En la academia, cantando en la sala del piano; componiendo mi primera canción con la ayuda de Luis; bailando con Amaia y Roi en la sala de ensayos.

Miré hacia atrás y vi a Luis apoyado en la pared; su mirada fija en mí.

- Ven aquí a verlo conmigo, porfa. – mis palabras salieron casi en un susurro; mi voz intercedida por las lágrimas.

- Claro que sí, mi amor. – se acercó a mí y nos sentamos en uno de los sofás.

Nuestras manos estaban entrelazadas y mi cabeza recaía en su pecho mientras repasábamos mi paso por la academia. Cada vídeo me trasladaba a la añoranza, a cada rincón de la academia.

Tras ver a Amaia alzarse con el premio y observar algunas imágenes de mi vida después de la academia, el proyector se tornó negro y creyendo que había acabado, me giré hacia Luis.

- ¿Cuándo vas a dejar de sorprenderme? – pregunté, acariciando su mejilla, haciendo hincapié en sus labios.

- Espera. – me señaló el proyector.

En el proyector apareció Ana, con una pancarta donde se podía leer "Teléfono". Mis ojos se abrieron sobremanera al ver a mi amiga en la pantalla.

- Hola, mi amor. – la sonrisa de Ana se ensanchó. – Sabes que soy fan número uno de "Teléfono" y he tenido la suerte de que Cepeda me dejará elegirla.

- ¿Favoritismos de verdad, Luis? – se escuchó la voz de Amaia por detrás y ambos nos reímos, incapaz de contener las carcajadas.

- Bueno, por donde iba. Luis nos ha pedido que te hagamos unas preguntitas y ahí va la mía. Ya que tú compusiste esta canción, ¿de dónde nace la letra?

- Esperemos que no vaya para Luis, porque pobrecito mío. – de nuevo Amaia por detrás soltó uno de sus comentarios, y yo no podía dejar de reír. – Buah, perdón.

El vídeo se paró y Luis se sentó enfrente de mí, cogiendo mis manos y jugando con mis dedos.

- ¿Te tengo que contestar a ti? – sorprendida, cogí aire, tras ver a Luis asentir repetidamente.

Era una historia larga.


Cepeda

- Bueno, la letra de "Teléfono" nació justo después de salir de la academia. – podía escuchar los latidos desenfrenados del corazón de Aitana y acaricié su mano, intentando tranquilizarla. – Cuando salí de la academia, me sentí como un pez fuera del agua; intentando nadar en vano, ahogándome en un mundo que sentí, no era para mí.

Hice una mueca y respiré hondo. Aitana nunca se había abierto tan en canal ante mí y sentí una mezcla de alegría y rabia al escucharla.

- Empecé a apuntar en una libreta mis ideas. Tenía una gran confusión en mi cabeza. Me auto convencí de que todo estaba bien, de que estaba feliz con el transcurso de mi carrera artística y de que mi relación con Vicente era idónea. – temblé ante la simple mención de ese nombre. – Pero en un recoveco de mi cabeza yacía la realidad. Como un pez, sentía que cada vez que venías tú, Luis, cada vez que me abrazabas y acariciabas mi pelo, me introducían en una pecera llena de agua. Mis pulmones se abrían de lleno y entraba oxígeno a raudales.

Emocionado, dejé caer mi cabeza en el pecho de Aitana y sentí sus manos entremezclarse con los mechones de mi pelo.

- Así que cuando admití que te quería, pero no como un hermano, ya sabes que lo mandé todo a la mierda. – Aitana río y levantó mi cabeza, clavando su mirada en la mía. – Y ahí escribí la canción. Desde la calma y la libertad que me causó dejar a Vicente y admitir que me había enamorado de ti, Luis.

La explicación de Aitana me había dejado a mí sin oxígeno; ahora me sentía yo el pez sin poder nadar.

- Vámonos. – tiré de la mano de Aitana y le puse el gorro rápidamente.

- ¿Qué dices? – Aitana me miró extrañada. – Son las una de la madrugada. ¿Y el vídeo? ¿Ya ha acabado?

- El vídeo no ha acabado, pero me da igual. – me despeiné con una mano, nervioso.

- ¿Entonces? – frunció el ceño y me miró, sin entender nada.

- Vamos a ir a un estudio de tatuajes. – solté sin más, abriendo la puerta.

- ¿Qué? – Aitana se paró en seco y soltó mi mano.

- Sí, pequeñaja. – me acerqué y tomé su cara entre mis manos. – Voy a tatuarme un pez.

Aitana abrió los ojos y fue a hablar, pero la interrumpí enseguida, no dejándola hablar.

- Quiero llevarte en mi piel. – pegué nuestras frentes y susurré. – Porque dentro de mí ya te llevo. Y siempre te llevaré.

- Pero Luis, eso no se quita nunca y me da miedo que... - los ojos de Aitana no paraban de mirar para todas partes.

- Sin ti, Aitana, soy un pez fuera de la pecera. – me acerqué a sus labios. – Sin ti me ahogo. Y da igual lo que pasé entre tú y yo, siempre me ahogaré.

Nuestros labios se unieron y entre ellos, Aitana susurró:

- Yo no quiero ahogarme nunca, Luis.

Cogí impulsé y tirando de su mano, cerré con llave la puerta del local y me encaminé hacia una tienda nocturna de tatuajes a la que había recurrido varias veces, en un ataque de locura.

- Siempre volveré a por ti. Siempre te volveré a poner en libertad. Y no te meteré en una pecera. Te echaré al mar.

Aitana sonrió y echó a correr por la calle, alzando sus manos e imitando el gesto de volar.

Eché a correr detrás de ella, imitándola.

Libres.

Juntos.

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Hola, chicos y chicas.

Siento muchísimo haber tardado tanto en actualizar, pero estoy pasando por una serie de cambios y no tengo mucho tiempo :(

Aún así, estoy sacando tiempo y ya tengo varios capítulos escritos para poder subir cada dos días o así. Cada vez que leo vuestros comentarios y veo vuestros votos, recuerdo lo feliz que me hace esto.

Y es que de verdad que no os imagináis la felicidad y lo orgullosa que estoy de esta historia.

Ya casi somos 30K y nunca pensé que iba a conseguir todo esto:(

Sois muy importantes para mí, espero que os guste el capítulo. A mi me parecen tan preciosos que quiero llorar :(

Bueno, os leo en comentarios y espero vuestros votos!!

Mil millones de gracias :)

Yo quiero más || AitedaWhere stories live. Discover now