078 | #BESTIA

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NATALIE

—¿Por qué se supone que están marcados?

—¡Sólo tráelo!

Saco las cápsulas de los campos de conservación y le indico a Nick de qué manera sellar los sectores abiertos para que el dispositivo se adapte correctamente a las conexiones neurales y ventriculares del prototipo.

—¿Y el dispositivo?—me dice.

—Debo programarlo.

Hace tiempo supe de un chip que se puede insertar para incrementar el deseo sexual y la respuesta orgánica.

Este experimento no dista mucho de eso.

Cuando me vuelvo a la computadora, quito los guantes y mi pecho está a punto de estallar.

—Carajo—farfullo.

—¿Qué sucede?—pregunta Nick.

—Tienes que darte prisa. Los signos vitales han disminuido.

—¡¿Qué?!

—No practicaré reanimación. Puedo programar esta mierda antes. Luego habrá tiempo de reanimar.

No habrá tiempo en absoluto de nada. Aún intento hacérmelo creer a mí misma.

Tras poner a copiar la información en el microchip, le escribo al tal Vicent:

"DIME QUÉ CARAJO HACER, SE NOS MUERE".

Activo el software y lo dejo encriptado. Lo desconecto. La frecuencia cardiaca disminuye. Se muere.

"Sabes qué hacer" dice él.

No va a distraerme, quiere colocar todas las decisiones en mis manos el muy hijo de puta, me ha jodido monumentalmente.

—Colócalo ahora—le exijo a Nick tras sujetar con una pinza esterilizada el microchip y dárselo en la cápsula al doctor jefe.

—De costado.

Lo movemos ambos. Nick se coloca de rodillas junto a la camilla. La sangre ya no se contiene y comienza a derramarse.

Va a morir.

—Tienes que quedarte, maldita sea, tienes que quedarte—le digo, mientras aplico masajes cardiovasculares de reanimación.

—Son seis micro conexiones celulares—anuncia Nick—, la primera está empezando a actuar.

—Cómo carajos te metiste en eso—le digo al prototipo como si pudiera escuchar mi reto—: hazme acordar de que te obligue pagarme una suma millonaria, luego de esta cirugía vas a coger a lo loco.

—Ya tomó la segunda. Vamos, vamos.

—No puedo creer que hace unas noches fui vilmente atacada y ahora no puedo siquiera pensar en eso, debería estar jodidamente traumada.

—Nat...

—¿Qué?

Nick está mirando a mis espaldas.

Me doy la vuelta.

—Sigue trabajando.

Magda está dentro. Qué demonios hace.

—Cuarta...cuarta conexión lograda.

Ella observa la computadora.

Mierda.

Lo ha descubierto.

Teclea algunas cosas, pero no puedo voltearme ni dejar las técnicas de reanimación para ver qué está haciendo.

¿Habrá conseguido visualizar el block de notas?

—¿Con quién hablaban?—dice ella, revisando. Parece no encontrar lo que quería. Al parecer, el amigo de Nick es bueno.

Si es quien está hackeando a Magda, puede que realmente esté al tanto de cómo prevenir que ella lo atrape.

—Sexto funcionando. Voy a cerrar. Nat, no dejes de hacer lo que haces. Magda, tienes que ponerlo a funcionar.

Ella lo observa desde el lugar de la PC con suma preocupación y una mezcla de emociones. Nick le acaba de dar una orden.

¿Y ahora?

¿Quién es el jefe, aquí?

—Por favor, Magda, ponlo a funcionar. Sabes cómo hacerlo, eres la cabecilla de esto.

Ella lo fulmina con la mirada y se apresura en teclear algunas cosas en la computadora. No puedo ver exactamente qué hace.

Pero Nick consigue detener la sangre y cierra la incisión.

—Se terminó.

La voz de Magda sentencia el mayor de mis temores.

Nick ha terminado de sellar con laser la herida interior y realizar la cirugía superficial, cuando Magda lo anuncia desde atrás.

—Ya no hay nada qué hacer.

El prototipo permanece de costado en la camilla.

No tiene tonicidad muscular, su caja toráxica está inmóvil, sus labios de color morado.

—Carajo, no...

Lo observo, presa de la angustia y caigo al suelo.

Estamos perdidos.

Los tres.

De pronto me encuentro en el suelo, tirada, observando lo que ocurre como si una cápsula me separase de la realidad. Nick se quita el barbijo. Tiene los guantes y la bata machados de sangre.

Magda se incorpora junto a mí, victoriosa.

Y observa a su bestia desfallecer.

Pero hay un extraño gesto de confianza en ella.

—Es hora—anuncia.

Y el sujeto vuelve a respirar.

Hemos dado vida a su bestia.


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MARATÓN

4/5

+18 Las Mentiras del JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora