D I E C I S I E T E

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— ¿A cuál de todos?—Inquiero fingiendo no ver el enorme tronco con el enorme blanco pintado en el centro, el tendón en su cuello se marca de manera instantánea. Reprimo una sonrisa.

—Al rojo con hojas arcoíris que está a tu derecha, tal vez.

—Avísame cuando deba reír.

—Lo mismo va para ti. —Toma a la escopeta por la punta y me direcciona con brusquedad hacia el blanco, después, me obliga a separar las piernas y girar ligeramente el torso. —Apunta y jala el gatillo, vamos.

—Eres una bestia. —Gruño, apartándome de él con la misma brusquedad, él ni se inmuta.

—Mi paciencia es poca, así que deja de quejarte, Lydia, y dispara de una maldita vez.

—Shane y Tanner lo habrían hecho más divertido.

—Para tu desgracia, muñeca, yo no soy como mis hermanos.

Mi lado sobrenatural parece accionarse ante la mención del apodo, mi visión se nubla ligeramente y pronto me veo apuntándole a él, Jagger pone los ojos en blanco, nada intimidado, y yo tiro del gatillo, el disparo me manda de espaldas al césped y mis oídos permanecen adormecidos ante el sonido atronador. Echo un vistazo a Jagger, no se mueve.

Ah, maldición, tenemos mejor puntería de la que esperaba.

—Voy a fingir que eso no me ofendió. —Murmuro mientras corro hacia el cuerpo caído, Jagger me observa con odio en cuanto caigo de rodillas a su lado. — ¿Cómo es que estás vivo? Te di justo en el corazón.

—Somos... inmortales, idiota.

— ¿Y si te arranco la cabeza?

—Se puede volver a poner en su lugar.

— ¿Y si destrozo tu corazón?

—Acabas de hacerlo, y sigo escuchando tu irritable voz. La pregunta se responde sola.

.....

Un ligero correteo atrae mi atención. Llevo mi mirada sobre mi hombro y dejo que mi desarrollada visión encuentre a Jagger, quien se encuentra en su forma lobuna mientras atrae al reno hacia mí, apunto en la dirección en la cual aparecerá el animal y pongo el dedo sobre el gatillo, esperando el momento oportuno para presionarlo, dejando que su mortífera carga sea disparada contra nuestra cena.

El mundo parece moverse en cámara lenta cuando aparece mi objetivo, el reno mira en mi dirección un segundo que parece eterno mientras sigue en su huida del enorme lobo, lo sigo con la boca de fuego, como lo llama Jagger al cañón, y disparo en cuanto tengo el blanco asegurado. La bala lacera la parte delantera de su torso y escucho a la bala atravesar su corazón.

En cuanto el reno cae muerto de costado mi columna se arquea y un profundo grito sale despedido directo de mis cuerdas vocales, grito que arranca cinco tilos de raíz, inclusive despelleja a mi reciente presa. Caigo con un golpe sordo en el césped mientras mi manada me rodea en cuestión de segundos, mi visión se me empañada por la sangre, la cual parece emanar de mis lagrimales, y una profunda herida de bala se instala sobre mi corazón. Grito de nuevo ante el dolor.

— ¿Hiciste que asesinara?—Grita mi padre, colérico, contra Jagger.

—Yo... no creí que esto pasaría...

—No puede asesinar sin motivo aparente, por lo menos, a nada, ni nadie, inocente.

—Acabó con la vida de una mujer hace dos años.

—La víctima debe ser totalmente pura, sin ningún error en su expediente que pueda oscurecer su inocencia. Ningún Vadook puede. —Lo siento palmear mi mejilla con suavidad, sin embargo, no puedo moverme, el dolor me consume. —Cariño, debes devolverle la vida al reno, o el dolor perdurará por mucho tiempo.

— ¿Cuánto tiempo?—Pregunta Zek con preocupación, yo comienzo a sentarme con lentitud, intentando no hacer ningún movimiento innecesario que podría acarrear dolor.

—Un siglo. Asesinar a un ser inocente es lo peor que un Vadook puede hacer.

Jagger toma al reno entre sus musculosos brazos y lo trae hasta mí, le agradezco con la mirada, ignorando su desnudez, y poso una mano sobre el orificio que mi bala ocasionó, pongo otra sobre mi corazón y pronto me siento cambiar, las cadenas tiran de mis extremidades, queman, mientras le devuelvo la vida al reno. El dolor comienza a menguar conforme su alma vuelve al cuerpo hasta que desaparece, abro los ojos y observo al animal, quien me observa con profundos ojos oscuros, no hay agradecimiento, ni resentimiento ante mi participación en su asesinato, solo... oscuridad.

¿Estás mejor?—Observo a mi hermano y asiento, Jagger me ayuda a levantarme mientras él va tras el reno y le clava sus fauces en el cuello, mi estómago ruge, deseoso, de la sangre que se derrama, luego recuerdo el dolor que padecí instantes atrás y se me pasa.

— ¿Estás mejor?—Observo a mi hermano y asiento, Jagger me ayuda a levantarme mientras él va tras el reno y le clava sus fauces en el cuello, mi estómago ruge, deseoso, de la sangre que se derrama, luego recuerdo el dolor que padecí instantes atrás...

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Luz de lunaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz