a alguien hablar, sin saber de quién se trataba decidí ignorar aquello por miedo a hacer el ridículo.

- Hey... Niño.- Ésta vez sentí una mano sobre mi hombro e inevitablemente dí un briquito del susto mirando inmediamente hacía el dueño de aquella mano, para mi sorpresa me topé con unos ojos aguamarina carentes de vida o humanidad, el miedo se hizo presente en mi espina dorsal en forma de un temblor.

- Profesor Hades... - Susurré abriendo mis ojos como platos, ese alfa me sonrió, no sabía como una simple sonrisa le podía traer vida a ese ser, sinceramente no parecía humano.

- Buenas, pequeño. ¿Cómo estás? - Cuestionó sentándose a mi lado, me tense nervioso ante el acercamiento de mi profesor de literatura. No era común en él, normalmente era antisocial y asustaba a la mayoría de los alumnos.

- Y-yo estoy m-muy bien. - Tartamudeé en respuesta, jugando nerviosamente con mis dedos.

- Oye, tranquilo... Yo no muerdo, a menos que sea por una buena razón. - Sonrió ésta vez de lado, me costó comprender la referencia pero en cuanto lo entendí me sonrojé de manera extrema, agachando mi cabeza de la vergüenza.

- Lo siento, no quise incomodarte. Tengo algo que contarte. ¿Sí? Tranquilo... -

El hombre posó una de sus manos sobre mi cabeza acariciando mis cabellos, cerré mis ojos disfrutando de los suaves movimientos.

- Sé muy bien todo lo que estás pasando en estos momentos, Hyoga. Por esa razón te pido de favor que confies en mí. ¿Puedo ser más que tu profesor? Esa simple pregunta me hizo pensar miles de cosas. ¿Qué quería decir con eso?

- Y-yo no compren... - Fui interrumpido por él, con voz suave comenzó a hablar.

- Disculpa. Mi pregunta sería que si confías en mí para ser tu amigo. - Aclaró de esa manera mis dudas, todo era tan extraño, uno de los profesores más temidos hablándome, era demasiado para procesar.

- Cla... ro, pero, no comprendo, señor. A... ¿A qué se debe? - Cuestioné intentando decifrar su mirada, no era capaz de mantener la propia sobre la suya por mucho tiempo, era penetrante, sentía como si me cortarse.

- Como ya te dije, pequeño. Sé bien por lo que estás pasando y deseo ayudarte. - Me dió a conocer su propósito, agaché mi cabeza avergonzado "¿Quién se lo dijo?" - No tienes porque temer o sentirte mal, Hyoga. Te diré quién me lo dijo, conoces a Seiya. ¿Cierto?. - ¿Y quién no? Es el más popular, tiene un carisma sin igual.

- Él... ¿Sabe quién soy? Mi sorpresa fue bastante grande al parecer ya que el alfa se rió de mi incredulidad. Él es popular, carismático, muy optimista y servicial, lo he visto pero jamás ha hablado conmigo.

- Claro que lo sabe, él estuvo en tu boda, pero ese no es el punto. Él sabe por lo que estás pasando a él tambien lo obligaron a casarse. - ¿Qué? ¿Él estaba casado tambien...? ¿Con quién?

- ¿Qué dice...? - Realmente fue impactante, no era el único, no sabía sí sentirme bien o mal, alguien más pasa por lo mismo que yo.

- Si, es sorprenderte, pero, no le hago ningún mal. ¿Sabes? - Ésto sí que no me lo esperaba.

- Yo no... Yo no quise... decir, yo no... - Me estaba trabando al hablar no quería hacer enojar al profesor.

- Relajate, niño. Seiya quiere ayudarte, y ésta es la primera vez que no sabe como acercarse a alguien, por esa razón estoy aquí. - Explicó mostrándo una pequeña sonrisa, era muy frío pero cuando mencioná a Seiya se iluminá, se alegrá mucho al parecer.

- Yo he deseado hablar con él, pero no soy muy bueno para expresarme... No sabía realmente si yo le agradaba. - Confesé desganado, era tan deprimente y patética mi manera de ser.

- Mira, ahí viene, mejor los dejo solos para que hablen. - Y así se despidió de mí, yo hice una reverencia a manera de despedida. Al voltearme me topé con el castaño quien sonreía muy contento al parecer.

- ¡Hey! Hola, Hyoga. Soy Seiya, mucho gusto.- Se presentó extendiendo su mano en forma de saludo y así la recibí.

- El gusto es mio. - Sonreí soltando su mano.

Hoy después de tanto tiempo no fue un día tan malo, conocí a Seiya, un omega al igual que yo, lo obligaron a casarse con trece años de edad, eso si daba miedo, pero su historia no es tan mala como pensaba, el profesor Hades a pesar de su aparencia prácticamente maligna no lo era, el moreno me lo afirmaba con una sonrisa y llegó a amarlo tanto, quizás yo también pueda amar a Ikki y quizás él... No, no lo creo. Siento tanto ser un estorbo para él, sin embargo, no quiero rendirme.

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Hola mis estrellitas! 😊 No nací para ser realmente cruel 😣 me está costando a decir verdad, pero espero que les agrade, y para las fans del Hades x Seiya (Como yo) aquí les dejo un regalo. Y quería preguntar si al finalizar ésta historia, querían leer en un OneShot la historia de Seiya y Hades. Y con esto me retiro, hasta la próxima. ✌😁

A pesar de Todo [a.b.o] [Ikki x Hyoga]Where stories live. Discover now