SOPHIA
Me tiene harta.
Muchos años me pasé tragándome las mentiras de mi padre y de mi ex como para no entender que ahora este imbécil, que cree ser mi amigo, me está ocultando algo enorme.
Maldita sea, Nat, ¡por qué desapareciste de esa manera!
De cierto modo, marcabas las coordenadas que debía seguir mi vida, me advertías cuando hacía las cosas mal, conseguías un prontuario informático certero de cada chico que intentaba salir conmigo, me enseñabas a desconfiar de la gente cuando yo pensaba que todo era demasiado fácil.
Ahora no te tengo, creía que Serge era una persona de quien poderme fiar, sin embargo, estaba muy lejos de la verdad, de lo que realmente estaba ocurriendo. Ojalá entendieras lo que he estado haciendo, estoy segura de que jamás me lo hubieses permitido.
Nat, yo...
Me he dejado caer en los brazos incorrectos.
Creí que nunca podrías vivir sin mí. Creí que yo era tan necesaria para tu vida que no podrías jamás conocer a alguien o cursar un examen si no era con mi insistencia y compañía.
Por desgracia para mí y afortunadamente para ti, yo estaba equivocada. ¿Te alejaste para continuar tu vida? Una vida que no entiendo ni quieres darme a entender. Quisiera saber si estás bien, quisiera conocer tu opinión respecto de mis errores, de los pasos que tendría que dar en una mejor dirección.
Usualmente criticabas mis intentos de pactar una relación casual. Me advertías cuando el medio, el chico o el lugar no sería el adecuado.
Te he subestimado tanto.
Cuando conocí a Chad mediante la página de citas, estuviste ahí para alentarme o retarme en cuanto las cosas no se ajustaban a su debida manera.
Chad era un dios del sexo, un cuerpo fabuloso y completo imbécil que usa a las chicas a gusto.
Hasta que me acerqué apenas demás a Ken... Creía que era una persona más transparente, al menos un lazo de confianza en medio de los desastres que me vi sumergida.
Necesito hacer las cosas de manera distinta, no tengo un punto de inicio, algo en qué apoyarme y saber hacia dónde dirigirme.
Perdón, Nat. Sé que me advertiste de Ken.
Pero si Nick es quien vive en este edificio, es porque alguna respuesta que me conduzca hacia ti debe haber.
Sólo me genera un poco de temor que Beatrice haya pedido licencia por enfermedad luego de que se hayan intensificado sus encuentros con Ken. Supuestamente tuvo un "accidente doméstico".
Me preocupa su vida al igual que la de cualquier chica.
Y temo desde lo más profundo de mi corazón lo que pueda venir, desde este momento.
Algo en mi corazón me advierte que haber llegado al edificio donde Jefferson vive en busca de mi amiga desaparecida y de mi enemiga lastimada, provocará que necesariamente algo descubra.
Este sitio es como un agujero negro que absorbe mujeres.
Como la carpeta que Nicholas Jefferson guardaba en el laboratorio. "CUERPOS". Y que Serge se preocupó por alejar de mi vista.
Una mujer puede desaparecer sin más y nadie se pregunta cuál pudo haber sido el motivo verdadero.
Nadie se pregunta por ella.
Nadie sale a buscarla desesperadamente, si no, cuando ya ha sido demasiado tarde.
Y esto no me parece en absoluto una broma, carajo.
