30. Sospecha.

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El resto de la mañana había pasado en medio de un bajo y suave bullicio entre Hoseok, Namjoon y Yoongi. Cortas conversaciones por teléfono, informes rápidos y miradas "tranquilizadoras" para no alertar más a ninguno de los omegas que temblaban inconscientemente por la palpable tensión de la situación actual.

Alfas y guerreros estuvieron yendo y viniendo por todos lados de la mansión en busca de anunciar sobre el poco avance del rastreo del intruso que parecía haber borrado su rastro con experiencia y habilidad.

Todos estaban exactamente igual que cuando comenzaron y la furia de los tres alfas se entremezclaba con frustración. Los omegas se sentían mareados por la fuerza de los aromas, y aún si habían huido a las habitaciones superiores, SeokJin no pudo alejarse del punto clave de información.

El punto desde donde podía tener vigilado a Yoongi.

Jin sentía los nervios de punta a cada hora que pasaba y al juzgar por la postura de todos en su casa, todos se encontraban exactamente igual.

Hoseok salía de la mansión por algunos minutos y regresaba con alfas parloteando detrás de él. Dando órdenes y recibiendo informes. Su hermano estaba en una postura de líder y no había podido ver ninguna sonrisa dulce dirigida hacia su persona.

Jin sabía que en ese momento, Hoseok tenía cosas más importantes que hacer, que concentrarse en él.

Jackson se había unido a los alfas en algún punto de la mañana, moviendose en su camioneta desde un sitio a otro para agilizar lo que sea que estuviese pasando.

Por lo poco que había alcanzado a escuchar, todos los alfas montaban guardias en los bordes del territorio. Y los rastreadores intentaban encontrar alguna pista que les llevara con el intruso que había dejado débiles huellas en la tierra húmeda al costado del río.

Parecía que el culpable se había empeñado en ocultar su aroma y rastro con tanto afán para no ser descubierto.

Y eso sólo incrementaba el pánico entre todos los presentes

SeokJin no podía hacer más que cocinar para intentar mantener sus manos ocupadas. Horneando galletas de chocolate desde horas atrás como una terapia de relajación o método de distracción.

Repartía galletas a quien entrara por la puerta de la casa, subía otras más para Jimin, Taehyung y JungKook, alimentaba a Jackson con más esmero y Repartía otras más a los alfas que entraban a su casa con la misión de pasar sus reportes a su hermano o sus amigos.

Jin comenzaba a sospechar que todos los alfas de la manada de los osos solo regresaban a su hogar para comer un poco más de sus galletas.

Los osos pasaban casualmente por la cocina y preguntaban cualquier cosa solo con tal de ser atiborrados de más galletas. Todo casualmente y sin ser planeado.

Pero para SeokJin eso estaba bien.

Amaba que elogiaran sus dotes culinarios aún de forma silenciosa. Le gustaba ver los rostros de los osos brillar en alegría cuando les pasaba una buena porción de galletas. Amaba también recibir palabras sinceras de agradecimiento.

En realidad, Jin amaba los cumplidos hacia sus dulces postres. Pero no podía disfrutarlo del todo, por la potente y constante mirada de Yoongi en él.

Sabía que estaba celoso pero tampoco podía concentrarse mucho en ello.

Yoongi salía por cortos períodos de tiempo pero siempre regresaba alerta y con los ojos puestos en él. Jin lo sentía. El alfa siempre pasaba escaneando la cocina en busca de intrusos o secretos ocultos de él.

Nuit De Pleine Lune (SuJin) OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora