XIII

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Ikki

Estaba a punto de replicar, pero el móvil del rubio había comenzado a sonar, con una pequeña disculpa dejó la bandeja a un lado y lo tomó.

- ¿Hola? ¡Isaac! Que gusto me da escucharte ¿Cómo has estado? -

Sonrió ampliamente sus ojos brillaron en alegría, pero... ¿Isaac? ¿Quién es ese? Y porqué tenía joderme una de las contadas pláticas decentes que tengo con Hyoga. El maldito universo estaba en mi contra al parecer.

- ¿Ésta tarde? Suena bien, claro. Yo también, cuídate. -

Al colgar sonrió de nuevo, ¿Cómo puedo ser tan ciego? Hyoga tiene a alguien, es más que obvio. Pero no me permitere hacerle daño nuevamente por algo así, no logro comprender la razón por la cual lo hice antes, a decir verdad.

- Bueno, te dejaré desayunar tran... -

- ¡No! Desayuna conmigo... Ehm... B-Bueno solo si quieres, no te obligare a que... - ¡Demonios! Soy tan antisocial que no sé ni como dirigirme a él.

- Yo ya he dasayunado p-pero puedo... Acompañarte. -

Me dedicó una de sus más hermosas sonrisas. ¿Y por qué digo que es la más hermosa? Es sincera... Es la primera vez que me sonrié de esa manera despúes del incidente. Lo veía decaído, triste... Hasta podría decir que temeroso, me tenía miedo, lo más lamentable de esto es que aún sigue aquí, a pesar de todo. Es claro que me temera con todas las cosas que le he dicho y hecho, no lo culpo. Nos sentamos en la cama, yo por mi parte no me sentía incómodo junto a Hyoga, no importa que tanto silencio haya en el ambiente, siempre me siento tranquilo, su mera presencía me tranquiliza así como también puede sacarme en unos pocos segundos, de una manera tan poco común.

- Desde nuestra... Unión, no hemos podido hablar decentemente... Yo soy culpable en gran parte pero quisiera saber un poco más de ti. - Dije mientras bebía un poco de mi café. ¿Cómo sabe que me gusta sin azúcar? No sé porqué tengo el presentimiento de que mi madre tuvo mucho que ver en esto.

- Pues... No hay mucho que decir, tengo dieciséis años, voy a la escuela... Actualmente estoy casado. Mi pasíon es el arte... La pintura, música... Casi todo lo que tenga que ver con la libertad de expresión. - Expresó con una sonrisa, noté un brillo especial en sus ojos. 'Libertad' Quieres ser libre... No te culpo.

- Eso es genial, y... ¿Sabes dibujar o tocar algún instrumento? -

- Sí, el piano un poco. Pero no soy tan bueno... No me concentro mucho en eso, por el momento deseo terminar mis estudios para no preocupar a mis padres por mi futuro. -

Suspiré cansado, sabía que Hyoga anhelaba un futuro prospero, sin embargo algo en mí necesita que aquél futuro sea a mi lado, suena egoísta, lo sé.

Intentando distraerme de aquellos pensamientos moví hacía atrás mi humédo cabello dejándolo casi cómo siempre, e inconcientemente volteé mi rostro hacía la bandeja y vi algo de color rosa en el, no estaba muy seguro de que era pero se veía bastante bien.

- ¿Quieres? No sabía sí te gustaban las cosas dulces o saladas... Y aparte del desayuno te traje esto. - Era como un pastel pero más pequeño, ¿Cómo le llamaban a esas cosas? Tsk, no importa. Pero se ve... Rico.

- No soy de comer cosas dulces, pero se ve bien. -

El tierno omega extendió su mano entregándome el pequeño pastel, yo algo extrañado lo examiné, era bastante raro y colorido, por alguna razón desde que era niño nada de eso me llamaba la atención ni los dulces ni nada por el estilo, sin pensarlo dos veces lo mordí, tenia crema, esto me confirmaba que era un mini-pastel. Sabía bien, era suave, esponjoso y su sabor no era tan dulce cómo esperaba que fuera.

A pesar de Todo [a.b.o] [Ikki x Hyoga]Where stories live. Discover now