Capítulo 15 Te amo

392 33 2
                                    

¡Suya! Soy completamente suya, así como él es completamente mio.

-Sabes Dani-

-¿Si princesa?-

-Te amo- dije en un susurro.

Sus ojos buscaban los mios, pero los mios escapaban, Daniel tomó mi rostro suavemente para hacerme mirarlo.

-Yo también te amo señora Miller- me besó

¡Es cierto! Soy su esposa, soy... la señora Miller.

¡Que bien se oye eso!

-¿Que quieres de desayunar?- le pregunté alejandome de él y caminando hacia el baño.

-¡A ti!-

No pude evitar sonreír por décima vez. Entré a la ducha y me bañe de pies a cabeza, mi largo cabello mojado se pega a mi espalda mientras me quito el bajón del cuerpo.

No se si me estoy entusiasmando de más, pero en serio que me siento completa con este hombre.

Después que termine de bañarme me puse un short y una blusa de tirantes y unas medias hacia un poquito de frío y salí a desayunar a la sala.

Cuando entre a la cocina Daniel estaba ahí con un boxer que le queda como el cielo de sexy.

Me le quedé mirando embobada, siento calor en mi cuerpo (¿que me pasa?) Como es que este hombre puede llegar a ponerme tan caliente solo con mirarlo.

-Si sigues mirándome así me gastarás- me dijo y me sobresalté del susto, mis mejillas se pusieron rojas, estoy como un tomate.

El soltó una carcajada, Diooos que hermosa sonrisa.

-Dejame en paz-. dije avergonzada.

-Esta bien princesa, ¿que quieres hacer hoy?- me dijo cambiando de tema.

-¿Que tal si damos un paseo por la ciudad? Estoy ansiosa por conocer este hermoso país- le dije ya menos avergonzada y un poco entusiasmada.

-Pero claro mi amor, dentro de una hora salimos- me dijo el con su hermosa sonrisa, (es tan bello).

Me recosté de la pared para mirar como prepara el desayuno de una forma tan natural, como si lo hiciera todo el tiempo, aunque son panqueques ¿Que tan difícil puede ser prepararlos?

Después de unos minutos el desayuno estuvo listo, y comenzamos a comer.

Por un momento hubo un silencio un poco incómodo en el que solo se oían los cubiertos contra los platos, hasta que Daniel decidió romper el hielo.

-Y dime... ¿Que tan bien te cogí anoche?-

Decir que me atraganté con el poco jugo que tenia en mi boca era poco, sentí la necesidad de toser hasta más no poder.

-Sabrina ¿estas bien?-

La cara de preocupación de Daniel era bastante notoria.

-Estoy bien- dije tranquilizandome.

-Lo siento, solo te quería poner las mejillas rojas no la cara entera-

Lo mire con cara de pocos amigos.

-Pues no debiste de decir tal cosa, yo estoy tratando de no pensar en eso-

-¿porque?-

-porque cada ves que lo recuerdo mi cara parece un tomate-

Lo vi sonreí ampliamente, (¿pero y a este que le parece divertido?)

-Tranquila hermosa, después te acostumbraras-

Asentí, y continúe desayunando.

-¡DANIEL! SAL DE LA HABITACIÓN EN ESTE INSTANTE-

Daniel tenia una hora y media en el baño y ya estaba un poco irritada de verdad que si, estaba tardando mucho y éso me incomodaba, y para colmo tampoco me respondía hasta que decidió hacerlo.

-Ya estoy listo-

-¡Al fin!-

Salimos de la suit y bajamos hasta el primer piso.

Amo este hotel, es tan hermoso.

Daniel me sostiene de la mano mientras que habla en francés, o mas bien llama un taxi.

¡Agh no entiendo nada de este pinche idioma!

Entramos en el auto u Daniel le dijo algo al taxista.

-Oye ¿quieras traducirme? Porque a este paso terminaré frustrada-

Daniel me miro serio.

-¿Nunca tuviste clases de francés en la secundaria?-

-Era una porrista, pase mas tiempo en el campo de juego con las chicas que en los salones de clases, si soy muy inteligente pero solo para lo que le pongo empeño y el francés no es mi objetivo-

-Pues entonces no te diré donde iremos-

-Que malo eres-

El se encogió de hombros y nos mantuvimos callados todo el camino hasta que el taxi paró, ambos bajamos y Daniel le pago al taxista, comenzamos a caminar hasta que Daniel para.

-¿Donde estamos?-

-Estas ciega, mi amor mira detrás de ti-

Me di la vuelta y me encontré con la mismísima torre eiffel ¿como fue que no la vi?

-Wao, es mas hermosa de cerca-

-¿quieres subir?-

-¡Si!- le respondí.

Subimos a la torre y cuando iba a entrar Daniel me abrazo por la espalda y me dijo.

-Disfruta mi amor, que todo esto lo hago por ti- es tan bello.

-Créeme que lo haré- le dije con una sonrisa boba.

¡Este hombre me encanta!.

El Novio PrometidoWhere stories live. Discover now