010 | #RezaPorMí

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NATALIE


Tic tac.

He conseguido violar el sistema de cámaras del hospital. Llevo un mes tratando de acceder a él y de conseguir el suficiente material como para que esta noche se reproduzca sin que parezca algo disparatado.

Malcolm aparca el coche en una de las puertas laterales, precisamente la que da entrada y salida a la morgue. Nadie se observa alrededor, al menos desde afuera. El guardia de seguridad más próximo se ha de encontrar en la entrada interna a la morgue, desde la cual se accede bajando al subsuelo desde el interior mismo del hospital.

Malcolm me observa y me entrega las balas.

Hasta hace tiempo, nada conocía de armas, sin embargo, él me ha estado enseñando clases de defensa personal y a aprender a disparar. El Virus fue astuto al elegirlo para ser quien me custodie...el asunto es que no se vuelve tan agradable al saber que tiene a los hijos de este hombre bajo amenaza.

Menos aún si es un bombón, es el único hombre que he tenido cerca en los últimos meses y se supone que debo odiarlo porque me tiene de rehén.

Mi lugar en el plan, ahora es de manera voluntaria por los motivos que el Virus me ha dado antes: corroborar la existencia de Little y su relación con el proyecto CUERPOS. Diferente a Malcolm quien no tuvo elección alguna al meterse en este lío.

—¿Está segura de que lo tiene todo pensado?—me pregunta, tras quitar el cierre centralizado.

—Segura—le contesto y echo un vistazo a la cámara de seguridad que yace justo encima de nuestras cabezas. Es una lástima que en este instante el guardia a cargo sólo pueda ver un rincón vacío con salida a la calle.

—Confío en usted, señorita Hale—me dice.

—Yo no—contesto—, no confiaría en mí.

Le sonrío falsamente y bajo.

Lo cierto es que no confío en él, sino en mí misma y nadie más. Es cierto que me trata "bien", es cierto que está bajo las órdenes de El Virus, pero nada de eso quita que él sea mi secuestrador.

Y si es necesario algo más, no sólo que me haya secuestrado, sin duda que lo hará.

Camino hasta mi objetivo y retiro la tarjeta magnética del hospital. Conseguirla ha sido colaboración de Sophia. Sí, ella también está metida en tales problemas. Esta noche está en servicio de emergencias. Poco le he contado de los motivos de mi desaparición, pero he procurado decirle lo justo y necesario: Nick es parte de una red de proxenetas. Digamos que nunca le tuvo una pizca de confianza, así que no le costó tanto creerme.

El punto es que no le puedo contar los detalles menores, como el motivo por el cual estoy aquí, esta noche. No deseo exponerla demasiado y So carece de la parte meticulosa para poder idear un plan o participar del de otros, seguramente ya habría tomado justicia por mano propia y exponerla sería el mayor error.

Un ruido me espabila. Proviene de la puerta siguiente que tiene comunicación con el exterior: es el servicio central de lavandería y mantenimiento. Hasta ese punto es donde Malcolm se dirige.

Ya puedes pasar, Pastelito

El mensaje es todo lo que necesito para que me dé una arcada y saber que tengo la señal (del mayor hijo de puta informático de todos los tiempos) para avanzar.

Aunque antes me molesto en responderle con un audio:

—No vuelvas a llamarme de ese modo, ¿okay? Que estemos momentáneamente del mismo bando, no significa que luego no vaya a encontrarte y triturarte las pelotas.

+18 Las Mentiras del JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora