Esta es una historia en la que tú mi lectora eres la protagonista.
Eres una chica marginada en la escuela, te gusta leer, adoras leer y Harry Potter es tu pasión, tanto que si fuera un deporte lo dominarías en su totalidad, y si fuera una materia, e...
Pov Narradora Gellert sintió como detrás de él había varios magos, al voltear se encontró con que todos tenían sus varitas en alto, todas en su dirección.
Mortifago 1 - será mejor que entregué a la bruja. Si no lo hace, se tendrá que atender a las consecuencias...
Gellert estaba serio, ya estaba algo viejo, pero eso no le impediría el ayudarte, no tenía varita, y solo esperaba que no hubiera perdido el toque para hacer la magia sin ella.
Gellert - no creo que estén en posición de exigir algo...
Mortifago 2 - el que no está en posición eres tú anciano.
Y entonces lanzó el primer ataque, el cual fue desviado por Gellert, lo que hizo que más de un mortifago se sorprendiera.
Gellert - ya que al parecer se niegan a dejarme en paz... - su mirada fue severa hacia los magos.
Comenzó a atacar dejándote atrás de el todavía inconciente.
Pov __ Me desmayé, pero empecé a sentir que estaba sucediendo algo, quería abrir los ojos, Y cuando lo hice, vi la figura de Grindelwald el cual estaba batiéndose a duelo contra los mortífagos que me habían secuestrado.
Debo de admitir que para la edad que tiene, lo hace muy bien. Pero me fijé que estaba agotado, entonces reaccioné, estaba usando magia sin varita, y teniendo en cuenta que hace mucho que no la usa, debe ser complicado y agotador.
Me levanté sin dudarlo, me sentía débil, pero me fijé que un mortifago estaba detrás de nosotros, y una canción que emanaba de mí, empezó a sonar, y como conocía esa canción.
Mi ropa cambio a ésto
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Canté fuerte y claro y Gellert me volteo a ver sorprendido, evite el hechizo que nos mandaron por atrás y comencé a moverme más, mi mente se nubló, solo escuchaba la música y bailaba, y luchaba a la vez, lanzando hechizo tras hechizo, iba aturdiendo y noqueando uno tras otro, esquivaba y protegía, y la energía estaba de mi lado, por lo menos eso sentí.
No lo hacía nada mal, solo que yo ya no era la que controlaba mi cuerpo, simplemente estaba consciente de lo que pasaba, golpeaba una y otra vez con precisión.
Mi actitud y expresión corporal la sentía demasiado encendida mientras cantaba a todo pulmón.
Al final de la canción, simplemente me desplome sobre mis rodillas. Estaba exhausta y necesitaba descansar, pero ese no era el mejor lugar, vi a Grindelwald algo sorprendido, y entendía el por qué, después de todo, no esperaba eso.
